viernes, 28 de diciembre de 2018

ANTÁRTICA: La hazaña de Colin O’Brady: cruzar la Antártida en solitario, sin asistencia y sin ayuda del viento



Colin O’Brady, uno de los dos atletas que competían por convertirse en la primera persona en cruzar la Antártida sin apoyo, publicó esta foto en Instagram en el día cincuenta de su recorrido. CreditColin O'Brady


Los kilómetros finales de una competencia de casi dos meses a través de la Antártida —un esfuerzo solitario marcado por días largos, noches cortas y una gran resistencia— terminaron el 26 de diciembre con una carrera corta hacia la línea de meta.

En la que podría ser recordada como una de las hazañas más impresionantes en la historia polar, el estadounidense Colin O’Brady, de 33 años, recorrió, en una jornada de 32 horas sin dormir, los últimos 124,78 kilómetros de su viaje de 1482 kilómetros para cruzar la Antártida, y convertirse en el primer atleta de la historia en recorrer la Antártida de costa a costa en solitario, sin asistencia y sin ayuda del viento.

Por sí sola, la hazaña transcontinental de O’Brady, la cual en realidad le tomó un total de 1499 kilómetros con algunos zigzags a lo largo del trayecto, ya era extraordinaria; pero al haber completado los últimos 124,78 kilómetros en un solo intento —en esencia un ultramaratón durante el día 53 de su travesía— elevó aún más los estándares para cualquiera que intente superarla.

“No lo sé, me invadió una sensación”, dijo O’Brady en una entrevista telefónica. “Simplemente me sentí enfocado en las últimas 32 horas, como en un estado de inmersión profunda. No escuché nada de música, me sentía concentrado, sabía que no iba a parar hasta terminar. Fue algo muy profundo, hermoso, y una manera increíble de terminar el proyecto”.

En los casi dos meses de su carrera en solitario, O’Brady solo se tomó un día libre: el 29 de noviembre, perdió una piel de foca de su esquí y se vio obligado a montar su campamento más temprano, volver a pegar la piel y recuperarse.

El esfuerzo titánico de O’Brady se suma a los logros más excepcionales en la historia de la exploración polar como las expediciones que encabezaron Roald Amundsen de Noruega y Robert Falcon Scott de Inglaterra, quien luchó contra Amundsen para convertirse en la primera persona en llegar al magnético Polo Sur. También está la magnífica travesía de Borge Ousland en 1996-1997, quien fue el primero en cruzar el continente solo y sin asistencia… aunque tuvo la ayuda de una cometa.

Desde entonces, al menos otros tres han intentado repetir la hazaña de Ousland sin cometas, lo cual implica un aumento del riesgo y una reducción de varios grados en el margen de error. Cuando O’Brady llegó a la meta en los albores de la tarde del miércoles, en el día 54 de su viaje, se convirtió en el primero en coronar con éxito la exigente carrera.

En 2016, Henry Worsley, un inglés que era veterano de las fuerzas especiales, tuvo que ser evacuado del hielo, vía aérea, mientras intentaba recorrer la Antártida de la misma manera y murió a los pocos días. Había recorrido más de 1400 kilómetros y le faltaban menos de 200 para terminar. En 2017, otro inglés, Ben Saunders, renunció a la misma misión en el Polo Sur. El miércoles, otro inglés más, Louis Rudd, de 49 años y amigo cercano de Worsley, también estaba en el hielo.

Rudd había competido con O’Brady desde el llamado Messner Start en la barrera de hielo Filchner-Ronne hasta la barrera de hielo de Ross, ubicada al pie del glaciar Leverett. Los dos aventureros salieron de Punta Arenas, Chile, en Halloween, y el 3 de noviembre partieron del campamento base de Antarctic Logistics & Expeditions (ALE) en el glaciar Unión.

La primera semana, Rudd empezó a ganar ventaja pero O’Brady lo alcanzó el 9 de noviembre y pronto tomó la delantera. Durante varias semanas, su ventaja fue de uno y dos días antes de la carrera final en el día de Navidad.

El último esfuerzo nació de un sentimiento.

