domingo, 4 de enero de 2009

Se profundiza el misterio de los "Alpes" antárticos invisibles

Especial para EL DIA de National Geographic


La existencia de una importante cadena montañosa antártica enterrada debajo de kilómetros de hielo pasó a ser un misterio aún mayor, según un nuevo estudio. La poco estudiada cordillera subglacial Gamburtsev parece desafiar los patrones geológicos presentes en otras cordilleras de la Tierra.


Por un lado, la cadena está situada en medio del continente en lugar de estar en un borde -en los puntos de contacto de las placas tectónicas- como la mayoría de las montañas. Los picos elevados de la cordillera alcanzan una altura aproximada de más de 3.000 metros, alturas típicas de cordilleras relativamente jóvenes, como las Rocallosas o los Alpes europeos.




Los nuevos descubrimientos basados en sedimentos fluviales, que sugieren que la cadena tiene más de 500 millones de años, resultan intrigantes, según los expertos. Se cree que las montañas más viejas, como los Apalaches del este de EE.UU., son más bajas y menos escarpadas después de cientos de millones de años de erosión.




Como la cordillera Gamburtsev es alta, algunos científicos sugirieron que tiene que haberse formado recientemente, en los últimos 60 millones de años. Y como no está cerca de un punto de contacto de placas tectónicas, algunos han sugerido que la cadena emergió como resultado de la acumulación de magma alrededor de un punto caliente volcánico teórico.




"Es difícil reconciliar nuestros datos con la hipótesis de que las montañas derivan de actividad volcánica joven", afirmó la directora principal del estudio, Tina van de Flierdt, del Imperial College de Londres.




Los científicos estudiaron sedimentos recogidos en una zona costera que habría sido un vasto delta hace aproximadamente 35 millones de años, cuando en los ríos antárticos fluía agua en lugar de estar llenos de hielo glaciar. Si las montañas hubieran sido formadas por material volcánico relativamente reciente, parte de éste estaría en el sedimento dado que los residuos de Gamburtsev pasaban por el delta. En cambio, todos los granos de minerales fechados por los investigadores -como zircón y hornblenda- tenían más de 500 millones de años.




"La actividad volcánica capaz de formar una cordillera más grande que los Alpes europeos habría dejado una huella geoquímica en los sedimentos desde el preglacial hasta la actualidad; simplemente no vemos esa huella", expresó van de Flierdt.




El estudio, basado en parte en el trabajo de van de Flierdt en la Universidad de Columbia, fue publicado online por Geophysical Research Letters.






LA EROSION AUSENTE


El misterio pendiente, según la coautora del estudio, Sidney Hemming, es por qué las montañas no se erosionaron más.


"Los nuevos datos que estamos recolectando dan la sensación que la velocidad de erosión es extremadamente baja", dice la geoquímica de la Universidad de Columbia. Hemming advirtió que los investigadores no tienen certeza de que los sedimentos sean de la montaña. Es posible -añadió- que el hielo haya ayudado a mantener esas rocas en su lugar, pero eso no explica la falta de erosión desde períodos anteriores cuando ahí no había hielo.




"Podemos decir que o bien no son montañas volcánicas o que se formaron después de que el hielo básicamente las cubrió", dijo Hemming. Pero, añadió que es muy improbable que la formación sea posterior: "Sería difícil imaginar que no dejaría alguna evidencia en el hielo o los sedimentos".






NO ES VOLCANICA



El estudio apoya la teoría de que las montañas no se formaron por actividad volcánica reciente, en opinión del geoquímico Peter Reiners, de la Universidad de Arizona, que no participó de la investigación.




"Si las montañas se aproximan a la edad de las rocas, Gamburtsevs intenta decirnos algo acerca de cómo una topografía antigua puede realmente subsistir durante cientos de millones de años sin ser erosionada por el agua, el viento y los glaciares", dijo Reiners, que también estudia la cordillera.




Norm Sleep, un geofísico de la Universidad de Stanford que también estudia la cordillera Gamburtsev pero que no participó de este estudio, coincidió con los datos pero no con la interpretación. Sleep considera que "alturas de 500 millones de años hace tiempo que estarían erosionadas". En cambio, sugiere que una columna de material semisólido pegajoso pudo haber formado un estanque en las profundidades de la capa de roca exterior más fría de la Tierra. Eso pudo hacer que las montañas se elevaran sin derramar magma sobre toda la superficie. En su opinión, eso pudo haber sucedido en los últimos 50 millones de años.





Eldia

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