martes, 28 de diciembre de 2010
Lanzan globo-soda que medirá comportamiento de la capa de ozono durante el verano
El instrumento recolectará información inédita respecto de la concentración de la capa de ozono entre los 10 mil y 30 mil kilómetros de altura. Con esto se espera determinar los posibles daños a la salud de este componente en las personas.
En la elipse del Parque O´Higgins se lazó un globo-sonda destinado a medir la capa de ozono. Una iniciativa gubernamental a cargo del Centro de Nacional del medio Ambiente (CENMA) y que contó con un equipo de investigadores de la Universidad de Chile, encabezado por el director de la Facultad de Ciencias Ambientales, Raúl Morales.
Este globo midió aproximadamente dos metros al ser lanzado, pero incrementará considerablemente su tamaño en la medida en que se eleva hasta explotar al alcanzar los 30 mil kilómetros.
En este proceso, el instrumento enviará información cada un segundo sobre la dirección, presión, velocidad, temperatura y el nivel de concentración de la capa de ozono.
“Por primera vez estamos en condiciones de estudiar qué está ocurriendo entre los 10 mil y los 30 mil metros de altura para saber cuánto se disminuye la capa de en el periodo de verano, que es cuando los chilenos, normalmente en la zona central, salimos a hacer uso de las piscinas, las playas y la cordillera y observamos que al disminuir la capa de ozono aumenta la radiación ultravioleta que daña la piel”, dijo Morales.
Entre los daños de los rayos ultravioleta se incluyen las quemaduras e irritaciones a la piel, pero también puede generar problemas a la visión e incluso producir cataratas.
Si bien, el ozono es una capa protectora de la radiación solar, a baja altura también es un contaminante. “El ozono es una molécula química que puede traer beneficios como así también generar daños a la población dependiendo del nivel donde se ubique. A nivel estratosférico de 25 kilómetros nos protege como un escudo de la radiación ultravioleta. Sin embargo, a nivel superficial es un contaminante bastante severo y que en el periodo primavera-verano provoca mucho daño a la población”, explicó Rodrigo Seguel, jefe del Departamento de Calidad del Aire del CENMA.
Por lo mismo, Seguel precisó además que este proyecto permitirá además estudiar “cómo la concentración de contaminantes se exporta desde la región Metropolitana hacia lugares que creemos que están libres de contaminación”.
Los investigadores darán inicio a un programa paralelo que contará con una sonda estacionaria en el límite de Santiago y Los Andes y que busca saber cómo, a medida que la capital crece, se expande su nivel de contaminación a los valles cercanos. Un problema de salud pública, ya que afecta a los ciudadanos, pero también impacta a largo plazo en la agricultura.
Esta información se encuentra dentro del marco de los deberes que debe cumplir nuestro país al suscribir al Convenio de Estocolmo, pues Chile debe demostrar que está realizando aportes de forma permanente en relación con evitar la disminución de la capa de ozono.
Radio Universidad de Chile
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