jueves, 28 de noviembre de 2013

ANTÁRTICA HOY: Imágenes en algunas báses

Casey Station. Australia

David Station. Australia

Macquire Island Station. Australia

Amundsen-Scott South Pole Station

Mawson Station. Australia

Halley Research Station. Reino Unido

Neumayer Station. Alemania

Scott Base. New Zeland

Rothera Research Station, BAS

Bird Island Research. BAS

King Edward Point Research, South Georgia

King Edward Point


URUGUAY: Convenio de cooperación entre Facultad de Ciencias y el Instituto Antártico Uruguayo


La Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y el Instituto Antártico Uruguayo (IAU), firmaron un convenio a través del cual acordaron desarrollar actividades en forma conjunta, como forma de intensificar la investigación antártica de nuestro país.
El convenio, que cuenta con el aval del Ministerio de Defensa, el Ministerio de Cultura y la Universidad de la República, fue firmado en la sala del Consejo de la Facultad de Ciencias, por el decano de esta institución, Juan Cristina y el Presidente del Instituto Antártico, Brigadier General (Av) Ismael V. Alonso.
En este marco, se anunció que se ultiman los detalles para que en el mes de febrero, se inaugure en la Base Artigas de la Antártida, la Primer Escuela de Introducción a la Investigación Científica Antártica, dirigida a 22 científicos estudiantes de grado de la Facultad de Ciencias.
 El Presidente de la Asociación Civil Antarkos, Leonardo Latorre, participó de la mesa de autoridades que testimoniaron la firma del convenio. De esta forma, Antarkos respaldó una vez  el nexo con la Facultad de Ciencias, tal como lo ha hecho con el Salón de Fotografía Antártica en los salones de esta facultad, y el Seminario de Investigación Científica en las Regiones Polares y las Posibilidades del Uruguay en la Antártida.
Este Convenio, tiene por objeto acordar la realización conjunta de aquellas tareas relacionadas con el desarrollo de investigaciones científico – tecnológicas, actividades de enseñanza y formación de recursos humanos en materia de la Investigación Científica Antártica, en el área del Tratado Antártico.
Además, se considera que contribuye a aunar esfuerzos al servicio de intereses nacionales, promoviendo a la vez la generación de vínculos que redundarán en beneficios Institucionales y Sociales para las partes.
El Diario
UNoticias

Imágenes de la Antártica de British Antartic Survey


Un campamento remoto campo glaciología en la Rutford hielo Stream.

Icebergs en una mañana-atmosféricas en el Estrecho Antarctic.

BAS

Chile organiza encuentro internacional para potenciar la ciencia antártica nacional



Punta Arenas, 27 de noviembre de 2013.- Chile organizará entre el 28 y 29 de noviembre en Punta Arenas, un taller con países de la Unión Europea y América Latina para potenciar su programa científico antártico. Al encuentro, organizado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) y el Instituto Antártico Chileno (INACH), asistirá una treintena de científicos y expertos de nueve países que intercambiarán información, identificarán oportunidades de colaboración y presentarán propuestas para el futuro de la investigación polar en el sector de la península Antártica.

El encuentro, denominado “The future of Antarctic research: priorities, collaboration possibilities and funding opportunities” (“El futuro de la investigación antártica: prioridades, posibilidades de colaboración y oportunidades de financiamiento”), se llevará a cabo en el marco del proyecto CEST+I (Iniciativa de Ciencia, Tecnología e Innovación de Chile y la Unión Europea) con el objetivo de promover sinergias entre los diferentes programas de cooperación de la Unión Europea, América Latina y Chile. Este proyecto es financiado por la Comisión Europea, a través de su Séptimo Programa Marco (7PM), y Conicyt.

Para el director nacional del INACH, Dr. José Retamales, este taller representa la culminación de una etapa del programa polar nacional. “El 2005 hicimos lo mismo para desarrollar el instituto y la ciencia antártica nacional. Este encuentro nos permitirá evaluar lo hecho y proyectar el futuro de la investigación antártica, pero en otro marco. Chile hoy tiene indicadores de crecimiento que le permiten abrirse al mundo”, comenta Retamales.

En la actualidad, Chile posee un Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien) con cinco líneas de investigación, ocho fondos de financiamiento con concursos abiertos y transparentes para investigación de pre y postgrado, y una comunidad científica creciente y rejuvenecida, constituyendo el más robusto programa de investigación científica antártico latinoamericano.

