domingo, 31 de marzo de 2013

Los primeros pingüinos vivieron en África


Diez millones de años atrás, al menos cuatro especies de esos animales coexistieron en el llamado “continente seco”. Lo demostró un estudio de 17 fragmentos fósiles


Los hallazgos fósiles en Ciudad del Cabo, en 2010, descritos en la última edición de la Revista de Zoología de la Linnean Society, representan la evidencia más antigua de estas aves en África, anteriores a los fósiles de entre 5 y 7 millones de años descritos anteriormente, informó BBC Mundo.

Los coautores Daniel Thomas del Museo Nacional de Historia Natural y Dan Ksepkadel Centro Nacional de Síntesis Evolutiva reconocieron los 17 fragmentos de huesos como piezas de columna vertebral, esternón, alas y patas de varias especies extintas de pingüinos.

Según el estudio de los huesos, estas especies se extendieron casi por todo el espectro de tamaños conocidos, desde un diminuto pingüino de 0,3 m de altura, hasta una imponente especie de cerca de 0,9 m.

Sólo una especie de pingüinos vive actualmente en África: el pingüino africano (Spheniscus demersus), también conocido como pingüino del Cabo o de anteojos.
Calificada como una especie en peligro de extinción desde 2010, son denominados en inglés como "Jackass", por su fuerte forma de llamar, parecida a un burro rebuznando. Sin embargo, el sonido podría estar próximo a desaparecer.

El número de estas aves ha disminuido un 80% en los últimos 50 años. La caída se debe principalmente a los vertidos de petróleo y a la pesca excesiva de sardinas y anchoas, el alimento favorito del único pingüino que queda habitando en África.

Las razones de la extinción de los pingüinos prehistóricos, eso sí, no están tan claras.

Las lagunas en el registro fósil hacen difícil determinar si las extinciones fueron repentinas o graduales. "Es como ver dos cuadros de una película", dijo el coautor Daniel Ksepka. "Tenemos un marco de 5.000.000 de años, y un marco a los 10-12 millones de años".

Una posibilidad más probable es que la subida y bajada del nivel del mar terminó por eliminar los sitios seguros para la anidación.

Infobae

miércoles, 27 de marzo de 2013

Científicos consiguen captar hasta 26.545 cantos de ballena azul en la Antártida



Rastrean ballenas azules a través de su canto en la Antártida

27/03/2013 09:54
Fotografía facilitada por Australian Antartic Divison de un científico tomando muestras para biopsias de ballena azul, a bordo del barco Amaltal Explorer. Los científicos han conseguido captar hasta 26.545 cantos de ballena azul en la Antártida. EFE


Los científicos han conseguido captar hasta 26.545 cantos de ballena azul en la Antártida, en un estudio para el que han utilizado por primera vez técnicas acústicas de detección, seguimiento y examen de este gran cetáceo.

