Etienne Lavigne, máximo responsable del Dakar, presentó la edición 2009 de la prueba, que por primera vez deja el continente africano para internarse en Argentina y Chile. El raid arrancará el 3 de enero en Buenos Aires, ciudad en la que también concluirá 15 días después. Los 530 equipos inscritos (230 motos, 188 coches, 82 camiones y 30 quads) tendrán que pelearse con un recorrido de más de 9.500 kilómetros, 5.656 de los cuales serán cronometrados. Sólo habrá un día de descanso, el 10 de enero.
Los organizadores han intentado ser fieles al espíritu aventurero del Dakar, la mítica prueba creada por el siempre recordado Thierry Sabine. Para ello, confían en las emociones fuertes que pueden deparar las llanuras de la Patagonia, el desierto de Atacama o la cordillera de los Andes, que los participantes afrontarán, además, en pleno verano austral.
En la categoría de coches volverá a asistirse, a buen seguro, a un nuevo duelo entre los Volkswagen de Carlos Sainz, Giniel de Villiers y Mark Miller y los nuevos Mitsubishi de Stéphane Peterhansel, defensor del título, Luc Alphand y Nani Roma. En moto, son otra vez Marc Coma y Cyril Després los favoritos.
"Todo es nuevo", dice Lavigne
"En este rally la experiencia no sirve para mucho, porque todo es nuevo, lo que hará que la prueba sea todavía más interesante y el resultado más apretado", afirmó Lavigne. Las dos primeras etapas "técnicamente fáciles y con un pilotaje muy rápido, servirán de rodaje para las máquinas y los pilotos", según el director deportivo de la prueba, David Castera.
La tercera y cuarta etapas, entre Puerto Madryn y Jacobacci y entre esta ciudad y Neuquen, marcará la entrada en Patagonia y será la primera especial selectiva, con 616 kilómetros cronometrados y las primeras dificultades del terreno y de la navegación.
Las primeras dunas, el paisaje puramente dakariano, llegará en la quinta etapa, con final en San Rafael, y en la sexta, que acaba en Mendoza, con la particularidad de que el rally irá ascendiendo, casi sin darse cuenta, la cordillera andina. Idéntico panorama al día siguiente en una etapa con final en Valparaíso, donde la caravana disfrutará de la jornada de reposo junto al Pacífico. La frontera se cruzará por el paso de San Francisco y a la ciudad chilena se llegará por autopista.
Chile será "el corazón del rally"
En Chile se situará "el corazón del rally", según Lavigne, quien aseguró que el recorrido por ese país marcará la general final, "como sucedía con Mauritania" en las ediciones africanas. Entre Valparaíso y La Serena se vivirá una etapa similar a las del Algarve portugués. Copiapo será escenario de dos etapas de arena y dunas, la segunda, en pleno desierto de Atacama, será "la más larga y la más dura del rally", con 670 kilómetros de especial.
Al día siguiente se disputará una etapa de transición en la que los pilotos no tendrán derecho a asistencia técnica en Fiambala. Después, el rally enfilará de nuevo a Buenos Aires con tres etapas más rápidas. Atrás habrá quedado la arena y podrán pisar los aceleradores, a condición de que la vegetación, sobre todo los cactus, se lo permita.
Córdoba será el escenario de la penúltima etapa y los organizadores esperan una enorme afluencia de público a una zona que celebra un rally al que acude más de un millón de espectadores. La llegada a Buenos Aires se hará en La Rural, la antigua feria de ganado de la capital, donde será consagrado el primer ganador del Dakar suramericano.
Marca.com
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