O’Brady cuenta que se despertó la mañana de Navidad a más de 2400 metros sobre el nivel del mar, pero sentía que había llegado su momento. Sabía que tenía una ventaja considerable sobre Rudd, y había tenido un progreso sólido desde el 12 de diciembre, cuando llegó al Polo Sur: había recorrido más de 32 kilómetros por día… y, una vez, más de 48 kilómetros. Los cálculos conservadores le dejaban de tres a cuatro días para terminar su viaje, pero O’Brady dijo que comenzó a pensar mientras se preparaba el desayuno.

“Me desperté la mañana de Navidad y comencé a pensar. Me dije: ‘Muy bien, me quedan tres días para terminar. ¿A cuántas horas equivale ese trayecto?’”, pensó O’Brady. “Es común que la gente corra 160 kilómetros”.

Según O’Brady, al principio no compartió esa idea con Jenna Besaw, su esposa y administradora de la expedición. (También guardó el secreto durante su sesión de contacto con el campamento base de ALE, cuando les dijo que se sentía bien y que iba a “esquiar un poco más”). Besaw y la madre de O’Brady, Eileen Brady —quien asesoró al atleta y a su esposa a lo largo de la expedición— esperaban que la jornada de Navidad fuera un día de 64 kilómetros y 16 horas.



O’Brady usó sus cuentas en las redes sociales para anunciar su intención de completar su recorrido con un trayecto final de 130 kilómetros. CreditColin O'Brady


La mayor parte del viaje, el atleta se había detenido alrededor de las 20:00, después de doce horas de caminata. No obstante, las últimas dos semanas, había parado al menos hasta las 21:00. Sin embargo, la noche de Navidad, el reloj pasaba de las 23:00 y no había señales suyas.

En cambio, decidió instalar su tienda de campaña y descansar noventa minutos. Hirvió algo de agua y comió una doble porción de su cena. También se comunicó con su esposa.

“Jenna me envió un mensaje y me dijo: ‘Vaya, 64,3 kilómetros, tuviste un día increíble, deberías detenerte y descansar para que mañana lo hagas de nuevo’”, relató O’Brady. “Y yo respondí que no me detendría. Le insinué algo así: ‘Necesito tu apoyo al cien por ciento. Confía en mí’”.

Para algunas de las personas que seguían su progreso, fue desconcertante que tomara la decisión de presionarse para superar su producción diaria. Bajo el intenso estrés, la línea entre la lucidez y la locura puede ser borrosa, en especial para alguien que ha estado solo durante casi dos meses, que ha caminado varios kilómetros al día y ha batallado contra vientos furiosos, nieve fuera de temporada, visibilidad limitada por la nieve y temperaturas polares.

¿Se podía confiar que alguien en esa situación, exhausto y demacrado, tomara decisiones sensatas?

“Me siento en un estado de fatiga profunda”, dijo O’Brady el 22 de diciembre, cuando pudo ser contactado para una llamada por medio de un teléfono satelital. “Cuando crucé Groenlandia” —un viaje que emprendió a mediados de este año con el objetivo de prepararse para esta expedición—, “bajé un poco la guardia durante la última noche y caí en una grieta donde pude haber muerto fácilmente”.

“Tengo muchas ganas de acabar pero, al mismo tiempo, debo ejecutar bien hasta las cosas más pequeñas y no cometer ningún error estúpido al final”.

Le ayudó el hecho de que su último tramo hacia la meta fuera cuesta abajo. O’Brady mencionó que podía deslizarse en el terreno, lo que le permitió usar sus esquís.



Colin O’Brady durante el fin de semana, cuando estaba a punto de alcanzar la meta. CreditColin O’Brady

Durante su llamada para reportarse con Besaw; su madre; su hermana, Caitlin Alcott; y su padrastro, Brian Rohter, O’Brady fue bombardeado con preguntas, con el fin de poner a prueba su lucidez: ¿Había consumido suficientes calorías? ¿Se había detenido a hervir más agua? ¿Se estaba reabasteciendo de manera adecuada?

Según Besaw, también intentaron determinar si O’Brady entendía qué faltaba y qué iba a necesitar para llegar al final.

“Tuvimos una conversación abierta, honesta e inteligente con él, y respondió de manera perfecta”, comentó Besaw.

A lo largo de los últimos kilómetros, hizo todo lo que pudo para saborear su triunfo. Por primera vez en semanas, dijo O’Brady, se encontró rodeado de paisajes maravillosos: montañas y glaciares, en lugar de kilómetros interminables de nieve blanca.

