Greenpeace denuncia el comportamiento desigual de estas compañías en aquella región
Las grandes multinacionales españolas no se comportan de la misma manera en España que en los países de Latinoamérica. Así lo asegura un informe presentado hoy por Greenpeace que analiza la actuación allí de algunas de las principales compañías españolas en aquellos sectores más delicados para el medio ambiente o los derechos humanos. "Aquí contamos aquello que no aparece en las juntas de accionistas o en la publicidad", asegura Mario Rodríguez, director de Campañas de esta organización. "Sólo queremos que operen por lo menos en las mismas condiciones que en España, es lo mínimo".
Según recalcan los ecologistas, las multinacionales españolas no son peores que las de otros países y se podrían añadir otros muchos casos de impactos negativos a los 43 recogidos por ellos. Estas son las principales compañías que salen en el informe "Los nuevos conquistadores":
Repsol YPF y los indígenas
Repsol YPF y los indígenas
En el sector de los hidrocarburos (petróleo y gas), el informe repasa diferentes denuncias contra la compañía española Repsol YPF. En Bolivia, Greenpeace asegura que la petrolera española opera en el territorio del pueblo guaraní de Itika Guasu, donde los indígenas se quejan de que la empresa realiza actividades de explotación de hidrocarburos sin cumplir con el requisito de la consulta previa, libre e informada a sus comunidades.
En Colombia, Amnistía Internacional ha acusado a Repsol de financiar unidades militares para proteger instalaciones, así como compañías militares privadas. En Argentina, los ecologistas denuncian derrames tóxicos y vertidos por rupturas de oleoductos, así como el peligro de intoxicación por la presencia de 3.000 pozos abandonados y sin sellar en Comodoro Rivadavia.
En Ecuador, más de 70 grupos ecologistas pidieron la expulsión de la compañía de la Amazonia tras un vertido de 14.000 barriles, según Greenpeace, agravado por una cascada de negligencias.
Endesa y la Patagonia
Endesa y la Patagonia
En el sector de la electricidad, Greenpeace pone especial énfasis en el impacto ambiental de los proyectos de Endesa para construir en Chile varias presas hidroeléctricas en la Patagonia. Los ecologistas aseguran que las cinco grandes presas que pretende construir la eléctrica española se asentarían sobre los ríos Baker y Pascua e inundarían miles de hectáreas en un territorio completamente virgen.
Además, también critica los planes de otras empresas como Unión Fenosa o Iberdrola para construir centrales térmicas y de gas en este continente, en especial cinco centrales de carbón en Guatemala.
Según el informe, estas compañías que tratan de vender en España una imagen cada vez más "verde" se olvidan de las energías renovables cuando desembarcan en América Latina. El porcentaje de potencia renovable de Iberdrola en Latinoamérica es del 5%, el de Unión Fenosa del 0,12% y el de Endesa del 0%.
Sol Meliá y las tortugas marinas
Greenpeace alerta del intento de las empresas hoteleras españolas de replicar el modelo de sol y playa masivo de la costa española en zonas vírgenes de América Latina. Según los ecologistas, varios de estos grupos hoteleros han sido repetidamente denunciados en México por arrasar selvas, acabar con dunas costeras y devastar manglares. Además, señalan de forma particular la Riviera Maya, en el estado caribeño de Quintana Roo, donde operan Sol Meliá, Riu o NH.
En el caso de Sol Melía, el informe llama la atención sobre su intento de construir 1.453 habitaciones de hotel en las playas de X'cacel y X'cacelito, en Cancún. Según Greenpeace, a pesar de encontrarse aquí las zonas de anidación de tortugas marinas verde y boba más importantes del Caribe, las playas fueron vendidas al grupo español de forma secreta, a pesar de que el ordenamiento jurídico establecía que no se podría construir. Finalmente, en 2001 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) determinó que el proyecto no era viable ni sostenible y a cambio de revocar sus permisos de construcción Sol Meliá recibió otros terrenos en Costa Turquesa, en cuyos alrededores los ecologistas afirman que prácticamente todas las zonas de manglar han sido devastadas.
Por último, el informe también advierte de la aparición de grandes proyectos de construcción en Brasil, donde Afirma participa en el proyecto Nova Atlantida para construir un complejo en Praia da Baleia en una extensión de más de 3.000 hectáreas y el Grupo Sánchez pretende construir 40.000 viviendas en Natal, una zona virgen.
Agbar y el agua de Cartagena
En el caso del abastecimiento de agua, el informe da cuenta de diversas polémicas relacionadas con la empresa Aguas de Barcelona (Agbar). En concreto, relata el caso del concurso ganado por la empresa para el suministro de agua y el saneamiento de la ciudad de Cartagena, en Colombia. En 1999, la empresa afirmaba que el 99% de la ciudad estaba abastecida, pero al mismo tiempo el Banco Mundial denunciaba que un tercio de la población no tenía acceso al servicio. Según los ecologistas, la explicación es que la empresa incumplió las condiciones del trabajo y no tuvo en cuenta a los barrios del aluvión, aquellos que según la Ley no se consideran urbanizados, lo que ha tenido un impacto sanitario y ecológico muy grave.
El dinero del Santander y el BBVA
Según Greenpeace, el BBVA ha participado en proyectos polémicos en varios países, como la financiación de la factoría de celulosa de la empresa española ENCE en Uruguay, que ha generado un importante conflicto diplomático con Argentina por el impacto que tendría en el estuario del Río de la Plata.
Otro señalado es el de la gigantesca mina de Yanacocha, en Perú, criticada por la degradación ambiental de la zona y por el aumento de la pobreza en familias que han tenido que desplazarse. Según los ecologistas, la empresa gestora de esta explotación minera recibió en 2006 un préstamo de 100 millones de dólares de un consorcio de bancos del que formaba parte el BBVA.
En cuanto al Banco Santander, el informe critica la participación inicial en la financiación del Complejo de Río Madeira, para la construcción de cuatro presas hidroeléctricas en Brasil y Bolivia. Asimismo, los ecologistas afirman que el Santander/Real es una de las entidades que apoyan proyectos relacionados con la deforestación amazónica.
Pescanova y la merluza blanca
En el sector pesquero, el informe asegura que Pescanova ha participado en Chile en la sobreexplotación de especies como la merluza blanca y el congrio dorado, de los que posee el 50% y el 53%, respectivamente, de la cuota pesquera industrial en aguas de este país. Además, también considera cuestionables sus prácticas en acuicultura, en concreto en la producción de salmón en Chile, un cultivo que los ecologistas aseguran que es muy agresivo en términos sociales y medioambientales.
Tampoco sale bien parada la conservera Calvo, de la que se denuncia sus condiciones laborales en países como El Salvador.
¿Qué piensas del análisis de los ecologistas sobre las grandes compañías españolas en Latinoamérica? Puedes encontrar el informe completo de Greenpeace aquí.
Soitu
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