AUSTRALIA. El trabajo ha sido realizado por investigadores de Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Chile, Estados Unidos, Francia, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica y Nueva Zelanda, que participan en el Proyecto Ballena Azul Antártica, dedicado al animal más grande del mundo.
Unos 18 expertos en acústica y en etiquetado de cetáceos, así como ingenieros y observadores, partieron en enero en un viaje de siete semanas hacia el Mar de Ross con el objetivo de colocar dispositivos acústicos y estudiar la población, distribución y comportamiento de esta ballena.
El resultado fueron 626 horas de sonidos de ballenas azules, registradas en tiempo real y que incluyen 26.545 cantos de estos colosales ejemplares, explicó el jefe de los expertos en sonidos marinos, Brian Miller, de la División Australiana Antártica.
Según señaló el científico en un comunicado, la ballena azul (Balaenoptera musculus) tiene un sonido profundo y resonante que se puede captar a cientos de kilómetros bajo las aguas.
A través de las técnicas utilizadas durante la travesía, los expertos pudieron grabar los sonidos y triangular la posición de las ballenas a partir de su vocalización para que los investigadores pudieran dirigirse hacia ellas.
En la Antártida es muy raro ver una ballena azul, pero el equipo científico consiguió recolectar 57 fotografías de identificación y 23 biopsias.
También pudieron etiquetar con dispositivos vía satélite a dos ejemplares, lo que permitirá obtener información de las ballenas como sus veloces movimientos longitudinales durante el verano austral y sus patrones alimenticios cerca del hielo antártico, indicó la experta en etiquetado de cetáceos Virginia Andrews-Goff.
"Este método para estudiar a las ballenas azules antárticas ha sido tan exitoso que se convertirá de ahora en adelante en un modelo para otro tipo de estudios sobre cetáceos en todo el mundo", comentó la experta en el comunicado de la División Australiana Antártica.
Desde Australia se destacó el uso de estas técnicas no letales de investigación de cetáceos, en alusión al supuesto programa científico que Japón esgrime para cazar ballenas en mares antárticos pero que según organizaciones conservacionistas esconde fines comerciales.
La ballena azul puede llegar a medir más de 30 metros de largo y pesar 180 toneladas, su lengua es más pesada que un elefante y el tamaño de su corazón es parecido al de un coche pequeño.
"Hasta el dinosaurio más grande es más pequeño que una ballena azul", destacó el ministro australiano de Medio Ambiente, Tony Burke.
Este cetáceo estuvo a punto de extinguirse en el siglo XVII, período en el que se mató a unos 340.000 ejemplares.
Los datos y conclusiones de esta travesía serán compartidos con la Comisión Internacional Ballenera para contribuir en la conservación y la recuperación de la población de ballenas azules antárticas.
La Comisión calculó que en el año 2000 la población de ballenas azules en el Hemisferio Sur era de entre 400 y 1.400 ejemplares.
Noticias de Navarra/ La Información

Iniciando el día con este pensamiento, para tenerlo en cuenta...



EL SER HUMANO ES EL MAYOR PRODIGIO DE ESTE MUNDO.
MUCHOS NO LO SABEN.
HAY QUE DECÍRSELO

E. Cueto
Condición humana
La llave en la cerradura

martes, 26 de marzo de 2013

Argentina: La campaña antártica peligra en medio de denuncias de corrupción

El buque Timca, eje de un polémico contrato del Ministerio de Defensa. 


