domingo, 2 de noviembre de 2008

`Las regiones polares son claves en el clima mundial`

El geólogo Jerónimo López, de la Autónoma de Madrid, habló en Huesca del Año PolarA pesar de la enorme distancia a la que se encuentran, las regiones polares desempeñan un papel “fundamental” en muchos procesos de la dinámica de la Tierra y, sobre todo, en el climático, afirma Jerónimo López, profesor de Geología en la Universidad Autónoma de Madrid.


HUESCA.- Entre 2007 y 2009, se celebra el cuarto Año Polar Internacional, tras los de 1882-83, 1932-33 y 1957-58. Los Años Polares tienen una duración de dos años, periodo que abarca una temporada completa del Ártico y la Antártida. Más de 60 países y miles de investigadores se han involucrado en los proyectos científicos que impulsa el IPY, siglas del Año Polar Internacional en inglés.


Este es el primer Año Polar en el que se trata el calentamiento global. Y, precisamente, el Ártico y muy en concreto Groenlandia son dos de las zonas que más están sufriendo el cambio climático. Una de las consecuencias es que, durante las cuatro últimas décadas, el Ártico ha perdido un 40 por ciento de su superficie, ilustra López, que añade que esta reducción se “ha generalizado y acelerado en los últimos años”. De hecho, al final de la temporada de fusión del año pasado, en septiembre, la extensión del Ártico registró un mínimo histórico: únicamente 4,34 millones de kilómetros cuadrados eran hielo.


Esta degradación del Ártico tiene consecuencias no sólo climáticas (como el nivel del mar, algo que afecta a todo el planeta), si no también políticas. El deshielo abre nuevas rutas marítimas y los cinco países con reclamaciones sobre la zona se enzarzan en conflictos territoriales.


En cambio, la Antártida presenta datos contradictorios. Por una parte, la Península Antártica (la región más próxima a Sudamérica) es “la zona que más se ha calentado en el hemisferio Sur durante los últimos 50 años”, explica el geólogo de la Universidad Autónoma. Sin embargo, en el mismo continente (de una extensión veintiocho veces mayor a la de España), nos encontramos con que en su parte oriental “incluso ha aumentado la cantidad de hielo”.


López califica la Antártida de “mucho más compleja que el Ártico, que es un océano congelado y, por tanto, más sensible al cambio climático”. En una región tan compleja y vasta como la Antártida, hay que tener en cuenta también “sus sinergias y comportamientos diferentes”, advierte el profesor del Departamento de Geología y Geoquímica.


“Los motores del frío” en el planeta, como llama López a las dos regiones polares, contienen la inmensa mayoría del hielo de la Tierra. Únicamente la Antártida posee casi el 90 por ciento de todo el hielo existente en el planeta.


El frío que generan se transmite a través de la circulación atmosférica y, “muy importante”, advierte López, mediante las corrientes marinas, como la de Humboldt por ejemplo, en el Pacífico.


De esta manera, la evolución climática en los polos influye en el clima de “regiones muy lejanas”, asegura López, que estuvo esta semana en la sede en Huesca del Instituto de Estudios Altoaragoneses en un ciclo sobre el Año Polar Internacional.


Además, las regiones polares juegan un papel “muy importante” en el nivel del mar. La Antártida también es muy apreciada por los científicos porque contiene “evidencias de la composición atmosférica durante los últimos 800.000 años”.


Gracias a las burbujas de aire que quedan entre el hielo de la Antártida, los investigadores han podido constatar de manera científica “cómo era el clima en el pasado y la proporción de los gases de efecto invernadero en la atmósfera”. Al respecto, López afirma que el nivel actual de CO2 supera en “un 30 por ciento al más alto registrado en los últimos 800.000 años”. También el metano se encuentra presente en niveles superiores a la media.


Estos valores permiten a los propios científicos “llamar la atención de la responsabilidad humana, y no sólo la del proceso climático, en el calentamiento global”. Un concepto del que López afirma que “no se puede creer o dejar de creer. Hay que fijarse en las evidencias y las mediciones. Y sin duda, hay calentamiento global, que además se ha acelerado en los últimos años”.


Este cambio climático también afecta a los glaciares de montaña, que “están perdiendo superficie de un modo muy importante”. López, aficionado al montañismo, declara que este proceso es “evidente” en los Pirineos, donde en el último siglo han desaparecido glaciares, “al igual que en los Andes, los Alpes y el Himalaya”.


Estas reducciones y desapariciones representan “poco” a nivel global, pero ese hielo que se pierde tiene importancia “para la población y el ecosistema local”, ya que los glaciares no alimentan a los ríos en la época cálida, “reduciéndose incluso la reserva hídrica”.


Para evitar todos estos efectos, el geólogo considera que estos “temas globales exigen decisiones individuales, pero también colectivas. Cada vez son más necesarias medidas globales para los problemas del planeta, como el calentamiento global”.


El Protocolo de Kioto es una medida que “avanza en esa línea”, pero López propugna que se adopten decisiones “más importantes que profundicen en ese sentido”.


Por suerte, la conciencia ciudadana sobre estos problemas “ha avanzado mucho” en las últimas décadas. La población en general debe participar, opina López, en las iniciativas que hay que tomar ante la situación ambiental del planeta.


O. ISARRE
AltoAragón

No hay comentarios: