martes, 19 de febrero de 2008

Voces postergadas de los habitantes de la Patagonia


Relatos de la Patagonia Originaria reúne una serie de relatos compilados por Laura Migliarino y Pablo Medina que reflejan la tradición oral de los pueblos primigenios del territorio austral: los mapuches y los tehuelches.
Los mapuches y los tehuelches —que eran tribus de origen araucano, voz de origen quechua con la que los incas nombraban a los pueblos de la región centro-sur de Argentina y Chile— tuvieron una gran tradición de narradores orales”, destacan Laura Migliarino y Pablo Medina, compiladores de textos que integran Relatos de la Patagonia Originaria.
“Los mapuches reafirmaban la confianza en la oralidad en detrimento de la escritura porque consideraban que así se ejercitaba el pensamiento de manera permanente”, señala Migliarino. Según la compiladora, es muy curioso lo que pasa con estos relatos orales, “ya que hay muchos cuentos que circulan en todo el territorio con pequeñas variantes en cada región”.
En la primera mitad del siglo XX, muchos estudiosos se dedicaron a transcribir la palabra de los antiguos pobladores de la Patagonia y entre ellos sobresale la labor de Berta Koessler Ilg, “llamada la araucana blanca, la araucana que escribe”. “Cuando todos estos relatos se transcriben hay una reformulación de las historias —destaca Migliarino— no solamente a través de lo que se relata sino también de lo que evoca.
La narración oral incluye mitos, leyendas, anécdotas, oraciones, discursos, canciones, adivinanzas, aunque lo que predominan en el libro --recientemente publicada por Editorial Continente y la Asociación Civil La Nube— son los relatos. “Lo que más llama la atención —acota la compiladora— fue la gran cantidad de material que circula y la gente que en los últimos años se han dedicado con mucha minuciosidad a recuperar toda esa tradición oral”. Esta tendencia, reflexiona Migliarino, “tiene que ver en un punto con recuperar el pasado perdido, y desde el presente poder interiorizarnos un poco más acerca de estas culturas originarias, con las que el habitante de la ciudad le cuesta vincularse”.
SELECCIÓN.
“El criterio de selección fue elegir historias de los mapuches y tehuelches que dieran respuesta a las grandes preguntas que se hace el hombre. ¿Qué es el sol? ¿Qué es la luna? ¿Qué hay más allá del cielo? ¿Cómo aparecen los hombres, las costumbres, las plantas?”, menciona la autora.
Los compiladores rescatan en el libro mitos cosmogónicos tehuelches, leyendas araucanas a veces con referencias muy específicas --por ejemplo el origen de los sonidos que se escuchan en las inmediaciones del cerro Tronador— o más generales —el origen del sapo—, como las tradiciones recogidas por Berta Koessler.
De la mitología mapuche, hay narraciones sobre el zorro y la vieja leona, o el toro y el zorro para explicar qué pasa cuando se es muy astuto y una canción del adiós a la vida, que da cuenta de cómo enfrentan los araucanos la muerte.
También hay leyendas que aluden a especificidades de cada lugar como la historia que da nombre a diferentes accidentes geográficos, a lagos y flores, animales y peces. Y el reflejo en el imaginario indígena de la irrupción del huinca y del complejo proceso de integración que hubo entre ambas culturas.
“Uno de los objetivos del libro —subraya Migliarino— es la transcripción del relato a partir de los testimonios recogidos por distintos investigadores o la memoria colectiva de la gente del lugar”.
“Quisimos poner el acento en recuperar esos relatos y no en interpretarlos, en darles una explicación. La idea fue acercar el material al lector y que éste en su vinculación con la lectura pueda terminar de darle sentido a lo que está leyendo”, definieron.
Además de tener ilustraciones, el libro trae un glosario al final de palabras tanto tehuelches como mapuches: “Hay palabras en común y otras que no. Por lo general cada asentamiento tenía su dialecto”, explicó la compiladora.
Fuente: El Diario

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