La mañana de este sábado la hemos pasado intentando descubrir el problema por el que la cadena termométrica que instalamos ayer en el glaciar no funciona correctamente. Mientras esperamos ver los resultados, y para no estar parados, hemos aprovechado la tarde para explorar zonas en las proximidades de la base donde instalar nuevas experiencias. Como el clima ha acompañado y la marea estaba baja, hemos bordeado la costa hasta llegar a la bahía Johnson y el frente del propio glaciar. Durante el recorrido nos hemos encontrando con algún pinguino despistado y una foca Weddel que aprovechaba la quietud de la zona para descansar.
Vista de la costa y glaciares de Bahía Sur desde el frente del Glaciar Johnsons
Para volver a la base, hemos dado un pequeño rodeo, subiendo por una caída de agua de deshielo, y pasando por algunos collados, lagos helados y morrenas glaciares. En nuestra pequeña expedición hemos dado con una pequeña explanada bastante accesible, que a priori puede contar con las características ideales para situar un nuevo lugar de estudio, donde trasladar alguna de las experiencias que actualmente no nos aportan demasiada información relevante para el propósito de nuestro proyecto.
Miguel Ángel recorriendo un lugar que parece idóneo para extender nuestros experimentos en esta isla antártica.
Tras un rápido reconocimiento, mientras las escúas nos gritaban y amenazaban para que nos alejaramos de sus nidos, volvimos a la base donde comprobamos que nuestros intentos por resolver el problema con la cadena podrían haber quedado resueltos. Así que ya sólo nos queda asearnos, cenar y descansar después de un provechoso día.
Blog de la campaña antártica U.A.H.
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