Agua de mar, helada.
Trabajar en un ambiente hostil no fue sencillo. Por empezar, las temperaturas promedio no superan los -18º C. Todas las operaciones dependen del estado del tiempo. Los días soleados resultan más agradables, sobre todo para dormir, ya que el sol calienta las carpas en las que duermen los investigadores.
Pero cuando el cielo se torna amenazante, el trabajo se complica. Durante los meses que tuvo lugar la expedición –diciembre y enero- el sol nunca se puso sobre el continente. En esta época del año, el sol brilla durante las 24 horas del día. "Hace un círculo alrededor del cielo, nunca sube demasiado, pero tampoco baja", le dijo Vervoort a BBC Mundo
Para Vervoort la experiencia resultó increíble. Ahora, de vuelta en Estados Unidos, comenzarán las tareas más laboriosas: desempacar el material, organizarlo, categorizarlo. Una vez concluído este proceso -que los científicos dicen que puede tomar hasta fin de año- podrá recién empezar la investigación como tal
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