Greenpeace anunció que el barco-fábrica Nisshin Maru y otros cinco más zarparon desde una isla cercana a Hiroshima, para intentar irse sin hacer demasiado ruido, según denunció la agrupación ambientalista.
TOKIO, noviembre 17, mercurio online.- Los balleneros japoneses zarparon hoy para iniciar una nueva campaña de pesca en la Antártica, que probablemente suscitará -como en años pasados- la dura crítica internacional, anunció la organización de protección del medio ambiente Greenpeace.
Saludado apenas por las familias de la tripulación y de los oficiales, el barco-fábrica Nisshin Maru zarpó de Innoshima (sur) sin fanfarria, en dirección, con toda probabilidad, al santuario ballenero del océano Antártico, explicó Greenpeace en un comunicado.
Ni el departamento de pesca japonés, responsable de las operaciones balleneras, ni la empresa Kyodo Senpaku, el armador de la embarcación, confirmaron la salida del barco en su campaña anual de pesca de cinco meses de duración.
No podemos dar ninguna información sobre su salida para proteger la seguridad de la tripulación, explicó un portavoz de Kyodo Senpaku.
En 2007, el Nisshin Maru, que con sus 8.000 toneladas es la principal embarcación de la flota ballenera japonesa, zarpó de Japón el 18 de noviembre, concretamente desde el puerto de Shimonoseki, en el sur de la gran isla de Honshu.
Este año, ese barco y otros cinco más zarparon de una isla cercana a Hiroshima para intentar irse de Japón sin hacer demasiado ruido, según Greenpeace.
En 2007, la campaña de pesca japonesa se vio perturbada por la presencia en el mar Antártico de barcos de Greenpeace y de la asociación Sea Shepherd, que dificultaron el trabajo de la flota ballenera nipona durante la mayor parte de las operaciones.
Greenpeace ya anunció que este año no tiene intención de perseguir a los balleneros japoneses. Por el contrario, la asociación Sea Shepherd comunicó que piensa entorpecer las operaciones de los pescadores nipones en el Antártico.
Japón puede matar 1.000 ballenas cada temporada, según la moratoria establecida en 1986, que permite la muerte de esos mamíferos marinos para llevar a cabo investigaciones letales.
El gobierno de Tokio sostiene que la oposición occidental a la caza de ballenas, encabezada por Australia, no tiene en cuenta la cultura japonesa, y tampoco oculta que la carne de esos mamíferos acaba en las cocinas de domicilios particulares y restaurantes.
Sin embargo, las últimas encuestas señalan que cada vez son menos los japoneses que comen carne de ballena y que la caza de estos mamíferos cada vez es más cuestionada por los jóvenes nipones.
Mientras el buque insignia de la flota ballenera japonesa zarpaba, el gobierno australiano anunció el lanzamiento de un nuevo programa de investigación con un presupuesto de 2,58 millones de dólares cuyo principal objetivo es demostrar que no es necesario matar a las ballenas para estudiarlas.
El departamento de pesca japonés, por su parte, señaló que Tokio cuenta ya con un programa de investigación no letal de dichos mamíferos, en colaboración con la Comisión Internacional Ballenera (IWC, por sus siglas en inglés).
No podemos decir cuáles son las intenciones de Australia, dijo un responsable del departamento de pesca nipón, Shigeki Takaya, al recordar que Japón realiza investigaciones no letales desde hace 20 años conjuntamente con la IWC.
Japón no rechaza la investigación no letal pero lleva a cabo estudios letales para obtener datos que sólo pueden lograrse con este tipo de programas, explicó.
La temporada pasada, Japón capturó 551 ballenas en las aguas del noroeste del Pacífico, es decir, la mitad de su objetivo, debido a la intervención de los barcos de Sea Shepherd.Esta última anunció que la actriz estadounidense Daryl Hannah se embarcará en uno de los barcos que entorpecerán las tareas de los balleneros japoneses en aguas antárticas.
Fuente: emol.com
Canal 2 San Antonio
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