12 de marzo.-Ser capaz de contar esta aventura me quita el sueño. Y eso que sólo he podido dormir cuatro horas en las dos últimas noches para poder dejar todo en orden antes de emprender un viaje así.
El problema es que en la Antártida no hay cibercafés. No hay nada. Aunque sé que es posible, mi experiencia como enviado especial a otros lugares parecidos me dice que transmitir desde su remoto aislamiento va a ser un ejercicio entre la ciencia ficción y el milagro. ¿Me pasará como en el Everest, donde enviar cada historia era asunto de cuatro horas mínimo?
Estaba en Barajas, a punto de embarcar rumbo a Buenos Aires y no hacía una hora que terminaba el equipaje. Ha sido duro. No puedes dejarte nada, pues allí sólo puedes contar con lo que lleves. Así que con la falta de tiempo, he metido todo a la vez en el petate. La ropa de expedición, el ordenador y los teléfonos para poder transmitir mis crónicas, junto con las gafas de sol de repuesto, los bastones de trekking, las cámaras de fotos, la de vídeo, las baterías y el trípode, sin olvidar la crema solar y el neceser... ¿El neceser? Me parece que me lo he dejado.
Más que preguntas, han sido dudas existenciales las que me han entretenido estos días. ¿Llevo las botas dobles de alta montaña, o serán suficientes las que tengo para travesías más domésticas? ¿Bastará una crema solar de protección 15? ¿Elijo la chaqueta de gore y un forro con membrana o echo el plumas? ¿Hará tanto frío como para llevarme las fundas de botas o valdrán las polainas finas?
Aunque ninguna pregunta ha sido tan inquietante como las referidas a la intendencia doméstica. Está claro que allí no hay que preocuparse por el dinero, los pingüinos no lo utilizan, pero joder, nadie me ha dicho si tengo que llevar papel higiénico o si su uso es algo condenable en mitad del prístino medio ambiente antártico.
Alfredo Merino
Alfredo Merino participa en la expedición internacional Inspire Antarctic, cuya misión es alcanzar la E-Base, en el continente helado. El enviado especial de elmundo.es cuenta todos los detalles de esta aventura al último rincón del planeta.
Del Blog Viaje al continente helado
El Mundo.es
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