En ese sentido, el director (S) del Departamento de Relaciones Internacionales de Conicyt, Gonzalo Arenas, dice que este taller tiene lugar en un contexto muy favorable para la investigación polar en Chile, dado que en la última década se han multiplicado los recursos públicos destinados a este tipo de investigación. “Así, el número de proyectos se ha triplicado, consolidando la posición de Chile como un actor relevante en la investigación antártica y fortaleciendo la imagen de Punta Arenas como puerta al Continente Blanco”, sostiene Arenas.

El taller se desarrollará en instalaciones del INACH. Entre los países que han confirmado su participación están Alemania, Argentina, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Perú y el Reino Unido.

De los expertos que estarán presentes en este taller, destacan el director del Programa Polar de EE. UU., Scott Borg; el reconocido ecólogo del Instituto Antártico Británico (British Antarctic Survey, BAS), Peter Convey; y el vicepresidente del Comité Científico en Investigación Antártica (Scientific Committee on Antarctic Research, SCAR), Sergio Marenssi, entre otros.

En tanto, por nuestro país, asistirán 14 reconocidos científicos polares provenientes de las universidades de Santiago de Chile, de Concepción, de La Frontera, Austral de Chile y de Magallanes, además de la Fundación Biociencia y del Instituto Antártico Chileno.


Colaboración internacional

Uno de los desafíos de la actual administración del INACH ha sido atraer a nuevos programas antárticos para que elijan a Punta Arenas como puerta de entrada al Continente Helado. Para ello, se está ejecutando el proyecto “Implementación de una Red Científica Internacional Antártica-Subantártica”, con fondos de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).

Esta iniciativa, comenta Retamales, nos han permitido ampliar considerablemente nuestra red de colaboración científica internacional y así hemos firmado este año acuerdos con Polonia, Bélgica y Japón.

En la temporada pasada, del total de actividades del INACH en la Antártica, hubo un 28 % de acciones de colaboración con programas antárticos de otros países.

A su vez, de acuerdo a lo informado por el Programa de Cooperación Internacional de Conicyt, entre el 2010 y el 2013 han trabajado en Chile 1.569 investigadores extranjeros. Asimismo, más de 100 equipos de investigadores chilenos han participado en proyectos de investigación de la Unión Europea. 

Finalmente, de las 6.760 publicaciones ISI del 2012 generadas en los proyectos Fondecyt, alrededor del 45 % fueron con autores extranjeros.

INACH

Encuentran registros fósiles de los dinosaurios más australes de Sudamérica. Comprueban tránsito de dinosaurios entre Patagonia y Antártica


• Además sería el primer registro de dinosaurios de la Región de Magallanes, Patagonia Chilena.
• También se encontraron las primeras hojas fósiles de Nothofagus de la “era de los dinosaurios”.

Santiago, 22 de noviembre de 2013.- Paleontólogos dan a conocer el hallazgo de huesos y partes del cráneo de dinosaurios al norte de la Provincia de Última Esperanza, Región de Magallanes, siendo éstos los más australes de Sudamérica y los primeros encontrados en este sector de la Patagonia Chilena. Los investigadores calificaron este hecho como un hito de la paleontología mundial y nacional que permitirá entender la evolución de la flora y fauna entre el extremo sur de América y la Antártica.

El equipo de expertos chilenos, liderados por el Dr. Marcelo Leppe, paleobotánico del Instituto Antártico Chileno (INACH), dio a conocer hoy los resultados de tres años de campañas en la Patagonia Chilena, en la sede de la Fundación Imagen de Chile. Además, estuvieron presente los doctores David Rubilar, del Museo Nacional de Historia Natural, y Alexander Vargas, de la Universidad de Chile, ambos miembros del equipo que analizan las muestras.


El Dr. David Rubilar comentó que se han identificado restos que podrían ser de hadrosaurios e iguanodóntia basales, es decir, “al menos dos formas diferentes de ornitópodos”. Explicó que para determinar si se trata de algo nuevo o no, deberán comparar material hallado con fósiles de otras colecciones paleontológicas del mundo y revisar bastante bibliografía.

Los hadrosaurios o dinosaurios de pico de pato eran herbívoros que tenían más de dos mil dientes en la boca, organizados en grandes placas, que molían y picaban el alimento antes de tragarlo. Podían descansar sobre sus patas delanteras al alimentarse a ras de suelo, siendo facultativamente bípedos para correr o alcanzar alimento en los sitios más altos. Medían entre 8 a 9 metros de largo, y entre 3 y 4 de altura. Generalmente anidaban en grupo. Lo más característico es que tenían la punta del hocico transformada en un pico ancho, como de forma de pato y sin dientes, cubierto de un cuerno con queratina.

