Un crucero de lujo permanece un día varado tras una nueva colisión en el continente de hielo
Un año después de un accidente de similares características, un nuevo crucero de lujo que surcaba las aguas heladas que bañan la península del Antártico encalló el jueves y los pasajeros pudieron ser rescatados ayer por otro buque. El fenómeno revela las difíciles condiciones para la navegación en el extremo sur del globo aún en verano y con naves gigantes y dotadas para ese tipo de travesías.
El barco 'Ushuaia', de bandera panameña, había zarpado del sur de Argentina en noviembre y navegaba por la bahía Guillermina, al oeste de la península antártica, cuando chocó con una roca y quedó varado. Los expertos aseguran que el afán de las embarcaciones por acercarse lo más posible a la costa para ver la fauna típica de la región resulta una operación arriesgada.
Construido hace 40 años por la Agencia Norteamericana de Investigaciones Oceánicas y Atmosféricas y reacondicionado para transportar pasajeros, el 'Ushuaia', de 84 metros de largo, llevaba 82 pasajeros y unos 40 tripulantes cuando ocurrió el siniestro. La evacuación se realizó veinticuatro horas después. Entretanto, otro buque permaneció cerca en caso de emergencia.
Tras esperar un día el auxilio a bordo del barco, los viajeros fueron evacuados ayer y trasladados al buque 'Aquiles', de la Armada chilena, que al cierre de esta edición los llevaba a la base Presidente Frei, al norte del lugar del accidente, en las islas Shetland del Sur.
El salvamento «finalizó con éxito», dijo el capitán de la Armada argentina Roberto Ulloa. En cambio, la recuperación del buque «llevará más tiempo», admitió. «Quedó apoyado sobre una piedra, habrá que tener mucho cuidado al sacarlo», advirtió.
Una vez en la base chilena, los pasajeros serán transportados en avión a Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, a 1.200 kilómetros al norte del lugar del accidente.
El jueves a primera hora, el capitán del 'Ushuaia', Jorge Alghieri, había informado del choque. El casco, según comunicó el oficial, había sufrido una grieta por donde penetraba agua. Además, la nave perdía combustible. La mancha de gasóleo en las aguas prístinas del océano tenía un kilómetro de diámetro.
El accidente es el segundo de esta magnitud en poco más de un año. En noviembre de 2007, el crucero 'Explorer', con 154 personas a bordo, se cruzó con un iceberg. Los viajeros fueron también rescatados pero el barco se hundió.
larioja.com
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