martes, 15 de abril de 2008

Crónicas desde la Antártida: Final de Verano



Miguel Ángel Otero Soliño Una reflexion al atardecer


Acordes de despedida nos acompañan en la que será nuestra última bajada a territorios polares; el final del verano austral ya es una realidad palpable, el cierre de las bases preludia nuestra próxima partida a confines peninsulares, ¡La campaña antártica se acerca a su fin!



El parte meteorológico no pinta muy favorable, tenemos una ventana de calma en el 'Drake' acompañada de varios chorizos en forma de tormenta que nos pillaran de lleno sino apuramos en la clausura, la celeridad es la única alternativa. La dotación de las bases van a tener que realizar un sobreesfuerzo para tener todo arranchado a nuestra llegada, una carrera contra el reloj se ha iniciado en los confines del planeta.



Nuestra primera cita tiene sede en ese lago de paz que conforma la isla Decepción, donde nos esperan con los brazos abiertos viejos compañeros de fatigas. El Hespérides aguarda nuestra pronto arribada a Puerto Foster, tenemos que bombearle de nuevo varias toneladas de combustible, hoy finalizan su programación antártica y necesitan reponer sus tanques antes de poner rumbo a Punta Arenas desde donde iniciaran una nueva campaña de proyectos. Nuestro hermano parece infatigable, este año ya va por el camino de acumular 300 días de navegación, es imposible poner en duda el valor de su servicio a la ciencia española.



Alternamos el trasegado de combustible con la carga de enseres procedentes de la base Gabriel de Castilla, todo el personal de nuestro buque se encuentra en una operatividad absoluta; somos conscientes que en estas jornadas finales también a nosotros se nos exige un trabajo extra y en un alarde de coordinación conseguimos que el engranaje funcione a la perfección, operamos con la precisión de las maquinas, no parece que seamos una simple combinación de carne y hueso.



El proceso de cierre de cualquier base es complejo y se suele cumplir con un protocolo estricto; principalmente hay que dejar todo material trincado y resguardado, los módulos deben permanecer bien sellados y cerrados a excepción de uno que permanecerá como refugio de emergencia para dar cobijo a un hipotético extraviado o naufrago, todas las bases contemplan esta humanitaria opción. Los vehículos y embarcaciones se encierran en sus garajes correspondientes y las tuberías deben ser purgadas de agua para que una posible congelación invernal no dé al traste con las mismas, además los equipos de medición permanente (sísmicos, meteorológicos…) deben tener asegurado sus fuentes de energías alternativas (eólica u solar) ya que en unas horas los generadores diesel van a ser apagados. Es indudable de que todo este proceso conlleva un laboreo intenso y la aguja del reloj debe marcar huellas de impaciencia.




Los tanques están completos, se purgan las mangueras y nos desacoplamos del cuerpo del Hespérides. Nos despedimos de ellos a viva voz y con sirenas, en la Antártida parece que uno pasa media campaña conociéndose y la otra media despidiéndose. Miles de petreles dameros, con sus ajedrezados cuerpos marcan la estela del barco, nunca se aproximan tanto, en cambio hoy parecen relajados, a veces la naturaleza se muestra de formas tan sorprendentes. Terminado nuestras labores con el Hespéride solo queda el cierre efectivo de las bases, por ello mañana madrugaremos con el fin de comenzar la recogida de material de Juan Carlos I. Aparataje científico, residuos, equipajes etc nos esperan, el camión de la mudanza 'Las Palmas' y los mozos de carga están listo para la ardua labor.




Una ventisca azota con fuerza a los intrépidos que desde el castillo intentan fondear el buque en la Bahía Sur de Isla Livingston, parece que la Antártida quiere dejar su impronta en la piel de sus lacayos, con todo superamos su prueba y el buque se fija a las entrañas del océano.



El viento amaina y el buque pace en sueños profundo. Mañana será otro día. Fin de fiesta en el Polo Sur.


Miguel Ángel Otero Soliño La Zodiac es recogida tras un duro día de trabajo
La vanguardia.es

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