viernes, 4 de abril de 2008

Un Kennedy contra Endesa

Robert Kennedy (en el centro) con un grupo de ecologistas chilenos



ABC
P0r MACARENA GARCÍA
SERVICIO ESPECIAL

SANTIAGO DE CHILE. Robert Kennedy, sobrino de John F. Kennedy e hijo del también asesinado Robert F. Kennedy, se sienta en la mesa y enseña un libro titulado «Patagonia sin presas». «Acabo de llegar de mi séptimo viaje al río Futaleufú, a donde trato de ir todos los años con mi familia», cuenta, y su rostro tostado por el sol evidencia las recientes vacaciones. «Para mí implica un vuelo de diecisiete horas, en el que iba con un inquieto niño de seis años. Pero vale la pena: he viajado a todos los países de Latinoamérica y a casi todo el mundo, y no he encontrado otro lugar más bello», asegura este miembro del clan Kennedy, abogado al servicio de causas medioambientales que ahora lidera una campaña internacional por la preservación de la Patagonia chilena.

Después de diez días de acampada en medio de la naturaleza, viste chaqueta y corbata: tiene una audiencia con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y una serie de reuniones con influyentes políticos, entre ellos el precandidato presidencial de la derecha Sebastián Piñera.

Su intención es boicotear los planes que la empresa española Endesa y la chilena Colbún tienen para la Patagonia. Unidas en HidroAysén, quieren aprovechar las torrenciales aguas de los ríos Baker y Pascua para construir cinco gigantescas presas. Inundarían algo más de 4.000 hectáreas y requerirían un tendido eléctrico de 2.200 kilómetros para llegar hasta una central cercana a Santiago. Pero, según explica Hernán Salazar, gerente general de HidroAysén, la energía generada por esas centrales permitiría un ahorro anual de 498 millones de dólares.

«Ellos aseguran cosas, pero sin estudios en la mano. Eso es lo que en Estados Unidos llamamos propaganda», reclama Kennedy, y no escatima ironía cuando le citan a un ejecutivo de HidroAysén que dice que esto sólo concierne a chilenos. «¿Quién dice eso? ¿La empresa española?». Kennedy se echa atrás con una carcajada. «Ellos no están viniendo aquí para beneficiar al país, no. Lo que quieren es hacerse ricos a costa de los chilenos. Están robándoles el recurso del agua».

Los ambientalistas, unidos en el Consejo de Defensa de la Patagonia, han desplegado su propia propaganda y Robert Kennedy junior es sólo una pieza de ella. Con páginas web, causas en Facebook, protestas en las calles y un libro con fotomontajes de los bosques, lagos y campos intervenidos con las torres de alta tensión que deberá instalar HidroAysén a lo largo de Chile.

Campaña con los famosos

La campaña no acaba allí: en los últimos años, Kennedy ha reclutado a unas cuantas celebridades para su causa. Glenn Close, Julia Roberts y el tenista John McEnroe han viajado hasta la patagonia chilena para pedirle a Endesa que no intervenga los ríos. Este año se suponía que lo acompañaría Leonardo Di Caprio, pero por las fechas del rodaje de una película le fue imposible viajar. Kennedy dice que no importa, que el próximo año espera viajar con un grupo mayor de famosos.

HidroAysén planea iniciar la construcción de las presas durante 2009. Éstas son necesarias porque el talón de aquiles de la próspera economía chilena es su dependencia energética. Desde 2004, el año de la «crisis del gas», el precio de la energía ha subido en un 137 por ciento y los roces con los gobiernos vecinos se han multiplicado. Ese año, los bolivianos aprobaron en un referéndum la fórmula «gas por territorio», en el que se supeditó la venta de energía a la devolución de la costa usurpada durante una guerra a fines del siglo XIX. Desde entonces Argentina se comprometió a abastecer a Chile (con gas que revende de Bolivia), pero no siempre ha cumplido, lo que ha generado crisis bilaterales.

Millonarios verdes

Las presas en la Patagonia permitirían una mayor autonomía energética. Esos ríos torrenciales, donde Kennedy y otros millonarios verdes practican la pesca con mosca, podrían generar el 20 por ciento de la electricidad que se consume en el país. Pero Robert Kennedy, «Bobby» para los ambientalistas chilenos, cree que la solución está en otra parte: «En el desierto de Atacama tienen una de las mayores capacidades para generar energía solar de todo el mundo. En Chile hay también posibilidades de explotar la energía geotérmica de los volcanes y la eólica. Es probable que este país tenga el potencial más alto de todo el mundo para generar energía de recursos renovables».

«¿Quién dice eso? ¿La empresa española?... Quieren hacerse ricos a costa de los chilenos, les roban el agua»

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