Ilustración: Mauricio Alvarez Abel

Respecto a la relevancia del descubrimiento, el Dr. Alexander Vargas añadió que es de suma importancia ya que al parecer se trataría de una capa con alta concentración de huesos, lo que se denomina “bonebed” o “cama de huesos”. “Este tipo de hallazgos, con alta concentración de huesos, no había sido encontrado antes en el país. Todavía se deben seguir las investigaciones de campo para establecer la extensión y concentración de fósiles in situ”, precisó el Dr. Vargas.

Los hadrosaurios han sido frecuentemente encontrados en el hemisferio norte, sin embargo, hay registro de un diente de esta especie en Antártica. De acuerdo a los antecedentes manejados por los paleontólogos, este sería el hallazgo de restos fósiles de dinosaurios más austral del continente y el primero en la Región de Magallanes.
Hojas fósiles de la era de los dinosaurios


Para el Dr. Leppe lo interesante del descubrimiento radica en que se encontraron dinosaurios in situ, lo que “nos entrega una tremenda información del contexto donde vivieron”. De hecho, otro hito importante es que hallaron las primeras hojas de Nothofagus de la era de los dinosaurios. Hojas que por lo menos tienen 66 millones de años, las cuales estaban subyaciendo a los huesos. Habían abundantes improntas fósiles de hojas con al menos 10 morfos de angiospermas y dos tipos distintos de Nothofagus.

Los Nothofagus (Familia Nothofagaceae Kuprian) comprenden 10 especies en Chile, y dominan el paisaje boscoso del sur de Sudamérica, siendo conocidos comúnmente como robles, coihues, lengas, ñirres, raulíes, ruiles y hualos.
“Nunca se habían encontrado hojas de esta especie antes de los 50 millones de años, ni menos en la misma época en que estuvieron presentes en Antártica (80 millones de años)”, puntualiza el actual jefe del departamento Científico del INACH.

Según el paleobotánico, esta información será clave para comprender la historia natural del sur de Chile y la Antártica, masas terrestres que estuvieron unidas permitiendo la distribución de las especies de un lugar para otro, durante la Era del Mesozoico, época en la cual gobernaban los dinosaurios. “Nuestra hipótesis es que Nothofagus llegó desde Antártica a Chile agresivamente dominando el paisaje natural hasta el presente ”, conclye Leppe.

Estos descubrimientos fueron hechos en febrero de este año, por un equipo compuesto por 11 investigadores, muy cerca de la frontera con Argentina, fuera del Parque Nacional Torres del Paine, y a más de 120 km de Puerto Natales. El 2011 se identificó el lugar gracias a imágenes satelitales y al trabajo realizado por el paleobotánico japonés Harufumi Nishida, en años anteriores. Posteriormente efectuaron dos campañas al área para encontrar los sedimentos que dan cuenta del Cretácico Terrestre.

Este proyecto, ha contado con el financiamiento del Laboratorio de Paleobiología de Patagonia y Antártica del INACH, del Institut für Geowissenschaften de la Universidad de Heidelberg, del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), y del Consejo de Monumentos Nacionales.
INACH


Comprueban tránsito de dinosaurios entre Patagonia y Antártica

Descubrimiento de fósiles inéditos en Magallanes consiguió trabajo liderado por el Instituto Antártico Chileno (INACH), presentado en conjunto con la Fundación Imagen de Chile.


Marcelo Leppe, paleontólogo y jefe del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (INACHI); David Rubilar, paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural y Alexander Vargas, paleontólogo del a Universidad de Chile, expusieron los hallazgos más importantes realizados en la Patagonia chilena durante los últimos 10 años, que  mediante evidencias científicas dan a conocer una posible conexión entre Sudamérica y la Antártica durante el periodo Cretácico terrestre,  con tránsito en ambos sentidos de animales y vegetales.

Los hadrosaurios o dinosaurios de pico de pato eran herbívoros que tenían más de dos mil dientes en la boca, organizados en grandes placas, que molían y picaban el alimento antes de tragarlo. Podían descansar sobre sus patas delanteras al alimentarse a ras de suelo, siendo facultativamente bípedos para correr o alcanzar alimento en los sitios más altos. Medían entre 8 a 9 metros de largo, y entre 3 y 4 de altura. Generalmente anidaban en grupo. Lo más característico es que tenían la punta del hocico transformada en un pico ancho, como de forma de pato y sin dientes, cubierto de un cuerno con queratina.

Los Nothofagus (Familia Nothofagaceae Kuprian) comprenden 10 especies en Chile, y dominan el paisaje boscoso del sur de Sudamérica, siendo conocidos comúnmente como robles, coihues, lengas, ñirres, raulíes, ruiles y hualos.