Por primera vez en 60 años la Argentina corre el riesgo de tener que cerrar alguna base antártica por problemas logísticos. El buque contratado para abastecer los campamentos que sostienen la soberanía argentina no estaría en condiciones de completar su misión y se estudia el paso urgente al plan de emergencia, con la intención de arrojar cargas de forma aérea para evitar el repliegue del personal. Si eso ocurre, la polémica será muy fuerte, ya que hubo denuncias formales sobre corrupción en el Ministerio de Defensa en el momento de contratar un barco que generaba dudas sobre su capacidad y experiencia.
Se cumplieron los 35 días determinados por la licitación 77/2012 como período de operaciones contratados para el buque Timca a cambio de 48 millones de pesos. Llegó el otoño y la llamada campaña antártica de verano aún no alcanzó ni a la mitad de sus previsiones. El propio Ministerio de Defensa encabezado por Arturo Puricelli reconoció los problemas la semana pasada al comunicar que "se está trabajando en el abastecimiento de las bases Orcadas y San Martín". Los días adicionales tendrán un mayor costo para el Estado, que ya pagó otros 33 millones de pesos por el abastecimiento aéreo de Belgrano II. Y el clima empieza a cerrar la ventana de oportunidad de llegar a Orcadas, donde la provisiones son escasas.
La última vez que la Argentina no pudo dar apoyo a una base fue en 1953 cuando el entonces capitán y luego general Jorge Leal, pionero del continente blanco, quedó con pocos compañeros aislados durante un año en la base San Martín.
Este año el Ministerio de Defensa contrató a una empresa argentina Transport & Service, que mediante una sociedad radicada en Uruguay ofertó a un buque con bandera holandesa, apoyado por un helicóptero de origen ruso operado por sudafricanos. Fuentes militares confirmaron que esa aeronave está hoy fuera de servicio en la base Marambio, en espera de repuestos. Así quedó inutilizado el buque al no poder desembarcar los barriles de combustible de 200 litros.
Desde el incendio del rompehielos Irízar se alquilaba a un buque polar ruso el Vasily Golovnin, operado por la compañía local Trade Baires International. Este año apareció un nuevo competidor. Y ganó la licitación. Trade Baires International presentó entonces una serie de impugnaciones y denuncias.
El 16 de noviembre, la apoderada de esa compañía, Marina Bertino, envió una denuncia a la Oficina Anticorrupción contra la Dirección de Servicio Logístico de Defensa, de dependencia orgánica directa al despacho de Puricelli. Se advirtió allí sobre irregularidades en la licitación por el alquiler del buque.
Unos días antes de presentarse en la Oficina Anticorrupción, la empresa Trade Baires International había impugnado en el Ministerio de Defensa el resultado de la licitación. Uno de los puntos objetados tuvo que ver con la experiencia escasa de los pilotos del helicóptero en la aeronave requerida, un Kamov KA32. El informe elevado el 11 de noviembre por la compañía perdedora afirma que uno de los helicopteristas sudafricanos, Gerhard Uys, no tenía en su ficha técnica datos sobre vuelos en Kamov, mientras que el otro, Janneman Erasmus, presentaba como experiencia en esa máquina apenas 70 horas de vuelo.
Además fue consignado que el buque Timca, usado habitualmente para el traslado de vehículos en el mar Báltico, no contaba con cubierta de vuelo ni había trabajado antes con helicópteros. Así y todo se siguió adelante. El helicóptero quedó fuera de servicio en el momento más necesario.
El 27 de diciembre, la denunciante Trade Baires International fue más allá y presentó un escrito en la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría Legal y Técnica de Presidencia: "La actitud manifiestamente arbitraria y temeraria de los funcionarios del Ministerio de Defensa implica el uso de medios, buque y helicóptero no aptos ni habilitados para realizar tareas en las zonas antárticas y se pone en riesgo el cumplimiento satisfactorio de la campaña 2012/2013".
El Ministerio de Defensa, por su parte, afirmó que se abasteció a cuatro de las seis bases argentinas permanentes en la Antártida. No se sabe si podrá hacerlo con las dos restantes y qué pasará con sus ocupantes.
El escándalo se preveía en la comunidad científica que trabaja en la Antártida. La campaña antártica de verano, que tradicionalmente comienza en los últimos días de diciembre, comenzó realmente este año a mediados de febrero con la llegada del Timca a Puerto Belgrano. Entró en operación el 17 y empezó a correr el contrato de 35 días. Y las demoras son castigadas por las condiciones climáticas en la Antártida. El buque de bandera holandesa demoró su zarpada desde Europa, dado que no se había efectuado el pago adelantado.
La Nación, Argentina


La dramática situación que viven los argentinos que están en la Antártida



Mariano Ignacio Spisso es guardaparques y está en la base Orcadas; contó que hace "meses" que no comen lácteos y que las provisiones son escasas


"Faltan lácteos desde hace meses y la última vez que comimos verduras fue cuando nos dejaron algunas desde un barco turístico que pasó por la zona". El guardaparques Mariano Ignacio Spisso, que está en la base Orcadas, en la isla del mismo nombre, en el Atlántico Sur, sintetizó así la situación que viven los argentinos que están de campaña en la Antártida.
"Los problemas logísticos se iniciaron hace varios meses. La campaña [de verano] tendría que haber terminado en febrero, y sin embargo seguimos en Orcadas en medio de la incertidumbre sobre cuándo vamos a volver. El ánimo no es bueno", contó, según publicó el diario Ámbito Financiero en su edición impresa de hoy.
Es la primera vez en 60 años que la Argentina corre el riesgo de tener que cerrar alguna base antártica por problemas logísticos. ¿Qué pasó? El buque contratado para abastecer los campamentos que sostienen la soberanía argentina no está en condiciones de completar su misión.
El plan de emergencia es arrojar cargas desde el aire, pero el clima empieza a complicar esa posibilidad: el viento en Orcadas no da tregua.
La última vez que la Argentina no pudo dar apoyo a una base fue en 1953, cuando el entonces capitán Jorge Leal quedó con pocos compañeros aislados durante un año en la base San Martín.

