miércoles, 19 de noviembre de 2008

"Estar en la Antártida es estar en un sitio distinto a todo"



Miguel Ángel Otero Soliño nos cuenta su experiencia como participante de la XI Campaña Antártica




"Para empezar me presento, mi nombre es Miguel Ángel y un día hace dos años, tras finalizar la carrera de biología y ciencias ambientales y en plena búsqueda de empleo, me enteré de la posibilidad de acudir a la Antártida como tripulante de el buque de investigación oceanográfica 'Las Palmas'. Pese a que nunca había embarcado y no sabía si me adaptaría a la dura vida en la mar, me dije a mi mismo: ¡Adelante! Y por ello ahora estoy disfrutando de la que es mi segunda campaña Antártica".



Así empezaba, hace ya casi un año, el blog 'Crónicas desde la Antártida'. Durante cuatro meses, de enero a abril del 2008, Miguel Ángel Otero Soliño estuvo compartiendo con los lectores de La Vanguardia.es su increíble experiencia entre pingüinos. A través de sus posts semanales viajamos hasta Ushuaia, que es "el fin del mundo y el principio de todo"; cruzamos el "temible pasaje del Drake"; aprendimos las más diversas tradiciones marineras, y conocimos la flora y la fauna del continente helado. Desde el "pingüino punky" hasta la "foca leopardo".



Ahora, con nuestro cronista ya de nuevo en tierra firme, sus experiencias se recogen en un libro electrónico, para poder seguir viajando con él hasta el tan fascinante como desconocido continente Antártico. ¡Que lo disfruten!



Paisajes sin paragón


"Estar en la Antártida es estar en un sitio distinto a todo", afirma Miguel Ángel. La Antártida es el cuarto continente más extenso del mundo y en él hay el 90% de toda el agua dulce del mundo. Está deshabitado; sólo las focas, los lobos marinos, los pingüinos, los elefantes, las orcas y las ballenas viven en el hielo marino.



"Las aguas permanecen pacíficas e incluso se refleja en ellas los hielos y las montañas; las ballenas jorobadas parecen no desentonar en la concordia del espacio y se sumergen con delicadeza exhibiendo su cola, dejando sus impactantes acrobacias para otra ocasión"– así describía el paisaje antártico Miguel Ángel en uno de sus posts. Unos paisajes que, de tan espectaculares, se han convertido en atracción turística. "LA Antártida tiene muchas conflictividades no resueltas" – nos cuenta nuestro blogger- "No hablamos solamente del cambio climático; también sigue estando latente el tema de las reclamaciones territoriales, no se sabe muy bien qué va a pasar con las explotaciones minerales, y otra amenaza menos contemplada es el turismo, que cada vez hay más". "Aparentemente el turismo está controlado"- sigue explicando Miguel Ángel- "pero el problema es que suele incidir siempre en los mismos sitios; todos quieren visitar las mismas colonias de pingüinos y los mismos parajes y el impacto sobre los ecosistemas de estos enclaves (pisoteo de flora, molestia a las colonias, etc) empieza a ser ya importante"



Y es que, si en los años '90 el continente helado recibía como mucho 5000 visitas al año, actualmente recibe más de 28.000 turistas por temporada. Es un destino caro, pero año a año aumenta el número de personas que puede y quiere pagar los altos costos del viaje.



La vida en el buque


Miguel Ángel inició su aventura un poco por casualidad. "Supe que cada año organizaban una Campaña Antártica, pensé que algo así sería la única manera de conocer este continente y no dudé: sin planearlo mucho me apunté y me fui. ¡Dos veces!". La Campaña del 2008 era, además, un tanto especial: estaba englobada dentro del cuarto Año Polar Internacional y era la primera vez que España participaba en este importante evento. Científicos de todo el mundo fueron a los dos polos – al Polo Norte y al Polo Sur- con el fin de estudiar el estado actual de las regiones polares y cómo estas interaccionan con las del resto del planeta.



Nuestro blogger cumplía la función de electricista en el buque 'Las Palmas'. "Básicamente nuestra labor era la de apoyar logísticamente a las bases españolas; éramos los encargados de aportarles todo aquello que precisan: víveres, combustible, material científico etc; transportábamos personal científico a las bases y apoyábamos en muchas de sus investigaciones". Participar en una Campaña Antártica significaba pasar siete meses y medio navegando entre hielo: "Tus compañeros de trabajo son tus amigos y tu familia, lo haces todo con ellos, lo compartes todo" – explica Miguel Ángel- "Te acostumbras pero tienes que ser capaz de sacrificar muchas cosas; yo dormía con doce personas en una habitación minúscula. No tienes intimidad, no tienes espacio y la habitación está siempre oscura: se funciona por turnos y siempre hay alguien a quien le toca dormir".


Pero la incomodidad, según nos cuenta Miguel Ángel, se olvida pronto cuando llegas al Círculo Polar. Y nosotros, gracias a sus textos y sus fotos, podemos compartir con él esta experiencia… ahorrándonos el mareo y el frío.


La Vanguardia.es

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