viernes, 21 de noviembre de 2008

Unos investigadores exploran una cordillera sepultada por el hielo en la Antártida


Se ha puesto en marcha un proyecto internacional de investigación interdisciplinaria con el objetivo de desvelar los misterios de una vasta región inexplorada de la Antártida. El proyecto AGAP («Provincia de Gamburtsev de la Antártida»), que forma parte del programa del Año Polar Internacional (API) 2007-2009, buscará muestras del hielo más antiguo de la Tierra, indagará en lagos subglaciales y explorará la Cordillera Gamburtsev. Estas y otras actividades servirán al equipo de investigadores para determinar los cambios ocurridos en el pasado, lo que sucede en la actualidad y las alteraciones que sufrirá esta región en un futuro.
El equipo se compone de investigadores, ingenieros, pilotos y personal auxiliar de Australia, China, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. Este proyecto se considera uno de los más ambiciosos, desde un punto de vista técnico y científico, y de los más exigentes en términos físicos que se hayan llevado a cabo en la Antártida hasta la fecha, afirman los investigadores en un comunicado. La financiación y gestión de AGAP corre a cargo de las organizaciones nacionales de los seis países involucrados que estudian la Antártida.
«Se trata de un proyecto apasionante y difícil a la vez. Es como prepararse para viajar a Marte», declaró el Dr. Fausto Ferraccioli de la BAS (Investigación Antártica Británica), uno de los institutos participantes. «Gracias al API, científicos de seis países trabajan codo con codo para hacer algo apenas concebible: explorar las profundidades interiores de la Antártida Oriental, una de las últimas regiones inexploradas de nuestro planeta», explicó. «Durante dos meses y medio, nuestros equipos internacionales pondrán en común sus recursos y conocimientos para sondear una cordillera del tamaño de los Alpes que se encuentra sepultada bajo una placa de hielo y que desafía los preceptos de la geología.»
Por otra parte, los investigadores tienen la misión de hallar hielo de más de 1,2 millones de años de antigüedad, según informó el Dr. Ferraccioli. «El hielo de la zona encierra un detallado registro de la evolución histórica del clima que nos ayudará a efectuar predicciones más exactas sobre nuestro futuro.»
Ningún humano ha visto nunca en realidad la Cordillera Gamburtsev, que tiene una longitud de 1.200 kilómetros y cimas de más de 3.000 metros de altitud y que está sepultada bajo una placa de hielo de 600 metros de grosor. Investigadores chinos, japoneses y estadounidenses utilizarán la sismología para estudiar las estructuras subyacentes a estas montañas y harán una reproducción en cuatro dimensiones de su evolución a lo largo de la historia.
Según informaron los responsables, en la comunidad científica está extendida la creencia de que las montañas subglaciales son el origen de la enorme placa de hielo de la Antártida Oriental. Este proyecto servirá para dilucidar cómo se formó esta cordillera y escoger el lugar idóneo para futuras campañas de perforación mediante las que obtener testigos de hielo, según se indica en el comunicado.
Entretanto, el instrumental empleado en el proyecto elaborará una reproducción tridimensional de esta región oculta. La BAS ha unido fuerzas con el Instituto Federal Alemán de Geociencias y Recursos Naturales (BGR) y la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) de Estados Unidos; juntas, estas entidades utilizarán aeronaves dotadas de radar capaz de atravesar el hielo, sensores magnéticos y gravímetros.
«El hielo y las rocas de la Antártida encierran la asombrosa historia de nuestro planeta», señaló el profesor Nicholas Owens, director de la BAS. «Sólo ahora disponemos de la tecnología necesaria para empezar a desentrañar los secretos de este extraordinario laboratorio natural. Se trata de ciencia con mayúsculas, y ésta exige la colaboración con socios de otros programas nacionales que tratan sobre la Antártida», afirmó.
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