lunes, 17 de noviembre de 2008

Científicos rusos vuelven a la Antártida a buscar el agua más pura del mundo

Científicos rusos han regresado a la Antártida para continuar la búsqueda del agua más pura y antigua del planeta, que se encuentra en el lago Vostok (Oriente) bajo una capa de hielo de 3.748 metros.


EFE "Tenemos que perforar aún 80 metros de hielo para llegar a la superficie del lago", señaló un portavoz del comité de investigación ártica y antártica del Instituto Meteorológico de Rusia.


La 54 expedición antártica rusa intentará lograr lo que no pudo su predecesora, ya que en 2007 los trabajos de perforación tuvieron que ser suspendidos debido a la rotura de uno de los cables al toparse con una capa de cristal de hielo de gran solidez.


Con cerca de 300 kilómetros de largo, 50 de ancho y casi mil metros de profundidad en algunas zonas, el Vostok es una masa de agua dulce en estado líquido que se encuentra en el epicentro del sexto continente.


Tiene una superficie de 15.690 kilómetros cuadrados, similar a la del lago siberiano Baikal, la reserva de agua dulce más grande del mundo.


Descubierta en 1957 por científicos soviéticos, ha sido incluida en la lista de los hallazgos geográficos más importantes del siglo XX.


"El lago tiene 450.000 años. La comunidad científica considera que el descubrimiento del Vostok es el hallazgo geográfico más extraordinario del siglo XX", asegura Valeri Lukín, jefe de la expedición, citado por la agencia oficial Itar-Tass.


El Vostok es el lago subterráneo de mayor tamaño entre los más de cien que se encuentran bajo el hielo antártico.


Los rusos, que esperan alcanzar la superficie del lago a principios del próximo año y tomar muestras de agua, suponen que el embalse natural ha permanecido sellado bajo la placa de hielo entre 500.000 y más de un millón de años.


"El agua del lago está en movimiento, por lo que contiene oxígeno y presenta otras condiciones necesarias para la vida", apuntó Vladímir Kotlyakov, director del Instituto de Geografía de Rusia.


Los científicos descubrieron en 2005 que el Vostok alberga una isla en su centro, pero por el momento se desconoce si acoge alguna clase de vida vegetal o animal.


Las investigaciones se conducirán desde la estación del mismo nombre, uno de los cinco puestos permanentes con los que cuenta Rusia en la superficie antártica.


Los primeros miembros de la expedición 54 ya se encuentran en la Antártida adonde llegaron en barco desde la ciudad chilena de Punta Arenas.


Mientras, el buque laboratorio "Académico Fiódorov" inició recientemente una larga travesía con destino al continente blanco con 230 científicos y técnicos a bordo.


"El equipo, integrado por 110 investigadores permanentes, incluye geólogos, geofísicos, oceanógrafos, meteorólogos y expertos en glaciares de Moscú y San Petersburgo", apuntó Lukín.


El "Académico Fiódorov" transporta también materiales de construcción, combustible y comida para las estaciones, lo que incluye equipos geodésicos y meteorológicos que envían la información a Rusia de manera automática vía satélite.


Las estaciones rusas generan energía a través de unas baterías de níquel y cadmio que se recargan gracias a la luz del sol, y funcionan todo el año incluso en condiciones adversas de hasta 45 grados bajo cero.


La falta de fondos obligó a la URSS primero y a Rusia después a cerrar definitivamente varias de sus estaciones, pero en los últimos meses dos de ellas fueron reabiertas y se está construyendo un recinto residencial donde los científicos podrán vivir los doce meses del año.


Además del obvio interés científico, uno de los objetivos primordiales de esta expedición rusa a la Antártida es estimar las reservas energéticas de su plataforma continental, estimadas por Lukín en 51.000 millones de toneladas de hidrocarburos.


A partir de 1998 entró en vigor el Protocolo de Madrid de 1991, que estableció que la Antártida es una zona desmilitarizada en la que sólo se pueden desarrollar investigaciones científicas.


Este documento, que todavía no ha sido ratificado por todos los países, establece en su artículo 7 una moratoria de 50 años a todo tipo de explotación de los recursos naturales por debajo de los 60 grados de latitud sur.


Eso no ha evitado que la mayoría de países con bases en la Antártida, incluida Rusia, desarrollen programas de investigación geológica, que incluyen la búsqueda de hidrocarburos y recursos minerales en el subsuelo antártico.


Con una superficie de 13.975.000 kilómetros cuadrados -sin contar la extensión de los glaciares- la Antártida representa el 11 por ciento de la tierra firme del planeta y es más extensa que Australia.


laipinion.es

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