jueves, 10 de diciembre de 2009

Un gigantesco iceberg a la deriva enfila la costa australiana


Desgajado de la Antártida, el coloso de 19 kilómetros amenaza con dificultar el tráfico marítimo al romperse en su singladura
Tiene 19 kilómetros de largo y 8 de ancho, una superficie que triplica la de una ciudad del tamaño de Bilbao. Lo que todavía se desconoce es su profundidad, aunque ya se especula con que pueda superar los 500 metros, la altura de un edificio de 100 plantas.

Algunos lo han bautizado ya como 'el meteorito del océano', y no es para menos. El 'B17B' es uno de los mayores icebergs que jamás se han desprendido de la Antártida, y ahora se dirige hacia las costas del sur de Australia al ritmo de las corrientes oceánicas e impulsado también por el viento. Su travesía parece que quisiera mostrar las consecuencias del cambio climático a los líderes mundiales que debaten el asunto reunidos en Copenhague. De momento, este islote de hielo ya ha conseguido captar la atención en todos los rincones del mundo.
El gigantesco bloque de hielo a la deriva fue avistado ayer por científicos de la División Australiana de la Antártida (DAA) utilizando las imágenes captadas con los medios de la NASA y de la Agencia Espacial Europea. Los expertos calcularon que su choque contra tierra firme provocaría un temblor de fuerza 3 a 4, aunque negaron la posibilidad de que suceda, dada la trayectoria y los parámetros meteorológicos existentes.
Esto es porque el gigantesco bloque de hielo todavía está a 1.700 kilómetros de la costa australiana y según viaja hacia el norte la temperatura del agua aumenta, restándole tamaño. Además, actualmente en Australia es verano y el termómetro sobrepasa la marca de los 30 grados durante las horas centrales del día. En declaraciones a la agencia AP, el glaciólogo australiano de la DAA Neal Young aseguró que «el iceberg se resquebrajará para convertirse en un pequeño archipiélago de hielo que terminará por diluirse por completo».
En efecto, eso es exactamente lo que ha sucedido para que se haya formado el 'B17B', que es, en realidad, parte de otro iceberg tres veces mayor que se desprendió del continente helado, junto a otros, el año 2000.
Los científicos creen que el bloque actual ha estado cinco años estático en aguas de la Antártida, y que un cambio en las fuerzas que lo contenían ha provocado su marcha hacia territorio australiano.
«Una vez en la vida»

Ahora son los barcos los que tienen que extremar la vigilancia, ya que los bloques que resulten de su licuación son un peligro para el tráfico marítimo. No en vano, el tamaño del que hundió el Titanic era sólo una pequeña fracción del 'B17B'.
En cualquier caso, y a pesar de sus espectaculares proporciones, 'B17B' no es único. Eso sí, como apunta Young, «ver uno parecido es algo que sólo sucede una vez en la vida». Rara vez son avistados icebergs tan grandes y, de hecho, no hay constancia de uno tan al norte desde el siglo XIX. Pero el mes pasado ya fue noticia otro témpano al que se aplicó el término 'gigante', y que fue localizado a sólo 8 kilómetros de la isla Macquarie, a medio camino entre la Antártida y Australia. Medía 500 metros de largo, 39 veces menos que el monstruo helado que ahora acapara todas las miradas.
nortecastilla.es

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