viernes, 18 de febrero de 2011

Erizo antártico podría ser importante indicador del efecto del cambio climático




Investigación liderada por el biólogo Marcelo González, del Instituto Antártico Chileno, creará modelo que pueda determinar cómo los mecanismos de defensa en invertebrados marinos se han visto afectados por el aumento de temperaturas en el océano Austral, tomando como referencia al erizo antártico.




Punta Arenas, 17 de febrero de 2011. En los últimos cincuenta años la región de la península Antártica ha aumentado sus temperaturas a causa del calentamiento global. Este hecho no ha pasado inadvertido, ya que existe un importante número de organismos submarinos, que aunque no se puedan apreciar a simple vista, pueden entregar importantes pistas sobre los posibles efectos de este fenómeno en los ecosistemas antárticos.

Son más de 6000 especies distintas las que viven en el fondo de la Antártica, según registró el último Censo de Vida Marina, siendo la mitad de ellas organismos únicos del Continente Blanco. Dentro de estas especies, el erizo antártico, es un invertebrado marino que hoy puede dar algunas respuestas sobre cómo el aumento de la temperatura en el océano Austral afecta o no su sistema de defensa ante agentes patógenos. Esta interrogante es parte del proyecto "Inducción de la respuesta inmune del erizo antártico Sterechinus neumayeri mediante lipopolisacáridos y estrés térmico", liderado por el científico del Instituto Antártico Chileno (INACH), Dr. Marcelo González.

Actualmente pocos estudios sobre el cambio climático se abocan a los organismos invertebrados marinos, aspecto importante que se consideró para el desarrollo de este proyecto. El científico del INACH destaca que "hay poca información y el ecosistema marino en la Antártica es muy importante y diverso. Además, son ecosistemas que no están visibles a primera vista, como sí sucede con los pingüinos, lobos de mar o ballenas, cuando en realidad los organismos predominantes y que son fundamentales para las cadenas tróficas de estos animales superiores son los invertebrados marinos".

El estudio, que cuenta con financiamiento Fondecyt y el apoyo logístico de INACH, consiste en caracterizar el sistema inmune de dicho organismo, trabajo que se realizó en la Expedición Científica Antártica 2010. Dicha información fue útil para determinar la condición normal con la que actúan los erizos ante agentes extraños, como bacterias. En estos momentos, González está en la base antártica "Profesor Julio Escudero" (INACH), en isla Rey Jorge, para continuar los estudios iniciados el año pasado. Aquí someterá a los erizos a un estrés térmico de diferentes temperaturas, para ver cómo esos parámetros de defensa se modifican.


Características del erizo antártico

Para esta investigación, se ha tomado como referencia al erizo, ya que, según explica el científico del INACH, es un organismo estructurador de comunidades marinas y tiene un rol fundamental como eslabón. Esto quiere decir que si se afecta ese componente, también lo hacen otros externos asociados, como algas u otros animales. Además recalca que el erizo antártico es importante ecológicamente, ya que si es afectado directamente también lo será todo el ecosistema.



A este hecho se suma el cambio climático y sus consecuencias en invertebrados marinos, en este caso el erizo. Al respecto, González explica que "estos organismos no tienen grandes cambios térmicos como se podría esperar de erizos tropicales, de las costas de Brasil o Colombia, en donde pueden soportar temperaturas de hasta 35 şC, temperaturas muy distintas a las de las aguas antárticas a las cuales están acostumbradas estas especies, que en general bordean los 0 şC. La estabilidad térmica a la cual han estado adaptados estos organismos se ha prolongado por millones de años, por lo que si empieza a aumentar la temperatura por el calentamiento global, se pueden afectar sus respuestas a patógenos".

Resultados del estudio

Luego de los tests de estrés térmico en erizos, se podrá realizar una caracterización para ver si efectivamente la capacidad de defensa de los erizos se ve afectada por el cambio de temperatura. La idea es concluir si tiene la capacidad de adaptarse o si, por el contrario, se ven afectados por la temperatura y no pueden recuperarse.

El investigador recalca que con estos resultados, se podrían generar modelos que indiquen el estado de salud de los ecosistemas, considerando que "la mayor diversidad de organismos se encuentra en el mar", afirma Marcelo González.

El posible escenario para los erizos antárticos

El aumento de las temperaturas en las aguas antárticas podría causar importantes consecuencias en los erizos. "Si estos organismos pierden la capacidad de adaptación, podrían morir o migrar a otras zonas, lo que generaría cambio importante en el ecosistema antártico", enfatiza el biólogo.

Sin embargo, dice que los erizos de alguna u otra manera se van a ir adaptando a temperaturas más elevadas. "El punto es si van a ser capaces de enfrentar a patógenos que por la misma vía puedan colonizar estos ambientes en los cuales antes no estaban; eso podría generar un panorama de patología y de mortalidades masivas", complementa González, indicando que el aumento de la temperatura en las aguas, puede resultar beneficioso para algunas bacterias que a su vez son perjudiciales para los erizos.

Cooperación con Brasil

Un aspecto importante de este estudio ha sido la cooperación establecida con instituciones nacionales y extranjeras, como la Universidad de Montpellier 2-CNRS-Ifremer (Francia), la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad de Sao Paulo (USP, Brasil).

A juicio del Dr. González, este trabajo conjunto ha sido fundamental para llevar a cabo el estudio, abriendo oportunidades para continuar la colaboración en otros proyectos . "Los investigadores de la Universidad de Sao Paulo, por ejemplo, han avanzado en el estudio del erizo tropical presente en las costas brasileñas, por lo que estamos intercambiando información sobre esta especie y el erizo antártico, a fin de comprender mejor como funcionan estos organismos", explica.

Gracias a esta colaboración, la estudiante de Magíster en Biología Celular y de Tejidos de la USP, Renata Stecca Iunes, formó parte del equipo de investigadores que trabaja en el Laboratorio de Biorrecursos Antárticos, en la base "Profesor Julio Escudero" que el INACH tiene en isla Rey Jorge.

La investigadora brasileña Renata Stecca trabajando en base Escudero.
INACH

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