La Tierra es un lugar dinámico. Un hogar que de tanto en tanto cambia los muebles de lugar e incluso a sus residentes. Pero eso no nos hace asombrarnos menos cada vez que constatamos lo distinto que ha podido llegar a ser y toda la historia que lleva a cuestas.

Presentado en la Fundación Imagen de Chile, se trata del hallazgo de huesos y partes del cráneo de dinosaurios al norte de la provincia de Última Esperanza, los primeros en la Región de Magallanes y los más australes de los que se tiene registro, por lo que fue calificado como un hito en la paleontología mundial.
David Rubilar comentó que se han identificado restos que podrían ser de hadrosaurios e iguanodóntia basales, es decir, “al menos dos formas diferentes de ornitópodos”. Explicó que para determinar si se trata de algo nuevo o no, deberán comparar material hallado con fósiles de otras colecciones paleontológicas del mundo y revisar bastante bibliografía.
Respecto a la relevancia del descubrimiento, Alexander Vargas añadió que es de suma importancia ya que al parecer se trataría de una capa con alta concentración de huesos, lo que se denomina "bonebed" o "cama de huesos". “Este tipo de hallazgos, con alta concentración de huesos, es inédito en el país. Todavía se deben seguir las investigaciones de campo para establecer la extensión y concentración de fósiles in situ”, precisó.
Los hadrosaurios han sido frecuentemente encontrados en el hemisferio norte, sin embargo, hay registro de un diente de esta especie en Antártica. De acuerdo a los antecedentes manejados por los paleontólogos, este sería el hallazgo de restos fósiles de dinosaurios más austral del continente y el primero en la Región de Magallanes.

Hojas fósiles de la era de los dinosaurios

Para Leppe lo interesante del descubrimiento radica en que se encontraron dinosaurios  in situ, lo que “nos entrega una tremenda información del contexto donde vivieron”. De hecho, otro hito importante es que hallaron las primeras hojas de Nothofagus de la era de los dinosaurios. Hojas que por lo menos tienen 66 millones de años, las cuales estaban subyaciendo a los huesos. Habían abundantes improntas fósiles de hojas con al menos 10 morfos de angiospermas y dos tipos distintos de Nothofagus.
“Nunca se habían encontrado hojas de esta especie antes de los 50 millones de años, ni menos en la misma época en que estuvieron presentes en Antártica (80 millones de años)”, puntualiza el actual jefe del Departamento Científico del INACH.
Según el paleobotánico, esta información será clave para comprender la historia natural del sur de Chile y la Antártica, masas terrestres que estuvieron unidas permitiendo la distribución de las especies de un lugar para otro, durante la Era del Mesozoico, época en la cual gobernaban los dinosaurios. “Nuestra hipótesis es que Nothofagus llegó desde Antártica a Chile agresivamente dominando el paisaje natural hasta el presente”, concluye Leppe.
Estos descubrimientos fueron hechos en febrero de este año, por un equipo compuesto por 11 investigadores, muy cerca de la frontera con Argentina, fuera del Parque Nacional Torres del Paine, y a más de 120 km de Puerto Natales. El 2011 se identificó el lugar gracias a imágenes satelitales y al trabajo realizado por el paleobotánico japonés Harufumi Nishida, en años anteriores. Posteriormente efectuaron dos campañas al área para encontrar los sedimentos que dan cuenta del Cretácico Terrestre.
Este proyecto ha contado con el financiamiento del Laboratorio de Paleobiología de Patagonia y Antártica del INACH, del Institut für Geowissenschaften de la Universidad de Heidelberg, del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), y del Consejo de Monumentos Nacionales.
Veo verde

viernes, 22 de noviembre de 2013

Conversando con José Retamales, Director del INACH



En diciembre del año pasado tuve la oportunidad de conversar con José Retamales, Director del Instituto Antártico Chileno (INACH). Sólo hoy he recuperado la grabación y la comparto. Agradezco a José su gentileza ya que se encontraba de vacaciones y accedió muy gentilmente a conversar. Y por supuesto el tema fue la Antártica, su importancia, tanto como para el mundo como para Chile y el rol que juega INACH


