miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un vistazo a la "cordillera fantasma"


Un equipo internacional de científicos presentó al público las primeras gráficas de una de las cordilleras más enigmáticas de la Tierra, la Gamburtsev, una serie de cumbres totalmente enterrada debajo de la capa de hielo de la Antártica.


Los investigadores pasaron dos meses analizando la región y presentaron los resultados del estudio en la conferencia anual de la Unión Geofísica Estadounidense.


Según los científicos, las montañas sumergidas son mucho más escarpadas de lo que se pensaba y también tienen una forma más lineal de lo que sugerían los escasos datos recogidos en el pasado.

La nueva investigación también revela un posible origen de la cordillera cuya existencia ha sido un misterio para los científicos desde hace 50 años.

"Con una estructura lineal esta cordillera es más parecida a los Alpes o a los Apalaches" explicó a la BBC el doctor Michael Studinger, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty (LDEO) de la Universidad de Columbia en Nueva York y quien participó en el estudio.

"Estas son cadenas montañosas que se formaron por la colisión de placas tectónicas" agrega.

Pero el científico subraya que la investigación todavía está en sus primeras etapas y que el equipo publicará su análisis final próximamente en una revista científica.

Hallazgo sorpresa

El doctor Studinger es uno de los principales científicos del llamado Proyecto de la Provincia Gamburtsev de la Antártica (AGAP).
Las montañas fueron descubiertas en 1958 por un equipo soviético y recibieron su nombre en honor al geólogo ruso Grigoriy Gamburtsev.
Fueron detectadas por sorpresa ya que se pensaba que el lecho de roca en medio del continente Antártico era relativamente plano.
Su hallazgo provocó que muchos especularan que las Gamburtsev podrían ser una vieja cuna de volcanes que habían logrado emerger perforando la corteza de la Tierra, casi de la misma forma como brotaron las islas hawaianas en medio del Pacífico.
Desde entonces la cadena se ha convertido en tema de intenso debate científico porque se cree que son el punto de nucleación, hace 30 millones de años, de las enormes capas de hielo que hoy cubren el Antártico.
Su estudio ha sido extremadamente difícil porque las condiciones de la región son brutales. Las temperaturas pueden llegar a los menos 80 grados centígrados.
En la nueva investigación se utilizaron dos aviones Twin Otter para volar sobre la remota región y recoger los datos.
Los aviones volaron sobre las cumbres escondidas recorriendo un total de 120.000 kilómetros.
Reunieron información sobre la gravedad, magnetismo y espesor del hielo, tomaron imágenes del lecho de roca y de las capas dentro del hielo y trazaron con un rayo láser un mapa de la superficie de la capa de hielo.
"Hemos llegado a un punto en el procesamiento de datos que nos permitirá comenzar el trabajo de análisis científico" afirma el doctor Studinger.



Enorme grosor

El hielo más superficial que cubre las montañas es de cientos de metros de espesor, dice el científico. Y el hielo más profundo que logró detectarse es de cerca de 4.800 metros de espesor.
Las montañas están ubicadas a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Ahora está claro que la cordillera tiene una estructura lineal definida y que tiende a inclinarse predominantemente hacia el noreste.
Los datos también revelan un panorama muy escarpado con cumbres altas y valles profundos que han sido transformados en el pasado por ríos y hielo.
"Antes de que contáramos con estos datos no podíamos ver los valles y por lo tanto no teníamos forma de cuantificar el papel de los procesos fluviales y glaciales, que son clave para el entendimiento de la criósfera y la evolución climática" dice el doctor Fausto Ferraccioli, del Sondeo Británico del Antártico.
El estudio de lo que ocurrió en estos valles, agrega, podría ofrecer claves sobre qué tan rápido se cubrieron de hielo las montañas Gamburtsev.
La investigación también detectó bolsas de agua líquida en la base del hielo y los científicos tratarán ahora de identificar si esas lagunas están interconectadas.
"Estamos viendo evidencia de agua en el mismo centro de la capa de hielo" afirma el doctor Robin Bell, también del LDEO.
"Estamos muy emocionados porque ahora podremos usar estos datos para investigar cómo es que los valles que fueron forjados por ríos y después estampados por glaciales están ahora conduciendo agua debajo de la capa de hielo", agrega el científico.
Además, el doctor Ferraccioli afirma que quizás es posible encontrar un lugar donde pueda perforarse el hielo para recoger información sobre el antiguo clima del Antártico.
"Podría haber hielo de hasta 1,5 millones de años de antiguedad" afirma el investigador.
"Tendremos que analizar las capas de hielo y creo que eso será un gran desafío porque la topografía es muy agreste y las capas están muy apretadas", agrega el investigador.


La estación de investigación está en una región muy remota.




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