BASE ORCADAS, PRIMERA OCUPACIÓN HUMANA DE LA ANTÁRTIDA

En 1903, un viejo ballenero noruego con siete científicos y 26 tripulantes se embarcó rumbo al Sur. El propósito principal era realizar observaciones y estudios oceanográficos en el Mar de Wedell. Al llegar a las islas Orcadas del Sur, el buque quedó atrapado por el hielo.
Cuando se liberó del hielo, parte de la tripulación se quedó en la isla. La otra parte del grupo se embarcó rumbo a Buenos Aires para reaprovisionarse y para conseguir recursos para seguir con la campaña.
Con las gestiones del perito Francisco Moreno, en ese momento diputado nacional, el gobierno del entonces presidente Julio A. Roca aceptó la propuesta y dio así inicio a la primera investigación científica.
La base Orcadas nació en 1904 con la instalación de la primera estafeta postal, atendido por personal de la Oficina Meteorológica Nacional y de la Armada Argentina. Ese fue el primer acto de soberanía argentina en la Antártida y la primera base en el continente blanco.
La Nación, Argentina

Un pensamiento para tener en cuenta


CUANTO MÁS CONSCIENTE Y CARGADA DE SIGNIFICADOS
ES NUESTRA VIDA, MÁS VIVOS ESTAMOS

E. Cueto
Condición humana
La llave en la cerradura

jueves, 7 de marzo de 2013

Dueños de la Patagonia por Silvestre Fugellie


La existencia de los aborígenes en el extremo austral sudamericano se remonta a más de doce mil años. Los territorios que ocupaban, argentinos y chilenos son conocidos como Patagonia y Tierra del Fuego.

Los primeros habitantes llegaron al confín meridional en grupos de cazadores que perseguían guanacos y otros animales. El derretimiento de los hielos y la última glaciación elevaron el nivel de los océanos Atlántico y Pacífico y dieron origen a la gran isla que denominaron “De los Fuegos”, separada del continente por el actual estrecho de Magallanes.

El acontecer de este fenómeno telúrico se ha conservado en la mitología ona, que exalta el hecho del enorme oleaje que inundó la tierra del extremo sur, aislándolos y cortándoles el paso de regreso a sus lugares del norte, puesto que ellos no eran canoeros ni navegantes, sino pedestres o simples caminantes. A consecuencia de este portento natural debieron permanecer y radicarse en el suelo fueguino.

Los indígenas patagónicos y fueguinos eran universalmente conocidos como tehuelches, onas, yaganes y alacalufes. También el haush, que formaba clanes reducidos en los alrededores del cabo de Hornos. Estudiosos e investigadores extranjeros ingleses, alemanes, franceses, escandinavos, han empleado la ortografía de sus idiomas para designarlos: aónikenk, selknam, kaweshkar, haush.

Tehuelches y onas eran cazadores terrestres; yaganes y alacalufes pescadores nómadas y navegantes de los mares australes que circundan el estrecho. Se han hallado vestigios de los tehuelches en terrenos de Ultima Esperanza: Sierra Contreras, lago Sarmiento, río Serrano, lago Sofía, Cueva del Milodón, Cueva del Medio y otros lugares del continente desde Cabo Vírgenes hasta Punta Santa Ana, lugar donde se fundó el Fuerte Bulnes. También se hallaron muestras en las islas del Estrecho, Isabel y Magdalena.

Los yacimientos estudiados por arqueólogos y hombres de ciencia datan de once mil años. Los tehuelches se asentaron en la pampa continental entre río Santa Cruz y estrecho de Magallanes; los onas poblaron las estepas o pampas del norte y bosques del sur de Tierra del Fuego; los alacalufes habitaron archipiélagos, fiordos y canales situados entre golfo de Penas y la península de Brecknock; y los yaganes lo hicieron preferentemente en las costas del canal Beagle e islas australes hasta el cabo de Hornos. En el territorio argentino de península Mitre vivieron los últimos representantes de los haush.

A mediados del siglo antepasado los nativos, en general, fueron afectados por enfermedades infectocontagiosas, el alcoholismo y las matanzas ocasionadas por grupos de colonos y sus sicarios; también por otros factores de contacto con los invasores de sus tierras, quienes desencadenaron, directa e indirectamente, la extinción de los aborígenes y los redujeron, en pocas décadas a pequeños grupos con escasas probabilidades de supervivencia.