Conversando con José Retamales 2a parte La Antártica



En diciembre del año pasado tuve la oportunidad de conversar con José Retamales, Director del Instituto Antártico Chileno (INACH). Sólo hoy he recuperado la grabación y la comparto. Agradezco a José su gentileza ya que se encontraba de vacaciones y accedió muy gentilmente a conversar. Y por supuesto el tema fue la Antártica y en esta segunda parte tocamos el tema de ciencia y el rol de la INACH.
También habló del cambio climático
...la tierra está ante un fenómeno, provocado por el hombre, que podría significar, porque hay algunos que dudan de esto, de que la tierra aumente su temperatura. No lo vamos a ver ni en 5 años ni en 20. Lo vamos a ver en tiempos más largos. Hay una proyección hacia el 2100 en que la temperatura de la tierra podría haber crecido a un nivel tal que el nivel del mar podría aumentar de diez centímetros hasta un metro cuarenta...

jueves, 21 de noviembre de 2013

La detección de 28 partículas fantasma inicia una nueva era en la exploración espacial

Neutrinos extraterrestres detectados en el Polo Sur
El observatorio IceCube, construido en la Antártida. Science

Si a Shackleton o a Amundsen les hubiesen contado que algún día habría un laboratorio gigante con aspecto de nave espacial sobre los mismos hielos que destrozaban sus barcos y mataban a sus tripulaciones en la Antártida, hubieran pensado que se trataba de una locura. Y lo mismo le ocurrió en los años 70 a las autoridades norteamericanas cuando escuchaban a un grupo de investigadores de Estados Unidos plantear la idea de construir un cubo de un kilómetro por un kilómetro enterrado a 2.500 metros de profundidad bajo el hielo de la Antártida para observar los neutrinos que llegan desde el Universo. Pero esa locura es una realidad que acaba de producir sus primeros resultados importantes, y prometen revolucionar la Astronomía.
El grupo de 276 científicos de 12 países que trabaja en IceCube ha detectado por primera vez neutrinos -un tipo de partículas subatómicas que pueden generarse en el Sol, en fenómenos astrofísicos como el Big Bang, el CERN o en las centrales nucleares- de alta energía que proceden de más allá de nuestra galaxia.
«Este es el primer indicio de neutrinos de muy alta energía de fuera del Sistema Solar», explicaba ayer Francis Halzen, investigador principal de IceCube, profesor distinguido de Física en la Universidad de Wisconsin-Madison y verdadero padre intelectual del proyecto. «Es muy gratificante ver finalmente lo que hemos estado buscando.Este es el comienzo de una nueva era para la Astronomía», sentenció.

Uno de los agujeros del IceCube, taladrados en el hielo. | Science


La frase de Halzen está justificada. Este descubrimiento supone que se podrá utilizar la información que se pueda extraer de los neutrinos provenientes del espacio para hacer Astronomía. Según, Juan Antonio Aguilar, investigador de la Universidad de Ginebra y miembro del equipo de IceCube, el hallazgo es similar a la primera vez que se utilizaron rayos X o radiación Gamma para obtener imágenes del espacio profundo, dos técnicas que revolucionaron la investigación astronómica moderna.

Una nueva puerta al espacio

Los neutrinos pueden producirse a partir de muchas fuentes, algunas del espacio y otras situadas en la atmósfera terrestre. De hecho, esta no es la primera vez que se detectan neutrinos cósmicos. En 1987, varios detectores alrededor del mundo observaron un pulso de neutrinos de baja energía producidos por una supernova cercana (una explosión estelar).
El número de neutrinos extraterrestres detectados -28- puede parecer escaso para dos años de trabajo, pero la clave está en la energía que tienen. «Los neutrinos que hemos detectado tienen energías entre un millón y mil millones más energía que los neutrinos solares o de la Supernova de 1987», explica Carlos de los Heros, profesor de la Universidad de Uppsala y uno de los investigadores que diseñaron el prototipo del observatorio IceCube. Nunca se habían detectado estas partículas de muy alta energía -porque hasta la construcción de IceCube no existía ningún observatorio capaz de hacerlo-, y eso abre una nueva puerta a la exploración del espacio.
IceCube es la trampa de neutrinos más sensible que se haya construido jamás y la única lo bastante grande para cazar neutrinos cósmicos de muy alta energía. El observatorio astronómico, al contrario que los telescopios que todo el mundo puede tener en mente, consiste en 87 agujeros taladrados en el hielo polar hasta una profundidad de más de 2.000 metros. En cada uno de ellos se desliza una cuerda que lleva anudados unos detectores del tamaño de pelotas de baloncesto. Y son precisamente esas esferas las responsables de captar las tenues señales de los neutrinos que atraviesan la Tierra provenientes de la atmósfera, del Sol y del espacio exterior al Sistema Solar.
El Sol emite un flujo muy intenso de neutrinos, pero son de una energía muy baja, de unos 10 MeV. Y la misma magnitud emiten las supernovas o las centrales nucleares, debido a la desintegración de núcleos inestables producidos al quemar el combustible.
«Somos ciegos a esos neutrinos, -explica De los Heros-. El diseño del detector desde el principio estuvo enfocado a buscar neutrinos de energía mucho más alta. Y tras muchos años de planificación y construcción, el detector ha dado sus frutos». Los 28 neutrinos extraterrestres observados tienen energías desde 30 millones de MeV, hasta dos de ellos con energías por encima de los 1.000 millones de MeV (1.000 TeV). Estos dos neutrinos muy energéticos son tan importantes para los investigadores y para el futuro de la Astronomía que han terminado por ponerles apodo: Ernie y Bert (Epi y Blas).
El Mundo

