El continente blanco tendrá el Primer Módulo de Energía Limpia desarrollado totalmente por argentinos, que surge del trabajo conjunto entre el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), la Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado, la Asociación Argentina del Hidrógeno y la Escuela Superior Técnica del Ejército, y está destinado a proveer de energía limpia a sitios aislados -pero puede usar cualquier otra energía renovable-, para poder producir y almacenar hidrógeno y oxígeno sin usar compresores.
En la Antártida, el MAEL I captará la energía del viento para producir hidrógeno, que será utilizado para calefaccionar ambientes, para la cocción por horno u hornallas, hacer funcionar motores a hidrógeno, en celdas de combustible PEM para computadoras y televisores, o almacenarlo, señala una noticia publicada ayer en el diario Crónica de Comodoro Rivadavia.
“Lo importante es que el resultado final es agua, en todo el ciclo no hay contaminación, porque se aprovecha la energía del viento y el resultado final es agua o vapor”, explica el licenciado Ricardo Lauretta, del Departamento de Ingeniería Mecánica del ITBA, quien coordinó a sus alumnos para poder desarrollar el MAEL I.
Con la puesta en marcha del primer Módulo Argentino de Energía Limpia, la Argentina se convierte en el segundo país en instalar equipos de hidrógeno en la Antártida, lo que le da un plus de beneficios a la hora de cuidar el medioambiente que los rodea. Osvaldo Maimo, intendente de Pico Truncado, indicó sobre el avance tecnológico que “este tipo de proyectos no se inician ni se hacen solos, aquí hay un grupo de personas que lo hacen posible y el Estado, tanto nacional, provincial como municipal hace aportes fundamentales y, a través de la asociación, el privado también aporta al proyecto” indicó, al recordar que este logro se suma al emprendimiento pionero de tener la planta de gas más grande en Latinoamérica y, en adelante, se genera la primera Planta Experimental con una proyección latinoamericana.
MAEL I ya se encuentra en la Antártida, en la Base Esperanza (Base Antártica Argentina). Este proyecto genera grandes expectativas, ya que con el electrolizador se pretende suplir los combustibles focales por combustibles sencillos, para producir energía limpia, porque en cualquier utilización del hidrógeno como combustible, su desecho final es la producción de vapor, o sea agua. En la Antártida el agua es inagotable y la producción de la energía a través del viento, con generadores eólicos de última generación, también es inagotable.
La Opinión Austral
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