Los primeros cazadores continentales ingresaron a esta región meridional desde el norte, vía terrestre, hace aproximadamente, como se ha dicho, unos once mil años, cuando los hielos de la última glaciación se habían retirado evolutivamente a sus asentamiento en las cumbres cordilleranas y el clima de la pampa patagónica se tornaba más templado poblándose de guanacos, pumas, zorros, pequeños roedores, ñandúes y aves que merodeaban por la flora primaria y creciente. También circulaban algunos animales prehistóricos por aquellos rincones naturales, refugiándose en las cuevas de la orografía regional como la del Milodón.


Artículo aparecido en el diario La Prensa Austral
Foto de Macotaudiovisual

Expedición a la Antártica enfatiza sobre la importancia de la ciencia pura

La ciencia pura, cuyo principal fin es ensanchar el conocimiento básico de la naturaleza, corre el riesgo de convertirse en el patito feo de la investigación.


La ciencia pura, cuyo principal fin es ensanchar el conocimiento básico de la naturaleza, corre el riesgo de convertirse en el patito feo de la investigación si los gobiernos sólo priorizan las aplicaciones tecnológicas e industriales destinadas a cubrir las crecientes necesidades humanas. 

Esta tendencia, sobre la que advierte un importante sector de la comunidad científica, convive sin embargo con el impulso a proyectos de investigación básica como el que estos días desarrolla el Instituto Antártico Chileno (INACH) con motivo de su 49ª expedición al "continente helado". 

Una de estas iniciativas está a cargo de la bióloga marina Claudia Aracena, una experta en Oceanografía que estudia la influencia del agua dulce sobre la productividad primaria en la región de la Patagonia Sur y la Península Antártica. 



"Lo que buscamos es determinar si las variaciones en el fitoplancton o las que quedaron registradas en los sedimentos están relacionadas con el cambio climático", explica la doctora. 

Más allá de saber si la acción de los seres humanos influye en las variables biológicas del océano, esta investigación aspira a determinar qué influencia tiene el agua del derretimiento en la Península Antártica en comparación con la de la Cordillera de Darwin y del oeste del Estrecho de Magallanes. 

La mayoría de los países están dando prioridad al desarrollo de la ciencia aplicada, "pero la investigación básica es muy importante, porque es la que permite proyectarse hacia el futuro", asegura. 

La ciencia aplicada, orientada a usos específicos en la industria, la medicina o el desarrollo tecnológico, no sería posible sin la investigación básica, coincide en señalar la también bióloga marina Silvia Murcia, especialista en ecología de agua dulce "A partir de la investigación básica se pueden entender ciertos parámetros de una especie y eso luego puede ser útil, por ejemplo, para la alimentación o el cultivo de salmones. Por eso entiendo que los gobiernos también financien la investigación aplicada", detalla la doctora Murcia. 

El proyecto en el que actualmente trabaja esta bióloga dura tres años y tiene un presupuesto de cuatro millones de pesos (unos 8.300 dólares), pero con eso apenas tiene para financiar el 30 por ciento. 

La Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), el principal organismo encargado de la ciencia en Chile, manejó en 2012 un presupuesto de 500 millones de dólares, casi tres veces más que en 2008. 

En un país donde la inversión en I+D alcanza el 0,5 por ciento del PIB (cifra que actualmente es 0,5 %), Conicyt considera "urgente aumentar el número de científicos capaces de liderar proyectos de investigación" y ya ha adjudicado 631 proyectos regulares para este año.

El Universo

miércoles, 6 de marzo de 2013

EEUU encuentra células de “muchos tamaños y formas” bajo el hielo de la Antártida


Primera imagen de los sedimentos del fondo del lago Whillans. / WISSARD

Un equipo de investigadores confirma “al 100%” la existencia de vida en el lago Whillans, sepultado bajo 800 metros de hielo antártico. Científicos rusos ofrecen novedades sobre el agua recogida en el Vostok, otro lago subglacial


“Al 100%. Nuestro trabajo en el microscopio muestra que hay células de muchos tamaños y formas”. John Priscu responde rotundo cuando se le pregunta si está completamente seguro de que han descubierto vida en un lago sepultado bajo 800 metros de hielo en la Antártida hasta el que no ha llegado una pizca de luz desde hace milenios. Priscu, responsable de perforar ese bloque de hielo hasta el lago subantártico Whillans para determinar si es viable la vida en esas condiciones, no tiene dudas sobre el hallazgo. “Sí, tenemos más de seis líneas de evidencia directa que revelan la presencia de bacterias viables en el lago”, confirma a Materia.

