domingo, 9 de enero de 2011

“HidroAysén no tiene un rol que jugar la próxima década”


Juan Pablo Orrego, del Consejo de Defensa de la Patagonia, analiza el megaproyecto hidroeléctrico y su denominada “campaña del terror”. Proyecta cuáles serían los daños y se refiere a las supuestas falacias que sustentan el negocio de Endesa y Colbún.
Paulina Basso Farías

Cinco represas se están proyectando en la Región de Aysén, dos en el río Baker y tres en el Pascua, para transportar electricidad hasta la Región Metropolitana. Con esto, HidroAysén permitiría duplicar la generación energética en las próximos 10 años, dándole estabilidad al Sistema Interconectado Central (SIC) que entrega electricidad desde Taltal a Chiloé (93% de la población nacional).

Juan Pablo Orrego, coordinador internacional del Consejo de Defensa de la Patagonia (CDP) y presidente de la ONG Ecosistemas, dice convencido que “el proyecto HidroAysén, aunque le autoricen las represas, no tiene un rol que jugar en la próxima década (…) Según lo que ellos mismos están diciendo, estamos fritos, porque si HidroAysén es el salvavidas para la próxima década, no tiene un rol que jugar"..
Y añade que “hay un concepto (…) totalmente equivocado que en Chile sigue vigente, que dice que el crecimiento de la demanda siempre se debe situar como un punto porcentual por sobre el Producto Interno Bruto (PIB)”, Manifiesta que en ese esquema es que Endesa y Colbún, socios tras HidroAysén, sustentan su proyecto.
Señala que "desde el año 2007 se estancó el crecimiento de la demanda, incluso teniendo en algunos momentos cifras negativas”. Aunque se siguiera el modelo errado, agrega, “los analistas que no están metidos en el negocio energético piensan que (el PIB) se va a estabilizar dentro de un 3 a un 3,5%. Si miras eso, te cambian totalmente las proyecciones hacia delante y descubres que Chile tiene incluso una sobre oferta energética”.
Comenta que "si se habla con expertos de energía de California y de países que están haciendo bien lo del tema energético, eso es una locura, porque lo que se busca es desacoplar el crecimiento de la demanda del crecimiento del PIB (…), porque si no la intensidad energética por unidad de producto es demasiado alta”.
CAMPAÑA DEL TERROR
Pero el tema que ronda las redes sociales es la denominada “campaña del terror” iniciada por HidroAysén que, a través de publicidad, muestra los efectos de no aumentar la producción energética del país.
“Me sorprende la torpeza de esta campaña, la verdad, porque realmente les salió el tiro por la culata pues ha resultado en prácticamente puro rechazo”, comenta Orrego.
“Me llama la atención que Daniel Fernández (vicepresidente ejecutivo del proyecto), asesorado por cinco empresas de publicidad, lo esté haciendo tan mal, realmente. Porque si uno conoce un poco la psicología del chileno, que ya está muy apremiado, estresado, acosado… entonces unir factores en una campaña del terror no funcionan, consiguen rechazo”, remarca Orrego.
Esta ofensiva "en base a esta idea fuerza –que si no duplicamos la potencia instalada en los próximos 10 años estamos fritos- simplemente no tiene ningún sustento”, redondea el ecólogo.
IMPACTOS
Patagonia sin Represas está constituido por 70 organizaciones no gubernamentales coordinadas en rechazo de la instalación de la central hidroeléctrica proyectada por Endesa y Colbún en sociedad.
Consultado Orrego acerca de lo que señalan algunos, de que lo peor sería la línea de transmisión del proyecto, sostiene que "pensamos que el monstruo es el todo. Quieren construir dos en el río Baker y tres en el río Pascua; de cada una de estas tendría que salir una línea de transmisión secundarias e instalar una planta conversora de energía alterna a continua (…) Entonces, la idea es trazar esta línea gigante, 6 mil torres de 70 u 80 metros de alto, una franja de servidumbre de 100 metros de ancho debajo y después instalarse en Melipilla con una planta reconversora de (energía) continua a alterna y de ahí abastecer Santiago y la minería del norte”, explica el coordinador internacional del CDP.
“Lo único que se está evaluando, porque así lo permite la ley chilena de base del medio ambiente, es nada más que esto (los embalses). No están siendo evaluadas ni las cinco líneas de transmisión secundarias, ni las plantas conversora y reconversora, ni la línea de transmisión, y estas represas sin todo esto no sirven para nada”, sentencia Orrego.
“Entonces el impacto hay que mirarlo de forma holística. La línea de transmisión mayor dañaría en forma seria un buen tramo de la Patagonia (que comienza en Palena), y después otras ocho regiones de Chile, 67 comunas y proyectos turísticos, tendrían que pasar por tierras mapuches, etcétera”, agrega el ecólogo.
NUEVOS TEMAS
Orrego sostiene que "esta discusión que hay hoy sobre eficiencia y energías renovables no estaba hace cuatro años atrás y fíjate que coincide con la campaña de Patagonia sin Represas, donde nosotros empezamos a darle y darle diciendo que esto es una paradoja total”.
Y añade que "resulta que la única mala razón que está impulsando HidroAysén es que tiene capturadas las aguas –y los ríos y las cuecas- y quieren usar este activo y estrujarlo antes de que los chilenos despertemos y recuperemos las aguas de Chile para los chilenos”, apunta el ecólogo, haciendo alusión al 96% de los derechos de agua de la Región de Aysén que están en manos de Endesa.
“Entonces cuando están las condiciones instaladas para que se desplieguen las renovables, vendría HidroAysén a bloquear absolutamente el mercado por mínimo una década” porque “si tu construyes un proyecto de 2.750 megas de potencia y 18 mil gigawatts hora año de producción anual, bloqueas el mercado por lo menos 10 años”.
La Nación

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