La detección de 28 partículas fantasma inicia una nueva era en la exploración espacial


Laboratorio en superficie de IceCube
Los ordenadores en el laboratorio de IceCube recogen los datos en bruto que se producen en los detectores enterrados en el hielo antártico. Los sucesos con especial interés se envían hacia los centros de investigación del norte por vía satélite. Felipe Pedreros, IceCube/NSF


A finales de los años 20, cuando el sueño de dominar la inmensa energía que mantiene los átomos unidos comenzaba a hacerse realidad, Wolfgang Pauli trataba de resolver una aparente incoherencia en el funcionamiento de la materia. Cuando se desintegraban algunos núcleos atómicos, desaparecía cierta cantidad de energía de manera inexplicable y eso era una transgresión intolerable de las leyes físicas. Para salvar el principio de conservación de la energía, Pauli propuso la existencia de una partícula fantasmagórica, sin carga eléctrica, con una masa ínfima y que prácticamente no interaccionaría con la materia. Veintiséis años después, y gracias a otro fruto de los avances de la física atómica, Frederik Reines y Clyde Cowan, junto a un reactor nuclear, detectaron por primera vez un neutrino.


En aquellas décadas prodigiosas entre las dos guerras mundiales, los progresos en el conocimiento de la materia que dieron a conocer el neutrino coincidieron también con otros momentos transformadores para la astronomía. Edwin Hubble nos enseñó que nuestra galaxia era solo una entre muchas y Fritz Zwicky planteó la posibilidad de que algunas estrellas acabarían su vida con un inmenso estallido: supernovas que en su último estertor llenarían el espacio de rayos cósmicos ultraenergéticos. Más de 80 años después, un artículo que hoy se publica en la revista Science reúne de alguna manera a Pauli, Hubble y Zwicky y puede que, en palabras del investigador de la Universidad de Maryland (EEUU) y coautor del artículo Gregory Sullivan, haya dado comienzo a “la era de la astronomía de neutrinos”. Estas partículas predichas por Pauli podrían servir para estudiar de una forma completamente nueva las supernovas y los rayos cósmicos anunciados por Zwicky y además podrían hacerlo en galaxias lejanas como las que descubrió Hubble.

Esta “nueva era” de la cosmología comenzó en abril de 2012, en la Antártida. Allí está instalado IceCube, el que se puede considerar el mayor telescopio del mundo, un artefacto descomunal que costó 271 millones de dólares y requirió seis años de construcción. Enterrados bajo el hielo del Polo Sur, a profundidades de entre 1,5 y 2,5 kilómetros, hay 5.160 detectores distribuidos en un espacio de un kilómetro cúbico. Una gigantesca trampa preparada para capturar unas partículas tremendamente escurridizas.
Por dar una idea de lo difícil que es atrapar a un neutrino, hay que tener en cuenta que billones de ellos nos atraviesan cada segundo, pero si el detector solo tuviese nuestro tamaño, serían necesarios 100.000 años para ver interactuar a un neutrino con uno de nuestros átomos. La ausencia de carga eléctrica hace que no se vean afectados por la fuerza electromagnética y su levedad les hace inmunes a la gravedad. Son tan indiferentes frente a otras partículas que podrían atravesar un bloque de plomo de más de nueve billones de kilómetros de grosor sin problemas.
Pese a la dificultad de la tarea, un detector como IceCube es capaz de captar gran cantidad de neutrinos de baja energía como los producidos en los choques de los rayos cósmicos contra la atmósfera. Sin embargo, lo que sucedió en abril del año pasado fue aún más extraordinario. Dos neutrinos de más de 1.000 teraelectronvoltios (TeV) habían atravesado los dispositivos de IceCube. Normalmente, los que proceden del Sol y del impacto de los rayos cósmicos tienen entre uno y diez TeV, 100 como mucho. Esa elevada energía hacía sospechar que habían surgido fuera del Sistema Solar, en algún evento cósmico ultraviolento. A partir de ahí, los responsables de IceCube volvieron a buscar en sus registros entre mayo de 2010 y mayo de 2012. Allí, encontraron otros 26 sucesos de alta energía, que hoy se presentan en Science junto a los dos superneutrinos conocidos como Epi y Blas.
“Estos descubrimientos abren lo que llamaríamos la astrofísica de más altas energías y, probablemente, aunque aún se deberá determinar, la era de la astrofísica de neutrinos extragalácticos”, opina Carlos Peña Garay, investigador del Instituto de Física Corpuscular (UV/CSIC) de Valencia. “Hasta ahora, con los telescopios que observan rayos X o el espectro de luz visible, cuando estudiamos un agujero negro o una supernova nos estamos quedando en lo que sucede alrededor de esas máquinas que aceleran las partículas a muy altas energías, pero no vemos lo que está pasando realmente en su interior”, explica Peña Garay. “Con los neutrinos podremos ir más allá de los procesos electromagnéticos y se podrá observar lo que sucede con las interacciones fuertes y débiles dentro de estos aceleradores de partículas astrofísicos”, añade.

