lunes, 24 de enero de 2011

Uruguayos en un verano más frío que el invierno

Base antártica. Un puñado de hombres intenta convivir con noches de hasta 18 horas


Dos grados bajo cero, cielo nublado, una ventisca con más de veinte nudos soplando desde el este que provoca una sensación térmica de quince grados bajo cero. Es un agradable día de verano en la Base científica antártica "Artigas", de Uruguay.
Cuando convivir con la adversidad del clima es la norma, a ningún miembro del destacamento uruguayo le sorprende que en el verano austral de la Antártida la noche sea penumbra, que dure dos horas como máximo, y que para saber cómo está la familia haya que conectarse a Internet.
Un año es mucho tiempo si el ser humano tiene carencias elementales. Los integrantes de la misión uruguaya en la Antártida llegan a comienzos de diciembre y son relevados recién a los doce meses.
La elección de quienes irán a la misión se hace luego de un análisis pormenorizado a cargo de un sicólogo del Instituto Antártico Uruguayo (IAU) y bajo rigurosas condiciones: el candidato debe llenar un perfil específico y, más allá de las jerarquías militares que todos tienen, el factor humano es clave.
El actual jefe de la Base es el teniente coronel del Ejército Longino Sosa, que actualmente cumple su segunda misión, algo de lo cual está orgulloso. El mismo se considera "un privilegiado". "Debemos estar preparados para pasar largo tiempo lejos de nuestra familia, afectos, comodidades, fuera del ambiente habitual de nuestro país, sabiendo que principalmente en los meses de invierno seremos una familia de ocho integrantes con nuestros aciertos y errores, intentando convivir y llevar adelante la misión", relató a El País desde la base en la isla Rey Jorge.
A diferencia de otras misiones, las personas que cumplen un año en el continente antártico no interactúan y no se insertan en sociedades, sino que se crea nuestra propia micro comunidad, explicó el militar.
Noche. Hay periodos críticos donde se acentúan los síntomas de stress en el personal, como por ejemplo durante el largo invierno en el que la noche alcanza a durar 18 horas.
Pero tampoco todo es malo. Los integrantes de la delegación uruguaya tienen elementos para el esparcimiento. En las instalaciones hay una videoteca de más de 600 títulos, un VCR y un DVD en el comedor, una biblioteca compuesta principalmente por material cultural, libros de autores uruguayos y también una Play Station.
La mayoría del personal tiene aparatos de televisión en sus alojamientos donde pueden ver el canal uruguayo VTV y lectores de DVD lo que les permite mirar películas a voluntad. Existen una serie de juegos de mesa, cartas, y una mesa de ping pong y pool.
La delegación permanente la integran Sosa, como jefe, más un electricista, un mecánico, un cocinero y un buzo-lanchero. Asimismo durante distintos períodos del año se suma una dotación transitoria por entre cuatro y seis meses que son un médico, un observador meteorológico y uno o dos radiooperadores.
Uno de los momentos más difíciles de sobrellevar fue durante las fiestas tradicionales. "Se podría decir que hemos conformado una nueva familia entre nosotros por lo que las fiestas fueron muy alegres, con el tradicional cordero a cargo del experimentado cocinero de la base, el brindis navideño e inclusive la visita de Papa Noel que fue el integrante con mayor "peso", y los regalos del amigo invisible. Indefectiblemente es uno de los momentos en que más se extraña pero cada uno de nosotros se esforzó por animar al otro y hacerlo sentir como en su casa", explicó el teniente coronel Sosa.
Los miembros de la misión no imaginan un año sin Internet. "El beneficio de la comunicación con nuestras familias es indudable. Su falta generaría cambios en el ánimo de la dotación", admite Sosa.


El clima marca la agenda diaria

Las temperaturas en la Antártida son cambiantes, teniendo una media mensual en verano de 3º C y en invierno -8º C. El viento hace lo suyo y la sensación térmica cambia llegando hasta los 50 grados bajo cero.
Existen temperaturas que impiden el trabajo exterior por su peligrosidad para la vida humana. Todo trabajo se corta cuando la columna mercurial marca -15°C.
En estos días, las condiciones climáticas adversas obligaron a suspender la descarga de víveres, materiales de construcción y combustible para todo el año del buque "Vanguardia".
La maniobra de trasvasado de combustible es una operación compleja. Una falla puede provocar severos daños al medio ambiente.
"Eso provocó escasez de víveres y atraso en los trabajos", relató el jefe de la Base.
El País Digital

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