El éxito de la misión WISSARD es un hito valiosísimo para aquellos científicos que especulan sobre la existencia de vida en otros mundos, como Europa, una luna de Júpiter que esconde mares de agua bajo una gruesa capa externa de hielo. Unas condiciones casi imposibles para el desarrollo de la vida. Tan improbables como las que se dan en los centenares de lagos que alberga la Antártida bajo kilómetros de hielo. Improbable, pero cierto, como acaba de demostrar el equipo de investigadores de EEUU, que se encontraban en liza con otro grupo ruso por ser los primeros en anunciar este logro.


Los rusos fueron los primeros en poner en órbita a un humano y los americanos los primeros en pisar la Luna. Algo parecido a lo que ha sucedido en esta carrera por llegar a la vida sumergida bajo el frío más frío de la Tierra. Los rusos llegaron antes que el equipo estadounidense hasta su lago, el Vostok, a más de tres kilómetros de profundidad. Eso fue en febrero de 2012, cuando el equipo de EEUU todavía preparaba sus aperos. Antes de cerrar la campaña de investigación al terminar el verano antártico, del Vostok solo se obtuvouna muestra contaminada y sin trazas de vida nativa subglacial.
El equipo de la misión WISSARD, financiada con 10 millones de la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU, lo hizo todo de una sentada. Su lago está a solo 800 metros de la superficie, una capa que perforaron en apenas cinco días con la ayuda de un sofisticado sistema que agujerea el hielo con un chorro de agua caliente que se reabsorbe para evitar filtraciones. El 27 de enero lograban llegar hasta el Whillans y tomar todas las muestras. Como el lago apenas tiene metro y medio de profundidad, alcanzaron sin problemas las muestras de lodo y sedimentos del fondo.
El agujero abierto hasta el lago Whillans, que apenas alcanza medio metro de diámetro, protegido por un collar que aseguraba la asepsia de la operación. / WISSARD
El equipo ruso también logró extraer muestras válidas en esta campaña, pero como sucedió el año previo con la contaminada por queroseno, no podrán analizar el contenido de los matraces hasta mayo, que será cuando el buqueAcadémico Fedorov atraque en el puerto de San Petersburgo. Allí está el Instituto de Investigación Ártica y Antártica (AARI), donde se comprobará si hay vida en algún tramo de la columna de agua recién congelada de 54 metros de alto que extrajeron del Vostok.
“En esa agua puede haber organismos vivos que habitan el lago desde hace millones de años”, dijo el viernes en una rueda de prensa uno de los líderes del equipo ruso, Valery Lukin. Este investigador reclamó paciencia, ya que “no existe un avión en que quepa la instalación refrigeradora capaz de transportar la gigantesca columna de hielo”, por lo que debe viajar en barco de una punta a otra del planeta. Aun así, en un muestreo inicial comprobaron que las aguas del Vostok contienen una concentración de oxígeno 50 veces mayor de lo normal.