Un Nobel para la astronomía de neutrinos

Aún queda trabajo para saber si los neutrinos capturados en IceCube proceden de fuera de la Vía Láctea, pero es probable que tarde o temprano se sepa. De hecho, ya en 1987 Masatoshi Koshiba, en lo que se considera el inicio, aunque fuese incipiente, de la astronomía de neutrinos, detectó neutrinos procedentes de la supernova SN 1987A, que se encuentra en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia vecina de la nuestra. Por este hallazgo, Koshiba recibió en 2002 el premio Nobel junto a Raymond Davis, pionero en la detección de neutrinos cósmicos.
Uno de los misterios que se pueden resolver en esta nueva era de la astronomía es el origen de los rayos cósmicos. “Estos rayos son partículas cargadas de energía (protones o núcleos de átomos más pesados) que llegan hasta la Tierra a unos niveles energéticos muy superiores a los que se pueden alcanzar en el LHC, el acelerador más potente del mundo”, explica el investigador de la Universidad de Wisconsin Claudio Kopper, uno de los responsables de comprender los datos recogidos por IceCube. “Pero encontrar su origen es complicado, porque como estas partículas tienen carga, se ven afectadas por los campos magnéticos galácticos e intergalácticos y sus trayectorias pasan de ser rectas a verse curvadas”, añade Kopper. Por ese motivo, es muy complicado determinar su dirección y averiguar su origen. “Sabemos, sin embargo, que estas partículas de alta energía pueden experimentar interacciones en sus fuentes que generan neutrinos ultraenergéticos”, apunta. “Como los neutrinos no tienen carga e interactúan muy rara vez, es más sencillo conocer su origen y llegan a nosotros prácticamente intactos”, concluye.
Ahora, los científicos, con los datos que recogerá a lo largo de los próximos años IceCube, tratarán de encontrar el punto del que proceden estos neutrinos de alta energía. Después, observando en el cielo qué tipo de objetos se encuentran en esa dirección, será posible conocer, por fin, qué tipo de monstruos del universo tienen el poder necesario para acelerar las partículas hasta las energías descabelladas que conocemos. Hace 80 años, Pauli, Zwicky y Hubble resolvieron algunas preguntas fundamentales sobre la naturaleza del mundo en que vivimos y con ellas iniciaron a la humanidad en nuevos misterios entonces insondables. Hoy, en una revista estadounidense se anuncia que un inmenso ingenio enterrado bajo el Polo Sur promete acabar con algunos de aquellos misterios y amenaza con introducirnos en otros aún más intrincados. Los autores del hallazgo lo tienen claro: una nueva era ha comenzado.

REFERENCIA



Montaje de IceCube
Miembros de la colaboración IceCube trabajando en el despliegue de los detectores cerca del polo sur. Los trabajos acabaron en 2010 y duraron seis años. Freija Descamps. IceCube/NSF


Recreación artística de los detectores enterrados
IceCube está compuesto por 5.160 detectores como los que se ven en la recreación suspendidos en 86 cables incrustados en un kilómetro cúbico de hielo bajo el polo sur. Jamie Yang. IceCube Collaboration



Inserción de un detector
Los detectores se incrustan en el hielo que se perfora con chorros de agua caliente a alta presión. Después, los detectores quedan fijados cuando el hielo se vuelve a formar a su alrededor. IceCube/NSF


La escala de IceCube
En la imagen se pueden ver las dimensiones descomunales del telescopio en comparación con una gran infraestructura como la Torre Eiffel. IceCube/NSF



