Brasil comenzó a testar este mes el Criosfera 1, el laboratorio móvil de investigación avanzada que instalará este año en el interior de la Antártida para realizar mediciones atmosféricas y meteorológicas, informaron hoy fuentes oficiales.
El módulo de investigaciones fue conducido a la sede del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) en la ciudad brasileña de Sao José dos Campos para diferentes pruebas de resistencia y de funcionamiento de sus equipos, informó hoy este organismo.
En el INPE, una institución con experiencia en satélites y otros equipos que tienen que trabajar en condiciones difíciles, también serán instalados los sistemas de energía y algunos de los equipos del Criosfera 1.
Las pruebas serán realizadas hasta finales de septiembre, cuando el laboratorio será trasladado a Porto Alegre, desde donde será embarcado hacia la Antártida para ser instalado en el interior del continente blanco en un local próximo a la latitud 85 sur y a unos 500 kilómetros del Polo Sur geográfico.
"Los diferentes equipos del módulo están siendo desarrollados, montados y testados aquí en el INPE", explicó Marcelo Sampaio, investigador del Instituto y uno de los científicos que viajará a la Antártida para instalar el laboratorio.
"También haremos la adaptación de los sistemas para facilitar la logística en la instalación del módulo en el continente antártico y otros servicios que puedan facilitar el trabajo y la convivencia de los investigadores en el período en que permanecerán en el local en que estará ubicado el módulo", agregó.
El módulo construido con medio millón de reales (310.000 dólares) del Programa Antártico Brasileño (Proantar) será el primero del mundo en operar en el interior e la Antártica de forma ininterrumpida 24 horas diarias, de forma autónoma (sin técnicos que lo operen) y de forma sustentable, es decir sin emisión de contaminantes ya que sus generadores de energía serán ecológicos.
El Criosfera 1 estará dotado de paneles solares y generadores eólicos que le permitirán operar de forma permanente y autónoma sin la necesidad de que operadores estén renovando constantemente combustibles fósiles para mantenerlo en funcionamiento.
El módulo, que será transportado al interior de la Antártida a finales de este año, tendrá equipos para medir la composición química de la atmósfera y datos meteorológicos de la región, como la velocidad de los vientos y la temperatura.
El laboratorio brasileño fue fabricado con una fibra especial que soporta bajas temperaturas y es capaz de funcionar por años sin la presencia de ningún operador.
Los datos que recoja serán enviados por satélite constantemente hasta el centro de operaciones en Brasil coordinado por Heitor Evangelista, investigador de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
Los científicos del INPE, de la UERJ y de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS) pretenden inicialmente estudiar los efectos en el Polo Sur de los cambios climáticos y del aumento del agujero en la capa de ozono.
Los investigadores aprovecharán el verano austral para viajar al interior de la Antártida, en donde acamparán dos meses mientras instalan y colocan en operación el laboratorio.
En la expedición participarán ocho científicos que permanecerán en el corazón de la Antártida hasta enero.
El laboratorio brasileño estará ubicado a unos 2.500 kilómetros de la Estación Antártica Comandante Ferraz, la base fija que Brasil tiene en el continente blanco.
Brasil ejerce presencia en la Antártica desde casi 30 años, pero hasta hace un año, cuando envió una misión científica, nunca se había aventurado por el interior del continente, y había limitado su actuación a las pesquisas sobre los mares y las áreas costeras de la región en la base Comandante Ferraz.
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