USHUAIA, 9 de enero.- El transporte ARA “Canal Beagle” se encuentra por dos días en bahía Scotia donde está ubicado el destacamento naval Orcadas.
En lo que va de la primera etapa de la Campaña Antártica se abasteció de carga general al refugio Gurruchaga y a las bases Jubany, Cámara y Decepción –y a estas últimas también de víveres-; y se realizó el traspaso de víveres y carga general al aviso “Suboficial Castillo” para Petrel –este buque también abasteció a Cámara, Brown y Esperanza–.
El “Beagle” también hizo descarga parcial para el Grupo de Reparaciones del Ejército en Esperanza. Al finalizar esta tarea embarcó a la dotación entrante para la invernada en Orcadas y zarpó hacia allí. Lleva a bordo también al Grupo de Reparaciones de la Armada y personal científico de la Dirección Nacional del Antártico. En total, hasta Orcadas, 147 personas.
El buque cuenta con tres bodegas para almacenamiento –que tienen un entrepuente para aumentar su capacidad de carga–, numeradas de proa a popa. En la primera se llevan los tambores de combustible y lubricantes, y los botes Zodiac con motores AD75. En la segunda va carga general, víveres secos, materiales de construcción, elementos de limpieza. Y en la tercera, las lanchas EDPV y los seis contenedores refrigerados: dos a -20º C para carga refrigerada y cuatro con 4º C para verduras y frutas.
Para la tarea de carga, estiba y descarga hay dos trozos de guardia, a cargo de los tenientes de fragata Marcos Ramírez y Cristian Artero.
“La función del jefe de trozo, en puerto, es llevar el control de la carga que se va a distribuir a las bases. En navegación, cumplo funciones en el puente de comando como oficial de seguridad náutica y guardias de 8 horas de descarga del material embarcado”, explica el teniente Ramírez.
“Como jefe de trozo mi principal preocupación es la seguridad del personal y que llegue intacta la carga a las bases”, agrega.
El suboficial segundo Miguel Gluge es el subencargado del trozo 1. El teniente Ramírez lo presenta como su mano derecha en estas tareas, alguien que siempre está presente. Su función es realizar la descarga controlando que se haga con prolijidad.
En cada trozo de descarga el grupo de trabajo está conformado por el jefe, el contramaestre, cuatro hombres en bodega que arman la carga y estiban en un chinguillo, uno en la grúa, otro en el zampi y un anotador que lleva el control administrativo.
Tanto el jefe como el contramaestre deben ver desde cubierta todo el proceso. “Cualquiera sea el material que manejemos tenemos las mismas precauciones. En las cargas que bajamos a las lanchas o cuando las traspasamos a otro buque debemos evitar que caigan cosas al mar para que no haya contaminación”, cuenta el suboficial Gluge.
Por ejemplo, en el caso de la descarga de arena y materiales se le pone dentro del chinguillo grande otro más pequeño con una lona para evitar que caiga al mar, detalla el suboficial.
A su vez deben estar atentos a las maniobras del buque, como el fondeo o el levar anclas, para que en caso de ser necesario zarpar de emergencia, se proceda a interrumpir la carga y dividir al personal: algunos trincarán la carga y cerrarán la tapa de bodega, mientras que otros se dedicarán a la maniobra de levado de ancla.
Como es un trabajo en equipo, tanto si abastecen una base o si traspasan carga al “Castillo”, hay personal que recibe y ayuda en la descarga.
Para la segunda etapa de la Campaña –de fines de enero a fines de marzo– está previsto traer gasoil antártico y víveres para Jubany y realizar el repliegue de personal de las bases temporarias Cámara, Decepción y Orcadas. También harán repliegue de tubos vacíos de gas y combustible.
A fines de marzo se encontrarán con el buque polar ruso “Vasily Golovnin” en Ushuaia que les transferirá desechos para evitar la contaminación del continente blanco.
FUENTE: Gaceta Marinera
El Fueguino
En lo que va de la primera etapa de la Campaña Antártica se abasteció de carga general al refugio Gurruchaga y a las bases Jubany, Cámara y Decepción –y a estas últimas también de víveres-; y se realizó el traspaso de víveres y carga general al aviso “Suboficial Castillo” para Petrel –este buque también abasteció a Cámara, Brown y Esperanza–.
El “Beagle” también hizo descarga parcial para el Grupo de Reparaciones del Ejército en Esperanza. Al finalizar esta tarea embarcó a la dotación entrante para la invernada en Orcadas y zarpó hacia allí. Lleva a bordo también al Grupo de Reparaciones de la Armada y personal científico de la Dirección Nacional del Antártico. En total, hasta Orcadas, 147 personas.
El buque cuenta con tres bodegas para almacenamiento –que tienen un entrepuente para aumentar su capacidad de carga–, numeradas de proa a popa. En la primera se llevan los tambores de combustible y lubricantes, y los botes Zodiac con motores AD75. En la segunda va carga general, víveres secos, materiales de construcción, elementos de limpieza. Y en la tercera, las lanchas EDPV y los seis contenedores refrigerados: dos a -20º C para carga refrigerada y cuatro con 4º C para verduras y frutas.
Para la tarea de carga, estiba y descarga hay dos trozos de guardia, a cargo de los tenientes de fragata Marcos Ramírez y Cristian Artero.
“La función del jefe de trozo, en puerto, es llevar el control de la carga que se va a distribuir a las bases. En navegación, cumplo funciones en el puente de comando como oficial de seguridad náutica y guardias de 8 horas de descarga del material embarcado”, explica el teniente Ramírez.
“Como jefe de trozo mi principal preocupación es la seguridad del personal y que llegue intacta la carga a las bases”, agrega.
El suboficial segundo Miguel Gluge es el subencargado del trozo 1. El teniente Ramírez lo presenta como su mano derecha en estas tareas, alguien que siempre está presente. Su función es realizar la descarga controlando que se haga con prolijidad.
En cada trozo de descarga el grupo de trabajo está conformado por el jefe, el contramaestre, cuatro hombres en bodega que arman la carga y estiban en un chinguillo, uno en la grúa, otro en el zampi y un anotador que lleva el control administrativo.
Tanto el jefe como el contramaestre deben ver desde cubierta todo el proceso. “Cualquiera sea el material que manejemos tenemos las mismas precauciones. En las cargas que bajamos a las lanchas o cuando las traspasamos a otro buque debemos evitar que caigan cosas al mar para que no haya contaminación”, cuenta el suboficial Gluge.
Por ejemplo, en el caso de la descarga de arena y materiales se le pone dentro del chinguillo grande otro más pequeño con una lona para evitar que caiga al mar, detalla el suboficial.
A su vez deben estar atentos a las maniobras del buque, como el fondeo o el levar anclas, para que en caso de ser necesario zarpar de emergencia, se proceda a interrumpir la carga y dividir al personal: algunos trincarán la carga y cerrarán la tapa de bodega, mientras que otros se dedicarán a la maniobra de levado de ancla.
Como es un trabajo en equipo, tanto si abastecen una base o si traspasan carga al “Castillo”, hay personal que recibe y ayuda en la descarga.
Para la segunda etapa de la Campaña –de fines de enero a fines de marzo– está previsto traer gasoil antártico y víveres para Jubany y realizar el repliegue de personal de las bases temporarias Cámara, Decepción y Orcadas. También harán repliegue de tubos vacíos de gas y combustible.
A fines de marzo se encontrarán con el buque polar ruso “Vasily Golovnin” en Ushuaia que les transferirá desechos para evitar la contaminación del continente blanco.
FUENTE: Gaceta Marinera
El Fueguino
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