domingo, 24 de febrero de 2008

Mi dulce pueblito



Es uno de los destinos menos conocidos de la cordillera neuquina, rodeado de espectaculares paisajes y con precios más accesibles para el común de la Patagonia. Un paraíso para los amantes de la pesca y la vida al aire libre, desde donde se visitan Villa Pehuenia y el lago Quillén, en la cabecera norte del Parque Nacional Lanín.


Aluminé es un típico pueblo cordillerano de la Patagonia, con la mayoría de sus calles todavía de tierra y una tranquilidad pueblerina que ya no se encuentra en otros lugares de la región. Por el contrario, en este pueblo del centro-oeste de Neuquén las actividades económicas principales son la ganadería ovina y bovina, la explotación forestal y en tercer lugar el turismo. Pero al mismo tiempo Aluminé tiene cabañas y hosterías muy confortables, y buenos restaurantes que ofrecen una equilibrada combinación entre naturaleza virgen y confort para el viajero, sin los precios a veces exorbitantes de la Patagonia más tradicional.


Ubicado entre la cordillera de los Andes y la margen oeste del río Aluminé, el pueblo sirve de cabecera para visitar el comienzo del Corredor de los Lagos, la cabecera norte del Parque Nacional Lanín y la localidad de Villa Pehuenia.



La calma reposada del río Aluminé, con todo el verdor del verano.

Foto: Neuquentur.

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