“Empecé a ponerme sensible, nostálgico”, admitió. “Recordé toda la expedición en mi mente, y supe que iba a contar esta historia el resto de mi vida, pero me dije: ‘En este momento, estás viviendo esto, ¡vívelo!’. Me puse en contacto profundo con mis sentidos. ¿Cómo suenan los esquís cuando los arrastras en la nieve? ¿A qué sabe el ambiente aquí? Realmente solo intenté vivir la experiencia”.

Tras cumplir con su misión, O’Brady dijo que armaría su tienda de campaña, cerraría los ojos y esperaría a que su rival, Rudd, terminara su propio recorrido en solitario.

“Se me están cerrando los ojos”, comentó O’Brady. “Mi plan es esperar a Lou aquí y volar juntos de vuelta al glaciar Unión”.

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sábado, 22 de diciembre de 2018

Promocionando nuestra región en Santiago


Caminando por la calle Providencia,  antes de llegar a la Plaza Italia, me encontré con esta promoción, de Chile es Tuyo, para visitar nuestra región.
¿Qué les parece?









miércoles, 19 de diciembre de 2018

Tierra del Fuego (Argentina): La estrategia del salmón




En el llamado "fin del mundo", en la provincia argentina de Tierra del Fuego, el gobierno de Mauricio Macri quiere replicar el desarrollo de los criaderos de salmones que ha tenido Chile. Pero la esperanza de inversiones y empleos choca con la resistencia de buena parte de la población, que teme por el medio ambiente y por el impacto económico en otras actividades como el turismo y la pesca.

lunes, 17 de diciembre de 2018

MIS FOTOS: EL ESTRECHO DE MAGALLANES


Antes de llegar al aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del campo, para retornar a la ciudad de Santiago, captamos esta imagen, al amanecer del Estrecho de Magallanes.
De la serie "Mirando el Estrecho de Magallanes"

lunes, 10 de diciembre de 2018

ANTÁRTICA: La fauna antártica está amenazada por patógenos dispersados por los humanos

<p>Estos agentes patógenos, que causan infecciones frecuentes en las personas, son adquiridos por las aves marinas carroñeras en contacto con el ser humano o el ganado y se dispersan a lo largo del océano sur / Jacob González-Solís, Universidad de Barcelona-IRBio</p>

Estos agentes patógenos, que causan infecciones frecuentes en las personas,
son adquiridos por las aves marinas carroñeras en contacto con el ser
humano o el ganado y se dispersan a lo largo del océano sur / Jacob
González-Solís, Universidad de Barcelona-IRBio
La fauna de latitudes antárticas podría estar en peligro por los
patógenos que dispersan los humanos en localidades y bases
científicas del océano sur, según un estudio liderado por la
Universidad de Barcelona y el Instituto de Investigación y
Tecnología Agroalimentarias.
Son las primeras evidencias de zoonosis inversa relacionada
con la presencia de bacterias Salmonella y 
Campylobacter de origen humano en la fauna polar

