Seis meses después de clavar su bandera tricolor en el Polo Norte geográfico, Rusia ha hecho lo mismo en el Polo Sur, en una clara muestra de sus renovadas ambiciones en la Antártida.
'La bandera rusa fue colocada -el jueves- en el lecho marino en el Polo Sur geomagnético en las coordenadas 64 grados 28 minutos latitud sur y 137 grados 37 minutos longitud este', señaló hoy el portavoz del Instituto de Investigación Científica del Artico y la Antártida, Serguéi Baliásnikov.
Esa 'simbólica' operación fue realizada en el fondo del mar de Durvil por el buque científico 'Académico Karpínski', integrante de la expedición antártica rusa número 53 que atracó en el continente blanco a finales de enero.
El principal objetivo de esa expedición es reabrir dos estaciones antárticas clausuradas por falta de fondos en los años 80 del siglo XX (Rússkaya y Leningrádskaya) y, lo que es más importante, estimar las reservas energéticas de la zona.
Precisamente, expertos rusos ya han habilitado una pista de aterrizaje para aviones con esquís en el chasis en la base Rússkaya, que se encuentra en la Antártida occidental en la región de Mary Byrd.
En la estación Progress los especialistas están construyendo un moderno complejo residencial invernal, en el que los científicos rusos podrán residir los doce meses del año.
Por su parte, el buque laboratorio 'Académico Fiódorov', que acoge a más de un centenar de tripulantes a bordo, realizó trabajos geofísicos en el fondo del mar frente a la costa pacífica del continente.
Con un presupuesto de casi un millón de dólares, la expedición debe instalar varias estaciones automáticas meteorológicas y geodésicas que 'funcionarán de manera autónoma', según el Instituto Meteorológico de Rusia (IMR).
Además, se construirá un nuevo puesto de avanzada, se remozarán las bases Progress y Novolázarevskaya y se efectuarán estudios climatológicos, hidrográficos, biológicos, sismológicos y de prospección geológica en el sector antártico bañado por el Pacífico.
Otra de las prioridades es continuar la perforación de la gruesa capa de hielos perpetuos que cubre el lago Vostok (Oriente), de la que ya se han perforado más de 3.600 metros.
Con 200 kilómetros de largo, 50 de ancho y 500 metros de profundidad, el Vostok es una masa de agua dulce en estado líquido, descubierta en 1957 por científicos soviéticos e incluida en la lista de los hallazgos geográficos más importantes del siglo XX.El agua del lago Vostok, que se encuentra en el epicentro del sexto continente, es considerada la más pura y antigua del mundo.
Las muestras del hielo cercano a la superficie del lago tienen una antigüedad de 420.000 años, por lo que se supone que el embalse natural ha permanecido sellado bajo la placa de hielo entre 500.000 y más de un millón de años.
Por otra parte, el jefe de la expedición antártica rusa, Valeri Lukín, ha estimado en unos 51.000 millones las toneladas de hidrocarburos que acoge la plataforma continental antártica.Lukín mantiene que 'la dinámica de los precios mundiales de las materias primas puede influir en la decisión de la comunidad internacional' sobre la explotación de los recursos energéticos de la Antártida.
Todas las actividades en el sexto continente están reglamentadas por el Tratado sobre la Antártida, firmado el 1 de diciembre de 1959 por 44 países y en vigor desde 1961.
Este acuerdo estableció el marco jurídico sobre la utilización y la soberanía del continente blanco, aunque posteriormente Chile, Australia, Francia, Nueva Zelanda, Argentina, Reino Unido y Noruega han expresado pretensiones territoriales.
Lukín recordó que a partir de 1998 entró en vigor el Protocolo de Madrid de 1991, que fijó la Antártida como una zona desmilitarizada en la que sólo se pueden desarrollar investigaciones científicas.Este documento, que todavía no ha sido ratificado por todos los países firmantes, establece en su artículo 7 una moratoria de 50 años a todo tipo de explotación de los recursos naturales por debajo de los 60 grados de latitud sur.
Eso no ha evitado que la mayoría de países con bases en la Antártida, incluida Rusia, desarrollen programas de investigación geológica, que incluyen la búsqueda de hidrocarburos y recursos minerales en el subsuelo antártico.Rusia se ha manifestado terminantemente en contra de un reparto de la superficie de la Antártida basado en reclamaciones territoriales unilaterales como las planteadas recientemente por el Reino Unido, que fueron secundadas por Chile y Argentina.
Con una superficie de 13.975.000 kilómetros cuadrados -sin contar la extensión de los glaciares- la Antártida representa el 11 por ciento de la tierra firme del planeta y es más extensa que Australia.
Terra Actualidad - EFE
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