Tres grupos de investigación de la UGR analizan en las Islas Shetland del Sur, Caleta Cierva y el Estrecho de Bransfield y Paso de Drake la actividad sísmica, volcánica y la evolución de la apertura de pasillos oceánicos
La Antártida podría convertirse en un desierto sin hielo. No es un pronóstico reservado: las regiones polares, las más remotas del planeta, tienen una influencia directa en el sistema tierra. La pérdida de placas de hielo pueden tener consecuencias a nivel internacional con el cambio del clima y el aumento del nivel del mar. Como asegura Inmaculada Serrano, del Instituto Andaluz de Geofísica, se ha convertido en el laboratorio del cambio climático por excelencia. "Su radiografía es fundamental para entender lo que pasa". Pero no sólo importa la pérdida de hielo. Como advierte el informe Impactos del calentamiento global sobre los ecosistemas polares, los peligros que se ciernen sobre los ambientes polares son preocupantes porque estas regiones intervienen en la circulación de la atmósfera y el oceáno, participan en la regulación del clima del planeta y tienen un elevado valor ecológico.
Serrano, Javier Almendros (ambos del IAG) y Jesús Galindo (del Departamento de Geodinámica de la UGR) dirigen tres proyectos que estudiarán dentro de unas semanas los terremotos, los volcanes y la estructura profunda de la Antártida en el marco del Año Polar Internacional. Las Islas Shetland del Sur (Isla Decepción e Isla Livingston), Caleta Cierva (Continente Antártico) y el Estrecho de Bransfield y Paso de Drake (Antártica) serán los particulares laboratorios a donde se trasladarán los investigadores.
la estructura profunda
El objetivo del proyecto del profesor Galindo es realizar medidas geofísicas e investigaciones tectónicas de campo para establecer la estructura de la corteza y la tectónica reciente de la zona. "Ello permitirá conocer mejor la apertura del Paso de Drake", explica, "que tuvo una influencia en la circulación oceánica, en el inicio de las glaciaciones y en el clima global".
Galindo y su equipo inició las actividades el pasado año. "Este año iremos cuatro investigadores entre mediados de enero y mediados de febrero". Tres pertenecen al Departamento de Geodinámica, Ana Ruiz Constán, Antonio Pedrera Parias y Galindo, que vivirán durante unos meses en la base española Gabriel de Castilla (Isla Decepción) y en la base Chilena O'Higgins. El cuarto es Francisco García Tortosa, de la Universidad de Jaén, que irá a Marambio (Base argentina en la Península Antártica) junto con otros investigadores del Instituto Geológico y Minero de España.
Los datos magnetotelúricos, obtenidos en las Islas Shetland del Sur y en la Península Antártica permitirán conocer la estructura cortical de una sección del extremo NE de la Península Antártica así como el desarrollo inicial de la fragmentación continental en el Estrecho de Bransfield. Los datos geofísicos marinos (sondas multihaz, sísmica de reflexión, gravimetría, magnetometría), obtenidos en el borde meridional del Paso de Drake contribuirán a precisar la edad de la corteza oceánica más antigua de la región y el inicio de la formación del pasillo oceánico. El análisis detallado del relleno sedimentario determinará la evolución de los sistemas de corrientes durante la apertura del pasillo oceánico, así como su evolución paleoceanográfica posterior.
registro de terremotos lejanos
El trabajo de Almendros consiste en registrar el mayor número posible de terremotos lejanos en la Antártida. Estos terremotos lejanos generan ondas sísmicas que atraviesan la corteza terrestre prácticamente en vertical desde el manto, por lo que se puede utilizar una técnica conocida como funciones receptoras para determinar el espesor y la estructura de la corteza bajo la estación. "Determinaremos la estructura de la corteza debajo de la estación, para lo que se registra el mayor número posible de terremotos lejanos, caso de Japón o América, que viajan por el interior de la Tierra y se registran en las estaciones que hemos instalado". La finalidad es descubrir la profundidad del contacto entre la corteza y el manto y el tipo de estructura que tienen.
el volcán de isla decepción
Serrano lidera el proyecto Seguimiento de la actividad volcánica de la Isla Decepción (Sísmica), que tendrá como objetivo continuar durante la campaña con el registro de la actividad volcánica de Isla Decepción, así como la gestión de sus niveles de riesgo a través del Sistema de Alerta Volcánica propio de la isla. La primera tarea será el reconocimiento visual de la actividad volcánica (estado de las fumarolas, cambios geomorfológicos, etc.) y en una observación del estado de la actividad volcánica de la isla, a través de la instalación de un sismómetro, para pasar a completar la Red Sísmica local mediante la instalación de tres estaciones sísmicas.
granadahoy
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