Exploradores, balleneros, científicos —y más recientemente, también
turistas— son ejemplos de colectivos humanos que se han desplazado
hasta los puntos más remotos del extremo sur del planeta. Desde hace
tiempo, algunos estudios se preguntaban si en latitudes antárticas se
habían dado casos de zoonosis inversa (es decir, infecciones que son
transmitidas por la especie humana a otros seres vivos). Con todo, y
pese a algunos indicios previos, los estudios científicos sobre agentes
zoonóticos en las zonas antárticas y subantárticas han sido muy
fragmentados; por tanto, las evidencias son muy dispersas y no
totalmente convincentes en este ámbito del conocimiento.
Una investigación liderada por Jacob González-Solís de la Universidad
de Barcelona (UB) y Marta Cerdà-Cuéllar, del Instituto de Investigación
y Tecnología Agroalimentaria (IRTA-CReSA) ha detectado bacterias del género
 Salmonella y Campylobacter de origen humano en aves marinas
antárticas y subantárticas, revela la fragilidad de los ecosistemas polares
y alerta del riesgo de mortalidad en masa y extinción de poblaciones de
fauna local a causa de los patógenos.
El trabajo, publicado en la revista Science of The Total Environment,
estudia la posible transmisión de bacterias de origen humano a las
poblaciones de aves marinas en cuatro áreas de los ecosistemas antárticos
y subantárticos. "La cronología y las vías potenciales para la zoonosis
inversa en estos ecosistemas son complejas y difíciles de estudiar, pero
parecen claramente relacionados con la proximidad de la fauna a zonas subantárticas habitadas por humanos  y a la presencia de bases científicas antárticas", detalla González-Solís de la UB.
Bacterias resistentes a los antibióticos en ecosistemas polares
El trabajo confirma las primeras evidencias de zoonosis inversa relacionada
con la presencia de bacterias
 Salmonella y Campylobacter de origen humano
en la fauna polar. Una de las señales de alerta ha sido, en concreto, la identificación de cepas de
 Campylobacter que son resistentes a la
ciprofloxacina y la enrofloxacina (antibióticos de uso habitual en medicina y veterinaria).
"El descubrimiento de genotipos de Campylobacter habituales en la
especie humana o el ganado nos dio la pista definitiva para confirmar
que el hombre puede estar introduciendo patógenos en estas regiones
tan remotas", detalla Marta Cerdà-Cuéllar, investigadora del IRTA-CReSA.
"Estas cepas de
 Salmonella y Campylobacter, que son causa habitual de infecciones en los humanos y el ganado, no suelen provocar brotes de
mortalidad en la fauna salvaje. Ahora bien, los nuevos patógenos
emergentes o invasores que llegan a poblaciones altamente sensibles
—como la de la fauna antártica y subantártica— podrían tener consecuencias devastadoras y causar el colapso local y la extinción de algunas poblaciones".
Hemisferio norte y sur: ruta migratoria para las aves marinas y los patógenos
El estudio muestra que el riesgo de zoonosis inversa es más elevado
en áreas cercanas a las zonas geográficas más habitadas, como las islas
Malvinas (Falkland) o posiblemente el archipiélago Tristán de Acuña. En
este escenario, la conectividad biológica entre comunidades antárticas y subantárticas a través de las aves marinas carroñeras es un factor que
aceleraría la circulación de los agentes zoonóticos entre los ecosistemas de distintas latitudes.
"Ese sería el caso, por ejemplo, del págalo pardo subantártico (Stercorarius antarcticus), un ave marina carroñera que podría adquirir este patógeno y extenderlo desde las latitudes subantárticas hasta la Antártida", detalla
González-Solís.
Áreas polares: no toda la biodiversidad está protegida
El protocolo del Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente
establece una serie de principios aplicables a las actividades humanas
en la Antártida para reducir la huella humana en el continente blanco.
Sin embargo, algunas áreas subantárticas —que también son el hábitat
natural de aves como el págalo pardo subantártico o el petrel gigante—
no están protegidas por la normativa y podrían convertirse en la vía de
entrada de los agentes patógenos a los frágiles ecosistemas polares.
"Nuestros resultados indican claramente que cada vez es más fácil que
los humanos puedan introducir agentes patógenos en las regiones
prístinas de la Antártida. En consecuencia, la introducción de patógenos
en los ecosistemas más remotos del hemisferio sur podría ser una grave
amenaza para el futuro de la vida silvestre. Es imprescindible, por tanto,
adoptar medidas de bioseguridad más estrictas para limitar los impactos
humanos en la Antártida", concluye Jacob González-Solís.
Referencia bibliográfica:
"Do humans spread zoonotic enteric bacteria in Antarctica?" https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969718341688?via%3Dihub
Fuente: Universidad de Barcelona
SINC

