lunes, 1 de diciembre de 2008

La placa de hielo Wilkins amenaza con desgajarse de la Antártida

Imagen de la placa de hielo Wilkins, con las líneas de fisura marcadas en colores- ESA / Envisat
La plataforma helada, de unos 1.500 kilómetros cuadrados, se ha calentado 2,5 grados en 50 años

Nuevas fisuras se han registrado en la placa de hielo Wilkins. Este hecho puede conducir a la apertura del istmo de hielo que hasta ahora ha evitado que la placa se desgaje de la península antártica. Ese puente de hielo conecta la placa Wilkins con dos islas, Charcot y Latady. Una imagen obtenida por el satélite Envisat el 26 de noviembre, nuevas fisuras (en diferentes colores, en la imagen), se han formado al este de la isla Latady y parecen estar moviéndose en dirección norte, informa la Agencia Europea del Espacio (ESA, en sus siglas inglesas).

Angelika Humbert, del Instituto de Geofísica de la Universidad de Münster y Matthias Braun del Centro de Sensores Remotos de la Universidad de Bonn, ambas en Alemania, han localizado durante sus actividades diarias de seguimiento, nuevas fisuras en la capa de hielo.


"Estas fisuras, que se suman a las que ya existían previamente (en azul en la imagen), amenazan con romper un trozo de hielo que podría causar que el puente pierda su estabilidad y se quiebre", explica Humbert. "Estos cambios recientes están pasando más despacio y más constantemente que los eventos vistos a principios de este año"


En febrero de 2008 un área de unos 400 kilómetros cuadrados se desgajó de la placa de hielo, estrechando el puente de hielo hasta una banda de seis kilómetros. A finales de mayo de 2008, un área de unos 160 kilómetros cuadrados se rompió, y dejó el puente en 2,7 kilómetros. Entre mayo y el 9 de julio de 2008, la placa de hielo sufrió más pérdidas: unos 1.350 kilómetros cuadrados.


La placa Wilkins, una amplia meseta de hielo flotante al sur de Latinoamérica, en la Península Antártica, ha sido estable durante la mayor parte del último siglo antes de que empezar a retirarse en los años noventa. La península ha experimentado un calentamiento extraordinario en los últimos 50 años: 2,5 grados centígrados.


El País

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