Cristales de tres metros del lago Vostok

Los investigadores rusos se muestran sorprendidos del tamaño de los cristales de hielo que contiene esa columna, de hasta 3,5 metros, un tamaño que no habían visto antes y que da una idea de las especiales condiciones de esas aguas. Sobre el Vostok se han quedado dos científicos que se encargarán de mantener abierto el agujero hasta la próxima campaña, en la que pretenden llegar al fondo del lago, que tiene unos 300 metros de profundidad, donde existen más posibilidades de hallar organismos vivos. Incluso planean usar robots que recojan muestras en el acuífero.
Una de las muestras del lago Whillans. / WISSARD
El equipo WISSARD, que llevaba una década preparando esta misión, ha tenido muy en cuenta las flaquezas del proyecto Vostok para diseñar su aventura. Desplazaron hasta el Whillans una estación de investigación al completo, en una travesía de 1.000 kilómetros cargando con varios laboratorios y miles de toneladas de equipos arrastrados por doce tractoresespecialmente adaptados para tal empresa: cruzar en dos semanas buena parte de la Antártida desde la base norteamericana de McMurdo hasta su objetivo. Todo lo que pudo salir bien, salió mejor. Un éxito rotundo que contrasta con el fracaso del equipo británico que renunció a competir con ellos en enero.
Se recogieron 30 litros de agua del lago y unos siete metros de sedimentos, según explica John Priscu a Materia. El análisis de las muestras ya ha comenzado y continuará durante todo el verano, momento en el que pretenden sacar conclusiones firmes sobre “cómo funciona ese ecosistema subglacial y su posible papel en la evolución de la vida en la Tierra”. Todavía no saben si las bacterias son organismos desconocidos: “En dos meses tendremos  los resultados de la secuenciación de su ADN que revelarán la verdadera filogenia de estas células”, anuncia Priscu.
El agua del Whillans se renueva aproximadamente cada 10 años. Pero es un agua que proviene del hielo que se funde en la parte inferior de la capa de hielo. “El ecosistema subglacial lleva aislado de la atmósfera, sin ver un rayo de luz solar, desde hace decenas de miles de años”, afirma este investigador de la Universidad de Montana. Bajo el hielo antártico existen alrededor de 300 lagos, cuyo origen y formación todavía no está del todo clara. Algunos lagos pudieran haberse formado antes de que el hielo los sepultara y otros surgieron una vez formado el glaciar, alimentándose del hielo que se derrite. Mientras el lago Whillans tiene unas cuantas decenas de miles de años, el Vostok tendría unos 14 o 15 millones de años, quizá 20.
“Nuestros resultados allanarán el camino a futuras investigaciones que traten de definir el alcance de este tipo de vida y su posible papel como análogo en la búsqueda de vida extraterrestre en mundos helados”, asegura Priscu. Y remata: “Hemos proporcionado el primer vistazo sobre un mundo perdido bajo el hielo antártico”.
Materia




lunes, 4 de marzo de 2013

Encuentran meteorito de 18 kilos en la Antártica



La roca pesa 18 kilogramos y fue descubierta por
una expedición 
belga-japonesa de la estación
científica Princess Elisabeth

Un equipo internacional de investigadores encontró un
meteorito 
excepcionalmente grande.

La agrupación conocida como "Samba" -compuesta
por  investigadores de la
Universidad Libre de Bruselas
(ULB), el Instituto Nacional Japonés de Investigación
 Polar (NIPR) y la Universidad de Tokio
, con sede en
la estación científica
 Princess Elisabeth- halló la roca
de
 18 kilogramos en una zona conocida como el Campo de Hielo Nansen.
Se trata del meteorito más grande hallado en la región en un
cuarto de siglo, según informó
 OurAmazingPlanet.
"Este meteorito fue un hallazgo muy inesperado para nosotros,
no sólo debido a su peso, pero debido a que no suelen
encontrar tan grandes meteoritos en la Antártica",
explicó
 Vinciane Debaille, geólogo que dirigió el área
belga del equipo de investigación.

Además, agregó que "este es el mayor meteorito
encontrado en la
 Antártica Oriental durante 25 años,
así que es un descubrimiento muy especial para nosotros".

El meteorito se encuentra actualmente en un proceso de
descongelación especial en
 Japón para asegurar que el
agua no llegue dentro de la roca, pero será llevado
a
 Bélgica para realizar más análisis.



.

TVN

Inauguran base británica en la Antártica que "camina"



Halley VI es el nombre de la futurista estación, que rediseña unas instalaciones de mediados del siglo XX.
La construyeron en 1956. La abandonaron en 1968. Comenzó a operar en 1989 y la demolieron en 2012.
Así es la accidentada historia de
 Halley, una base antártica del Reino Unido que no había podido con el peso de la nieve... Hasta ahora.
Sucede que la
 British Antarctic Survey (BAS) -dedicada a la investigación de la atmósfera, del campo magnético de la tierra y del cambio climático- decidió organizar un concurso de diseño para resistir los embates del clima ártico.
De esta manera, la firma
 Faber Maunsell y Hugh Broughton Architects se impuso a 86 propuestas con un modelo similar un ciempiés o, incluso, al de los AT-AT Walkers de Star Wars.
Halley VI
 demandó una inversión de US$45,7 millones -más de 21 mil millones de pesos chilenos- y se inauguró el 28 de febrero.
Las unidades de la estación se asientan en soportes de altura regulable cuya base son patines o esquíes. De esta manera, Halley se puede deslizar sobre la superficie.