domingo, 9 de diciembre de 2018

Punta Arenas (Chile) elegida Capital Americana de la Cultura 2020


La ciudad chilena de Punta Arenas ha sido elegida Capital Americana de la Cultura 2020, según que ha informado hoy el Bureau Internacional de Capitales Culturales.
El Presidente del Bureau, Xavier Tudela, ha declarado que la elección de Punta Arenas como Capital Americana de la Cultura 2020 “ha sido por tres motivos diferentes a la vez que complementarios; por la calidad del proyecto de candidatura; por el consenso institucional entorno la candidatura y por querer hacer de la Capitalidad Cultural un proyecto de suma, cohesión e inclusión social a la vez que un instrumento de desarrollo económico”.
Con la elección de Punta Arenas como Capital Americana de la Cultura 2020 la República de Chile empata con Brasil con 4 capitales culturales cada uno de estos países, clasificación liderada por México con 5 capitalidades culturales y que completan Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela que han tenido una Capitalidad Americana de la Cultura cada uno de ellos.
Punta Arenas fue fundada en 1848. Tiene una superficie de casi 40 km2 y una población de 125,000 habitantes. Capital de la Provincia de Magallanes y de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, antes de la apertura del canal de Panamá, en 1914, fue el principal puerto en la navegación entre los océanos Pacífico y Atlántico por su ubicación en el Estrecho de Magallanes, circunstancia que explica su época de gloria, que la hizo un gran centro cosmopolita y comercial en el extremo austral de Sudámerica. Ello ha incidido en el carácter europeo del centro de la ciudad que muestra una arquitectura sobresaliente.
La Capital Americana de la Cultura Punta Arenas 2020 coincidirá con el 500 aniversario de la circunnavegación del mundo.
La Capital Americana de la Cultura, creada en 1998, tiene como objetivo promover la integración interamericana desde el ámbito cultural, contribuir a un mejor conocimiento entre los pueblos del continente americano, respetando su diversidad nacional y regional, poniendo de relieve al mismo tiempo el patrimonio cultural común. La Organización Capital Americana de la Cultura es miembro del Bureau Internacional de Capitales Culturales, promueve internacionalmente las ciudades capitales americanas de la cultura y establece nuevos puentes de cooperación con otras capitales culturales del mundo. Está acreditada ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y tiene el reconocimiento de los parlamentos Latinoamericano y Europeo. Antena 3 Internacional es desde el año 2001 el primer canal oficial de televisión de la Capital Americana de la Cultura. Promociona sin coste alguno la capitalidad en 30 países o territorios del mundo, con una audiencia potencial cercana a los noventa millones de espectadores.

Capitales Americanas de la Cultura (2000-2020)
  • 2000: Mérida (México)
  • 2001: Iquique (Chile)
  • 2002: Maceió (Brasil)
  • 2003: Ciudad de Panamá (Panamá) y Curitiba (Brasil)
  • 2004: Santiago (Chile)
  • 2005: Guadalajara (México)
  • 2006: Córdoba (Argentina)
  • 2007: Cusco (Perú)
  • 2008: Brasilia (Brasil)
  • 2009: Asunción (Paraguay)
  • 2010: Santo Domingo (República Dominicana)
  • 2011: Quito (Ecuador)
  • 2012: São Luis (Brasil)
  • 2013: Barranquilla (Colombia)
  • 2014: Estado de Colima (México)
  • 2015: Mayagüez/Puerto Rico (Puerto Rico)
  • 2016: Valdivia (Chile)
  • 2017: Mérida (México)
  • 2018: Anzoátegui (Venezuela)
  • 2019: San Miguel de Allende-Guanajuato (México)
  • 2020: Punta Arenas (Chile)
CAC

sábado, 24 de noviembre de 2018

PUNTO DE ENCUENTRO EN LA PATAGONIA. ESTE SÁBADO EN RADIO/TV PRESIDENTE IBÁÑEZ, A PARTIR DE LAS 13.30 HORAS. INVITADOS RAMÓN DÍAZ ETEROVIC, ESCRITOR Y MARCELO AGÜERO, PRESIDENTE FUNDACIÓN OCCAP


Ramón Díaz Eterovic


Marcelo Agüero Faridoni

En la primera parte del programa, el magallánico Marcelo Agüero Faridoni nos hablará de la expedición a los canales patagónicos que se iniciará la próxima semana. Es una misión de exploración, investigación e instalación de estaciones sísmicas en los canales patagónicos y que es producto de un acuerdo entre la Fundación OCCAP y  la Washington University en St Louis (USA).








“…Esta expedición se enmarca en el Convenio de Cooperación entre la Universidad de Washington, en San Luis, junto con la Fundación OCCAP y esta expedición tiene como objetivo, que es el objetivo primario, es la instalación de ocho estaciones sismológicas, de última generación, en la cual los datos van a quedar abiertos  a la investigación chilena. Es decir, con esta información que estos equipos durante 18 meses van a estar pensando  y lanzando información hacia los satélites y almacenados en su propio sistema, en su propio disco duro va a estar disponible para diversos tipos de análisis y de estudio tanto para el Servicio Nacional de Sismología de Chile, como el Servicio de Geología . Por qué no decirlo,  en la etapa previa hubo  una cooperación también de  ENAP Magallanes, o sea, es un tema transversal para el desarrollo nacional y desarrollo regional. Hay un tema bien importante, que este sistema de medición a través de los análisis de datos va a poder también marcar algún índice con respecto a los rendimientos de los campos de hielo que eso es importante…









