martes, 19 de febrero de 2008

Por el cambio climático, hasta los tiburones nadarían en la Antártida

El clima está cambiando tanto la vida de los seres vivos que hasta podría llevar a que los tiburones naden también en las aguas de la Antártida. Estos peces viven generalmente en aguas cálidas o relativamente cálidas. Pero las aguas cercanas al Polo Sur están aumentando su temperatura.


Esa migración no sería el único cambio. Durante el congreso anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que empezó el jueves en la ciudad de Boston, Estados Unidos, diferentes científicos presentaron evidencias que indican que el cambio climático, que es consecuencia del efecto invernadero (por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono) en el planeta, pondría en jaque el balance de la vida marina.


Ciertas centollas (emparentadas con las que se ven en Ushuaia, Argentina) están a punto de convertirse en invasoras en aguas de la Antártica. Y los microbios marinos, que parecen invisibles pero cumplen funciones vitales porque capturan dióxido de carbono, también podrían verse afectados por el cambio de las temperaturas de las aguas y otras condiciones ambientales.


Durante los últimos 50 años, la temperatura de las aguas circundantes a la Península Antártica subió entre 1 y 2 grados centígrados, el doble del promedio global. Si sube 4 grados más, es posible que los tiburones lleguen a vivir en esa región, según pronosticó Cheryl Wilga, quien junto con Brad Seibel, presentó un trabajo en el encuentro de Boston. Hasta ahora, las aguas frías fueron un impedimento para el metabolismo de estos animales.


En tanto, el otro invasor temible es una especie de centolla que solía andar muy abajo. Pero el verano pasado, Sven Thatje, del Centro Nacional de Oceanografía, en Southampton, Reino Unido, encontró al usar un sumergible robótico a un centellón a los 1100 metros de profundidad. "Los centellones no podrían migrar hacia aguas someras sino que estaban a profundidades mayores, porque las bajas temperaturas ocurren más arriba, explicó a Clarín. Y si avanzan más, se convertirían -advirtió- en grandes depredadores de la fauna que ha permanecido igual desde hace cientos de millones de años, como las medusas y los corales.


Más allá de la Antártida, en todos los océanos del mundo, los microbios también verían afectado su destino. Su defensor es David Karl, un neoyorquino que trabaja en la Universidad de Hawaii y que admite que es "activista de los microbios". Señaló a Clarín que es un error pensar que los microbios son tóxicos o peligrosos porque producen enfermedades. La gran mayoría son beneficiosos para la vida de todas las demás especies. "Si sigue aumentando la temperatura de las aguas oceánicas, los microbios se verían afectados, por lo cual se alteraría la capacidad de los océanos para secuestrar el dióxido de carbono, entre otras consecuencias", afirmó.


En tanto, el doctor Ove Hoegh/Guldberg, director del Centro de Estudios Marinos de la Universidad de Queensland, presentó datos que demuestran que las comunidades de corales (que son animales aunque parecen plantas y tienen diferentes colores por su relación de simbiosis con algas) están declinando su cobertura el 2% por año, como consecuencia de los cambios en las temperaturas de las aguas.


Por Valeria Román
Fuente BOSTON. ENVIADA ESPECIAL

17/02/08CLARIN

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