En caso que la placa de hielo se resquebraje, los módulos se elevan hidráulicamente. Luego, pueden ser remolcados por un tractor.

Uno de los aspectos más interesantes de este complejo es que el orden de los módulos no altera el producto.

Mientras el rojo aloja actividades recreativas, los azules serán utilizados como laboratorios, oficinas, dormitorios o plantas de energía.

Además, soporta vientos de hasta 100 kilómetros por hora y temperaturas desde los 30 hasta los 55 grados bajo cero.

Halley VI se encuentra ubicada a unos 1.400 kilómetros del
 Polo Sur.

Halley VI-La nueva base del British Antarctic Survey


New state-of-the-art Antarctic research station becomes fully operational this month



Britain’s latest Antarctic Research Station becomes fully operational this month, signalling a new dawn for 21st Century polar research. Opening one hundred years after Captain Robert Falcon Scott’s Antarctic expeditions, the new state-of-the-art research facility demonstrates the UK’s ambition to remain at the forefront of scientific endeavour.


Funded by the Natural Environment Research Council (NERC) and the Department of Business Innovation and Skills, the British Antarctic Survey’s (BAS) Halley VI Research Station is set to become an icon for British science, architecture and engineering.
The new research station, which replaces the 20-year old Halley V facility, is the sixth to be built on the floating Brunt Ice Shelf. The first station, occupied in 1957 for a Royal Society expedition during the International Geophysical Year, established the region as an important natural laboratory for studying the Earth’s magnetic field and the near-space atmosphere. It was data from Halley that led to the 1985 BAS discovery of the ozone hole.
Speaking at an event in London to celebrate the opening of the new station UK Minister for Universities and Science, David Willetts says,
“The new Halley Research Station is a triumph of British design, innovation and engineering. The UK’s world-class polar science community now has a unique, cutting edge suite of laboratories on the ice. The legacy of Captain Scott, together with our strong track record of scientific discovery in Antarctica, is set to continue in this excellent new facility.”


Hugh Broughton Architects and multidisciplinary engineers AECOM won the international competition to design a new research station. Their challenge was to create excellent laboratory and living accommodation that was capable of withstanding extreme winter weather, of being raised sufficiently to stay above metres of annual snowfall, and of being relocated inland periodically to avoid being stranded on an iceberg as the floating ice shelf moves towards the sea.
Galliford Try won the £25.8 million construction contract and worked in partnership with technical teams from British Antarctic Survey. Construction was carried out during four Antarctic summers – each build season lasting just nine weeks. Construction teams worked round the clock in freezing conditions to complete this extreme challenge.
Professor Alan Rodger, Interim Director of British Antarctic Survey says,
“The long-term research investigations carried out at Halley since the 1950s have led to deeper understanding of our world. In half a century, society has been alerted to our changing climate, about the possibility that melting ice in the Polar Regions will increase sea-level rise, and that human activity can have an impact on the natural environment. The Polar Regions are the Earth’s early warning system – it is here that the first signs of global change are observed. This is the first summer field season for Halley and already, our scientists there are working collaboratively with colleagues from USA including NASA on studies that will gain new knowledge about how our world works. I am proud and grateful that our Government and the public recognise the importance of investing in this new research facility.”
Professor Duncan Wingham, Chief Executive of the Natural Environment Research Council says,
“Halley VI is the latest NERC-supported Antarctic research station that demonstrates NERC's long-term commitment to Antarctica. We look forward to the excellent science that is made possible by Halley's unique location on the Earth's largest ice cap.”

BAS

Greeting from Halley VI



Galliford Trate de investigación Halley VI Station, Antártida



This design and build project comprised the delivery of the new Halley VI Research Station, providing science laboratories and living facilities to enable the study of the earth's atmosphere. Halley VI was constructed in one of the least hospitable environments known to man, and has been built to survive harsh conditions on the Brunt Ice Shelf, a 200m thick ice layer moving at the rate of 0.5km per year where temperatures can drop to -55°C.



Hugh Broughton Halley VI y los proyectos de la Antártida





Mejores Bunkers secretos - investigación Halley VI Station, Antártida