jueves, 6 de noviembre de 2008

El agujero en el ozono ya es tan grande como América del Norte

Sus efectos sobre la salud, por el aumento de las radiaciones ultravioleta, son dañinos.


Después de una reducción en la primavera de 2007, el agujero de ozono ha vuelto a crecer y ya es más grande que América del Norte. Así lo consignan los nuevos datos divulgados por la Agencia Espacial Europea. Esto no preocupa especialmente a los expertos, ya que no responde a las causas directas que provocan el adelgazamiento de la capa de ozono. No obstante, los posibles daños por el aumento de las radiaciones ultravioleta siguen siendo los mismos y, por lo tanto, también las precauciones a tomar.


El ozono es un gas que se concentra en la atmósfera formando una capa que va desde los 15 hasta los 40 kilómetros de altitud. Actúa como un filtro solar, para proteger a los seres vivos de las radiaciones ultravioleta emitidas por el Sol.


En la década del 60 se descubrió que a partir del invierno y hasta mediados de enero, la capa de ozono sobre la Antártida se adelgazaba al punto de abrirse, debido a la liberación de moléculas de cloro desde nubes formadas en invierno. La liberación de cloro se produce al disiparse estas nubes, con la llegada de los primeros rayos solares después de la noche antártica.


En 1987, los Estados firmaron el Protocolo de Montreal, por el que se comprometieron a eliminar gases como los clorofluorocarbonos (CFC), responsables en buena medida del fenómeno. En la primavera de 2000, el agujero en la capa alcanzó su mayor tamaño: 29,3 millones de kilómetros cuadrados. En 2006 se había reducido, pero el año pasado volvió a ensancharse, y algo más aún en esta primavera: el 15 de septiembre llegó a los 27 millones de kilómetros cuadrados.


No se debe al incumplimiento del Protocolo de Montreal. "La cantidad de cloro atmosférico no ha aumentado desde 1997 y se está estabilizando. Pero llevará de 50 a 60 años reducirla a los niveles de 1980", señala el doctor Pablo Canziani, investigador del Conicet y director del programa de Estudios Atmosféricos de la Universidad Católica Argentina. "Lo que estamos viendo ahora -agrega- es que el pico de daño a la capa de ozono está siendo modulado por el clima. Desde 1999 hay una gran variabilidad de un año a otro, en respuesta a una mayor variabilidad del sistema dinámico atmosférico, lo que podría estar asociado a todos los procesos de cambio generados por el hombre".


"En los años con mayor perturbación de la dinámica atmosférica, el agujero de ozono dura menos. Pero en los años en que la dinámica atmosférica es más tranquila, el agujero de ozono es más profundo y dura más", completa Canziani. Ayer, se había reducido a 17 millones de kilómetros cuadrados.


'Qué es dable esperar en los próximos años? "Los trabajos científicos indican que hasta el 2020 no se podría certificar su recuperación, por estas variaciones -anticipa el meteorólogo-. El cloro que se está emitiendo a la atmósfera, en este momento, está controlado, pero no va a haber un efecto evidente hasta aproximadamente 2020".


Clarin.com

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