Ramón Díaz Eterovic










Como les conté, anteriormente, también habrá una conversación con el destacado escritor magallánico Ramón Díaz Eterovic, quien en la última Feria Internacional del Libro de Santiago, presentó un nuevo libro “La cola del diablo”, que es una nueva aventura del famoso detective Heredia y que transcurre en la ciudad de Punta Arenas.
Ramón hablará de esa novela, como también de Heredia y de los personajes que lo acompañan. Además,  nos habla de este trabajo  literario que está realizando con su hija mayor, Valentina Díaz Leyton, que es diseñadora e ilustradora de libros y del último libro que ha sido publicado, recientemente “Los tesoros del arcoíris” y que será presentado la próxima semana en Villarrica, que es donde vive su hija. Sobre el trabajo con ella nos dice que “mi hija trabaja bastante en el diseño y en algún momento ella obtuvo el patrocino del lugar donde trabaja, que es la Universidad Católica para poder desarrollar un proyecto de libros para primeros lectores y, entonces, ahí surgió la idea de compartir el trabajo y ella pone la parte gráfica y yo la historia…”




También, hace poco tiempo ha sido publicado un nuevo libro Estados Unidos. Se aprovecha para conocer, en esta conversación, la proyección que han tenido sus novelas, en diferentes partes del mundo y la próxima aparición de una novela de Heredia en el mercado de China.













También hace recuerdo de sus inicios como escritor, habla de sus proyectos para seguir escribiendo para niños y adolescentes.
Por supuesto que nos habla sobre Heredia. “…es un personaje que ya tienen 33 años en su vida. La primera novela con él como protagonista la publiqué en 1987 y se llama “la ciudad está triste”…
“… él es un detective, algo marginal, que vive en un barrio bastante popular de Santiago que es el Barrio Mapocho, el antiguo barrio de la bohemia de los escritores…”
“…él es un tipo que tiene un alto sentido, como de la ética y de la justicia; él se define como un hombre que busca verdades, que hace preguntas y yo siento y así lo han entendido personas que han estudiado las novelas, que en el desarrollo de estas historias hay una suerte de cronología de la historia política social chilena desde la época de la dictadura hasta nuestros días…”
“…en cada novela me he preocupado de abordar algún tema que tiene que ver con carencia de justicia, de desigualdad, con falta de equilibrio social en nuestro país…”
Bien si quieres conocer algo más te invito a que sintonices o veas por TV este nuevo programa de


PUNTO DE ENCUENTRO EN LA PATAGONIA

Un espacio dedicado al quehacer cultural, un encuentro con sus protagonistas, para contribuir al cambio cultural.

Creado y conducido por Roberto Bravo Vidal
El programa se trasmite por radio/TV Presidente Ibáñez de Punta Arenas todos los sábados a partir de las 13.30 horas.

Se puede escuchar y ver por internet
También se puede ver en el celular
También se verá aquí, en Facebook


Si quieres ver el programa en Facebook, puedes ingresar aquí






miércoles, 7 de noviembre de 2018

Ozone Hole Modest Despite Optimum Conditions for Ozone Depletion



Scientists from NASA and NOAA work together to track the ozone layer throughout the year and determine when the hole reaches its annual maximum extent. This year, the South Pole region of Antarctica was slightly colder than the previous few years, so the ozone hole grew larger.
Credits: NASA Goddard/ Katy Mersmann

The ozone hole that forms in the upper atmosphere over Antarctica each September was slightly above average size in 2018, NOAA and NASA scientists reported today.