Epi
Epi (Ernie, en la versión en inglés), con 1,4 Petaelectronvoltios es el neutrino más energético jamás observado. IceCube Collaboration

Blas

Blas (Bert en su versión en inglés) es el segundo neutrino más energético jamás observado con 1,4 Petaelectronvoltios. IceCube Collaboration


Materia

miércoles, 20 de noviembre de 2013

DÍA UNIVERSAL DEL NIÑO. 20 DE NOVIEMBRE. Para tener en cuenta y darle más tiempo a ellos. No es el "día comercial del niño"


En el Día Universal del Niño países de todo el mundo recuerdan, celebran, se ocupan y/o se olvidan de esta fecha. Muchos despliegan su ingenio y su esfuerzo para volcarse con los más pequeños, en una jornada consagrada a la fraternidad y a la promoción de su bienestar. En ella, la mayoría de las organizaciones solidarias, sobre todo aquellas centradas en la infancia, nos recuerdan que millones de niños todavía luchan por su supervivencia en todo el mundo.

Política china de hijo unico se relaja


Sweetie, la niña virtual que encandiló a miles de pedófilos



Durante diez semanas 20.000 hombres han contactado con ella. 
Pero lo que nadie sabía es que Sweetie, filipina, de 10 años, es una trampa virtual, es tan sólo una animación. 

Desde Holanda, le dan voz un equipo de investigación de la ONG "Tierra de Hombres", dedicada a atender a niños desamparados en todo el mundo.




Hans Guyt es uno de los investigadores: 

" Es increíble. En el momento en que pones a una niña de 10 años filipina en un chat de sexo aparecen solicitantes por todas partes, decenas al mismo tiempo. No podíamos seguir a todos. En diez semanas más de 20.000."

Y de esos 20.000 cibernautas que contactaron con Sweetie, más de 1000 llegaron a ofrecer dinero. Las 4 personas que estaban detrás de la niña virtual nunca provocaban. Esperaba las peticiones sexuales del cibernauta. Una vez que se producían, aseguran, era fácil conseguir datos identificativos como el teléfono, la dirección y hasta fotos. 

Llamó gente de 71 países diferentes, de todas las edades y categorías profesionales. Toda la información ha sido facilitada a Interpol. 

Una iniciativa para denunciar una nueva forma de explotación sexual infantil impulsada por las mafias o las propias familias de los menores. 

El país de Sweetie es un buen ejemplo. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Iniciando el día con una reflexión con sentido: LA ESENCIA.



LA ESENCIA


Se dice que un río, después de haber recorrido un trayecto de montes y campos, llegó a las arenas de un desierto y, de la misma forma que había intentado cruzar obstáculos que había hallado en el camino, empezó a atravesarlo. Pero sucedió que se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en la arena tan pronto entraban en ella. Aún, así, estaba convencido de que su destino era cruzar el desierto, pero no hallaba la forma de hacerlo. Entonces oyó una voz que decía:

-El viento cruza el desierto y también lo puede hacer el río.

-Pero el viento puede volar y yo no. Soy absorbido por las arenas -dijo el río.

-Si te lanzas con violencia, como has hecho hasta ahora -continuó la voz-, no conseguirás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en pantano. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino.

-Pero, ¿cómo es posible esto?

-Debes consentir ser absorbido por el viento.

Esta idea no era aceptable para el río. El nunca antes había sido absorbido y no quería perder su individualidad.

-¿Cómo puedo saber con certeza si una vez perdida mi forma, la podré volver a recuperar?

-El viento cumple su función. Eleva el agua, la transporta a su destino  y la deja caer en forma de lluvia. El agua vuelve nuevamente al río.

-Pero, ¿no puedo seguir siendo siempre el mismo que soy ahora?

-Tu no puedes, en ningún caso, permanecer siempre así -continuó la voz-. Tu esencia es transportada y forma un nuevo río.

El río no lo veía claro, pero tampoco quería ser pantano o desaparecer. Así es que, en un acto de confianza, elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, quien, gentil y fácilmente, lo elevó hacia arriba y lejos, volviendo a dejarlo caer en la cima de una montaña, muchos kilómetros más allá.

El río sorprendido, al fin entendió:

-Mi esencia es el agua, sea en el estado que fuere. La transformación me ha permitido continuar siendo el mismo. Si no me hubiera transformado, me hubiera perdido.

Todos, como el río, debemos aceptar que es preciso cambiar y transformarnos para proteger y mantener nuestra esencia

Reflexiones con sentido.
Desafío