HOBART, Australia (Reuters) - Una sociedad internacional de conservación está utilizando un pequeño navío de apariencia espacial para espantar a las flotas de balleneros en las aguas de la Antártida, con una tonada espeluznante como su principal arma.
El Ady Gil, un trimarán de fibra de carbono de 24 metros que opera con combustibles renovables de baja emisión, es la más reciente adición a la flota de protesta de la Sociedad de Conservación Sea Shepherd contra la caza de ballenas anual de Japón cerca de la Antártida, que comenzará pronto.
"Es un ambiente duro para un bote pequeño como este y estoy nervioso, ya que la Antártida es uno de los lugares más hostiles en la Tierra", dijo Peter Bethune, capitán del Ady Gil, a Reuters en Hobart, Tasmania, justo antes de salir rumbo al Océano Antártico.
"Pero si tienes algo de ecologista en tu cuerpo entonces no puedes sentarte y ver lo que ellos están haciendo, así que esperamos encontrar dónde están los japoneses y seguirlos", agregó.
Bethune dijo que los materiales y la pintura de la nave hacen más difícil que los radares la detecten, lo que le permite escabullirse y seguir con rapidez a los buques balleneros.
Japón dice que la caza de ballenas es una tradición cultural, y que si bien la mayoría de los japoneses no come carne de ballena con regularidad, muchos están perplejos por las acusaciones de que la práctica es cruel dado que otras culturas cazan muchos otros animales salvajes sin tanta controversia.
La flota ballenera de Japón está actualmente en camino al Océano Antártico para matar hasta a 935 ballenas enanas y 50 ballenas de aleta, clasificadas como en peligro de extinción.
Esperando por ellos estará este año el Ady Gil, anteriormente conocido como Earthrace, que tiene el récord mundial de la vuelta más rápida al mundo en bote.
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