miércoles, 26 de enero de 2011

Aumenta interés de jóvenes científicos chilenos para estudiar la Antártica


De izq. a der., Angie Díaz, Claudia Maturana, Francisco Martínez, Claudia Sánchez, Francisca Quiroz, Fernanda Gárate y Pablo Negrete.
Récord en participación de científicos menores de 30 años en expedición antártica nacional
Estudiantes y profesionales nuevos dejan de lado sus vacaciones para colaborar y desarrollar proyectos en las frías y alejadas tierras del Continente Blanco.
Punta Arenas, 24 de enero de 2011. Nunca se habían congregado tantos proyectos y científicos para desarrollar actividades en la Antártica chilena. Son 117 investigadores que estarán en terreno, de los cuales un importante número es parte de una nueva generación. Son emergentes científicos que, interesados por conocer más sobre la ciencia antártica, dejan por semanas completas a familiares y amigos y se adentran en un nuevo mundo que les ofrece una amplia oferta de posibilidades para desarrollar sus jóvenes carreras.
En este sentido, el Instituto Antártico Chileno (INACH) ha sido un importante gestor de iniciativas que apoyan a estudiantes de pregrado, postgrado y postdoctorado en investigar temas de su interés en la Antártica. Al respecto, el Jefe del Departamento de Proyectos del INACH Javier Arata manifiesta que "la incorporación de jóvenes, ya sean estudiantes o investigadores que realizan estudios de postgrado y que colaboran con científicos de mayor trayectoria, es muy relevante, principalmente en lo que se refiere a ir formando gente y porque les va dando la experiencia de cómo realmente se hacen las cosas. En la Antártica es aún más valioso, ya que es difícil de trabajar, hay muchas variables desconocidas", explica.

Incentivo a las nuevas generaciones

Desde el año 2006, el INACH impulsa el Programa de Apoyo a Tesis en Temas Antárticos para alumnos de postgrado y el 2009 se inició el apoyo a estudiantes de pregrado. Para Arata, estas oportunidades son fundamentales en la formación de nuevo capital humano, para que posteriormente los estudiantes puedan independizarse y postular sus propias investigaciones.

Este año en la Antártica se están desarrollando tres tesis de pregrado, cuatro de postgrado y dos de postdoctorado, lo cual es bastante positivo para el futuro de la ciencia antártica. Además existen otras investigaciones de gabinete, que no van a terreno.

Verónica Vallejos, actual Jefa de la base científica antártica Profesor Julio Escudero, en isla Rey Jorge, señala que hace un par de años el promedio de edad de investigadores que desarrollaban actividades en el Continente Blanco apoyados por el INACH, era de 40 o 50 años. Esto ha disminuido bastante, ya que se estima que en esta temporada el promedio está alrededor de los 30 años. "Eso es exclusivamente por los llamados abiertos a concursos donde incentivamos tanto a la comunidad científica como a los jóvenes", añade Vallejos.

La voz de la nueva generación

Pablo Negrete tiene 24 años y es estudiante de Biología ambiental en la Universidad de Chile. Es uno los jóvenes de esta nueva ola de científicos que cambian estos meses de descanso por intensos terrenos y luchando contra todas las adversidades del clima que en la Antártica se pueden encontrar, pero que deja, a cambio, vivencias únicas e irrepetibles. Colabora en el proyecto "Efectos del cambio climático sobre el tamaño poblacional de poblaciones de pingüinos en isla Rey Jorge", que estudia las variaciones históricas en el tamaño de estas poblaciones desde la época de las glaciaciones al presente, considerando el impacto del actual cambio climático.

Pablo reconoce que se siente afortunado de tener la oportunidad de realizar investigación en la Antártica y que además se ha convertido en el orgullo de su familia y amigos. Con la voz de la experiencia, espera que muchos otros jóvenes se interesen en esta área de investigación, "deben aprovechar cada oportunidad que da el INACH porque realmente son experiencias increíbles; me tocó el año pasado venir como tesista; fueron dos meses y fue tremendo. Ver toda la maravilla de este paisaje, que es muy prístino y no tiene prácticamente nada de contaminación, es una oportunidad que pocas veces se da", cuenta.

Otra historia similar vive Claudia Maturana, quien es estudiante de magíster en Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Chile y realiza estudios de genética de poblaciones en erizos antárticos. Claudia comenta que su estadía en el Continente Blanco ha sido fantástica, "en mi carrera no tuve casi nada de experiencia en terreno, por lo que aquí he aprendido mucho. A veces el mal tiempo no nos permite salir, pero eso igual es parte del trabajo. Esta experiencia me abre muchos escenarios y tengo la motivación de seguir trabajando en ciencia antártica, porque veo lo que se está haciendo, cómo está Chile posicionado con respecto al desarrollo científico en la Antártica y eso no se ve en Santiago", explica Claudia. Además destaca lo mucho que le ha llamado la atención la alta participación de jóvenes en la expedición de este año, "creo que es una señal de algo, el interés de venir y dejar de lado las vacaciones", complementa.

La meta de liderar un proyecto

Para muchos científicos que trabajan actualmente en la Antártica y lideran sus propios proyectos, todo comenzó con colaboraciones en estudios de otros investigadores más connotados. Tal es el caso de la bióloga marina y estudiante de doctorado de la Universidad de Chile, Angie Díaz, quien ha participado desde el 2006 en las expediciones científicas en el Continente Blanco, pero este año y por primera vez es ella la investigadora principal del estudio llamado "Relaciones evolutivas y procesos de diversificación del género Sterechinus (erizo antártico) en las zonas profundas y someras del océano Austral", el cual forma parte de su tesis doctoral. Para ella ha sido un proceso muy satisfactorio y de mucho trabajo que hoy tiene su recompensa. Al respecto comenta que "estos años participando en expediciones en la Antártica han sido importantes, porque he logrado definir una línea de investigación, en el sentido de cómo nos diferenciamos de toda la gente que hace ciencia".

Para todos aquellos científicos que son parte de la nueva generación, la Antártica es el mejor laboratorio natural para poner en práctica los conocimientos adquiridos en sus aulas. Hoy son parte de proyectos nacionales, que esperan contribuir al conocimiento de la ciencia antártica.
INACH

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