Cuatro investigadores gaditanos liderados por Luis Lubián integran la única expedición que el Hespérides realizará este año en la Antártida y estudiarán el fitoplancton marino, la "base para entender su ecosistema"
Somos lo que comemos. Lo mismo nosotros que los pingüinos, la ballena azul o las focas que habitan la Antártida. Conocer desde el origen la cadena alimenticia de las especies es básico para entender el ecosistema en que se desenvuelven, los cambios que experimentan y las posibles amenazas para su preservación. Máxime cuando se trata de un lugar tan extraordinario y tan vigilado en la actualidad como la Antártida, de cuya evolución depende en gran parte el rumbo del planeta.
Ésta es la misión en la que se embarcarán cuatro gaditanos a partir del 29 de diciembre dentro de la campaña 2009-2010 del buque oceanográfico Hespérides. El equipo está liderado por el investigador del CSIC, Luis Lubián (Departamento de Ecología y Gestión Costera), y en esta expedición estará acompañado por otros dos grupos procedentes de la Universidad de Vigo -titular del proyecto- y de la Universidad de Las Palmas. La expedición estará formada en total por treinta personas y, a diferencia de años anteriores, es la única que viajará al continente antártico. Allí, su trabajo consistirá en tomar muestras de agua a distintas profundidades y analizar el fitoplancton, zooplancton y meroplancton marino existente, es decir, la población de microalgas que constituyen la base de la cadena trófica y que, por lo tanto, representan el origen de todas las especies, vegetales y animales, existentes en la zona.
El proyecto de investigación se ha llamado Coupling, vocablo inglés que significa acoplamiento, y que hace referencia a la motivación principal del estudio: la interacción entre el fitoplancton y las condiciones físicas del entorno, así como la influencia de éstas en su formación y distribución en el agua. Las prospecciones se harán cada cinco millas náuticas (mesoscala), la mitad de la distancia habitual porque "las estructuras son más pequeñas y dinámicas que en otros océanos y, por lo tanto, el nivel de escala debe ser mucho menor", según explicó Lubián en su despacho del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía. Además de esta característica, la investigación es indudablemente única porque las condiciones específicas de la Antártida son únicas en el mundo, sobre todo por la temperatura y la especial circulación de sus aguas.
Las muestras se estudiarán a bordo del Hespérides y en los laboratorios de vuelta a España, el 20 de mayo, donde, además, se podrán comparar con los obtenidos en la anterior campaña realizada en 2003 (llamada Breddies). Ambas tienen como epicentro las Islas Shetland, la zona asignada a España tras su adhesión al Tratado Antártico y donde nuestro país tiene dos bases en las islas Livingston y Decepción. Sin embargo, la anterior se desarrolló al sur del archipiélago (norte de la Península Antártica), mientras que en esta campaña se centrarán en las aguas más abiertas del norte, en el Paso de Drake. Las conclusiones de cada análisis y su comparativa permitirán conocer las diferencias, las variaciones experimentadas en este periodo y, lo que es más importante, formular predicciones, un aspecto clave para anticipar las posibles consecuencias del cambio climático. Según el investigador gaditano, "hay un impacto del aumento del CO2 en la población de fitoplancton, pero no es inmediato: en un principio provocará un incremento de las especies que dependen más del dióxido de carbono, pero la abundancia de éste las hará menos resistentes y más sensibles porque desarrollarán menos mecanismos para encontrar su alimento".
Además de este proyecto, en esta XVII campaña del Hespérides también se recogerán los instrumentos de medición fondeados el año pasado en el Mar de Scotia. Esta segunda actividad forma parte del proyecto Esassi, en el que se analizan indicadores de corriente, temperatura y salinidad para conocer su interacción con el Océano Austral y su contribución a la renovación de las aguas del planeta. El presupuesto total para esta edición 2009-2010 asciende a 6,7 millones de euros, aportados por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Diario de Sevilla
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