domingo, 2 de enero de 2011

Una salmantina en la Antártida



Ha pasado el año nuevo volando en dirección a la zona más meridional del planeta. La profesora de la Universidad de Salamanca Carmen Domínguez, Karmenka, se ha vuelto a echar el equipaje a la espalda, sin olvidar la ropa de abrigo, para participar en una larga expedición científica en la Antártida y la Patagonia chilena para analizar los efectos del cambio climático en el deshielo de las masas polares.
La expedición se enmarca en el 'Proyecto Glackma' (Glaciares, criokarst y medio ambiente), que utiliza los glaciares como sensores naturales de la evolución del calentamiento global a través de ocho estaciones repartidas en las zonas polares de los dos hemisferios.
Carmen Domínguez explica que el proyecto se basa en la colocación de estaciones de medición en distintas latitudes, de forma que se puedan registrar datos de continuo sobre la 'descarga líquida glaciar' o hielo que se funde en ambos círculos polares.
En esta ocasión, el trabajo se centrará primero en la base rusa Bellingshausen, en la isla Rey Jorge de la Antártida insular. La investigadora señala que esta base es una de las más antiguas de las que forman parte del proyecto, y por tanto se va a desarrollar un trabajo de renovación de instalaciones y tecnología y de colocación de nuevas sondas para perfeccionar las mediciones.
Esas labores en Bellingshausen cuentan con la colaboración del Instituto Alfred-Wegener de Alemania para la investigación polar y marina para el desarrollo del proyecto 'Imcoast' de la Unión Europea, con el que se pretende realizar un estudio del impacto del retroceso glaciar en el ambiente costero marino.
Desde 2002
Carmen Domínguez, profesora titular del Departamento de Matemática Aplicada, explica que el proyecto Glackma dispone de datos históricos y continuos sobre el deshielo en esta zona antártica desde enero de 2002, datos que ponen de manifiesto que en los últimos años se ha registrado un incremento de temperatura en la región que lleva a que cada vez más áreas glaciares se vean afectadas por el deshielo, y que haya periodos cada vez más largos de fusión glaciar y, por tanto, cantidades mayores de descarga líquida. Con todo, la investigadora señala que la comparación de las cuatro estaciones situadas en el hemisferio sur con las cuatro en el norte pone de manifiesto que «hay un proceso de deshielo en general muy acelerado, aunque en las zonas árticas es entre tres y media y cuatro veces mayor que en la Antártida».
Carmen Domínguez considera que el proceso «es muy difícil de parar, ya que habría que replantearse el funcionamiento de la sociedad, sería cuestión de que cada ciudadano pusiera su granito de arena», aunque afirma que las consecuencias «a un nivel científico son claramente constatables».
Insiste en que «al haber más cantidad de descarga líquida de los glaciares sube el nivel del mar, por lo que hay una mayor superficie de evaporación y hay más humedad». Una situación que se traduce en que «en la Antártida nieva más pero no es nieve que se consolide, sino que se funde más en verano y eso provoca las circunstancias que notamos aquí: hace frío cuando no debe, hace más calor, hay olas de temperaturas extremas, hay sequía general y periodos de lluvias torrenciales».
Aventura
Conseguir los datos que apuntalen esta tendencia y que sirvan también de base científica a otros investigadores no es nada sencillo. De hecho, Carmen Domínguez asegura que en las expediciones «hay mucho de aventura, tienes que hacer deporte, sobrevivir en condiciones a veces complicadas y hay que explorar, ya que estás en zonas en las que te enfrentas a continuos imprevistos».
Por eso, el Proyecto Glackma -en el que ella y Adolfo Eraso, de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, son los únicos españoles que participan, puede tener un enorme atractivo para los escolares. De hecho, los investigadores pondrán por primera vez en marcha la iniciativa 'Ven a la Antártida' con las que los niños de Salamanca podrán seguir a través de Internet las evoluciones de los científicos a través de un programa de la Fundación Salamanca Ciudad de Saberes.
Así, durante los meses de enero y febrero, los participantes en el programa mantendrán un contacto directo por medio de Internet con Carmen y Adolfo a través de un blog creado específicamente para niños. En esta página, los investigadores contarán cómo es el viaje, qué hay en la zona, cómo es la vida en las bases antárticas, qué tiempo se registra o qué dificultades encuentran para llevar a cabo su trabajo.
Carmen Domínguez explica que quieren que «sea una actividad muy interactiva, en la que ellos nos puedan plantear sus propias preguntas, sus dudas y curiosidades y nosotros podamos responderles, además con el envío de fotos». Es una labor divulgadora que esta profesora considera «básica», ya que «es más difícil cambiar la mentalidad de los adultos que la de los niños ante las cosas que deben hacerse para cuidar el medio ambiente».
Además, al regreso de la expedición, los investigadores visitarán los centros escolares para narrar en primera persona su aventura y está también prevista la publicación de un libro de divulgación para niños sobre los glaciares. «Un trabajo científico te puede quedar muy bien, pero si no llegas al público, te has quedado a medio camino», afirma.
nortecastilla

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