Colder-than-average temperatures in the Antarctic stratosphere created ideal conditions for destroying ozone this year, but declining levels of ozone-depleting chemicals prevented the hole from as being as large as it would have been 20 years ago.
“Chlorine levels in the Antarctic stratosphere have fallen about 11 percent from the peak year in 2000,” said Paul A. Newman, chief scientist for Earth Sciences at NASA's Goddard Space Flight Center in Greenbelt, Maryland. "This year’s colder temperatures would have given us a much larger ozone hole if chlorine was still at levels we saw back in the year 2000.”
According to NASA, the annual ozone hole reached an average area coverage of 8.83 million square miles (22.9 square kilometers) in 2018, almost three times the size of the contiguous United States. It ranks 13th largest out of 40 years of NASA satellite observations. Nations of the world began phasing out the use of ozone-depleting substances in 1987 under an international treaty known as the Montreal Protocol.
The 2018 ozone hole was strongly influenced by a stable and cold Antarctic vortex — the stratospheric low pressure system that flows clockwise in the atmosphere above Antarctica. These colder conditions — among the coldest since 1979 — helped support formation of more polar stratospheric clouds, whose cloud particles activate ozone-destroying forms of chlorine and bromine compounds.
In 2016 and 2017, warmer temperatures in September limited the formation of polar stratospheric clouds and slowed the ozone hole’s growth. In 2017, the ozone hole reached a size of 7.6 million square miles (19.7 square kilometers) before starting to recover. In 2016, the hole grew to 8 million square miles (20.7 square kilometers).
However, the current ozone hole area is still large compared to the 1980s, when the depletion of the ozone layer above Antarctica was first detected. Atmospheric levels of man-made ozone-depleting substances increased up to the year 2000. Since then, they have slowly declined but remain high enough to produce significant ozone loss.

This time-lapse photo from Sept. 10, 2018, shows the flight path of an ozonesonde as it rises into the atmosphere over the South Pole from the Amundsen-Scott South Pole Station. Scientists release these balloon-borne sensors to measure the thickness of the protective ozone layer high up in the atmosphere.
Credits: Robert Schwarz/University of Minnesota

NOAA scientists said colder temperatures in 2018 allowed for near-complete elimination of ozone in a deep, 3.1-mile (5-kilometer) layer over the South Pole. This layer is where the active chemical depletion of ozone occurs on polar stratospheric clouds. The amount of ozone over the South Pole reached a minimum of 104 Dobson units on Oct. 12 — making it the 12th lowest year out of 33 years of NOAA ozonesonde measurements at the South Pole, according to NOAA scientist Bryan Johnson.
"Even with this year's optimum conditions, ozone loss was less severe in the upper altitude layers, which is what we would expect given the declining chlorine concentrations we’re seeing in the stratosphere," Johnson said.
A Dobson unit is the standard measurement for the total amount of ozone in the atmosphere above a point on Earth's surface, and it represents the number of ozone molecules required to create a layer of pure ozone 0.01 millimeters thick at a temperature of 32 degrees Fahrenheit (0 degrees Celsius) at an atmospheric pressure equivalent to Earth’s surface. A value of 104 Dobson units would be a layer that is 1.04 millimeters thick at the surface, less than the thickness of a dime.
Prior to the emergence of the Antarctic ozone hole in the 1970s, the average amount of ozone above the South Pole in September and October ranged from 250 to 350 Dobson units.
What is ozone and why does it matter?
Ozone comprises three oxygen atoms and is highly reactive with other chemicals. In the stratosphere, roughly 7 to 25 miles (about 11 to 40 kilometers) above Earth’s surfacea layer of ozone acts like sunscreen, shielding the planet from ultraviolet radiation that can cause skin cancer and cataracts, suppress immune systems and damage plants. Ozone can also be created by photochemical reactions between the Sun and pollution from vehicle emissions and other sources, forming harmful smog in the lower atmosphere.
NASA and NOAA use three complementary instrumental methods to monitor the growth and breakup of the ozone hole each year. Satellite instruments like the Ozone Monitoring Instrument on NASA’s Aura satellite and the Ozone Mapping Profiler Suite on the NASA-NOAA Suomi National Polar-orbiting Partnership satellite measure ozone across large areas from space. The Aura satellite’s Microwave Limb Sounder also measures certain chlorine-containing gases, providing estimates of total chlorine levels.
The total amount of ozone in the atmosphere is exceedingly small. All of the ozone in a column of the atmosphere extending from the ground to space would be 300 Dobson units, approximately the thickness of two pennies stacked one on top of the other.
NOAA scientists monitor the thickness of the ozone layer and its vertical distribution above the South Pole by regularly releasing weather balloons carrying ozone-measuring “sondes” up to 21 miles (~34 kilometers) in altitude, and with a ground-based instrument called a Dobson spectrophotometer.
To learn more about NOAA and NASA efforts to monitor ozone and ozone-depleting gases, visit:
Last Updated: Nov. 2, 2018
Editor: Sara Blumberg

NASA