martes, 22 de septiembre de 2009

El imprescindible ozono

lunes, 21 de septiembre de 2009

AIN

María Elena Entenza


La capa de ozono, conformada por el ozono estratosférico o bueno, se ve afectada por las sustancias halogenadas que son emitidas a la atmósfera como resultado de procesos industriales y por el consumo de ciertos productos.


Tales compuestos llegan a la atmósfera y destruyen el ozono de la estratosfera, fundamentalmente en los polos, lo que provoca la aparición del denominado hueco o agujero de la capa de ozono, que no es más que el resultado de una sensible reducción de su espesor, especialmente en la Antártica.


De forma general, a los elementos que dañan la capa de ozono se les denomina sustancias agotadoras de ozono, reconocidas internacionalmente por la expresión SAO.


Son muy comunes en los sistemas de refrigeración y de climatización, en los extintores de incendios, en los impelentes de ciertos aerosoles utilizados en la cosmética y la medicina, en limpiadores de metales y circuitos electrónicos, como solventes o disolventes de tintas y correctores.


También en la agricultura se utilizan fumigantes de bromuro de metilo. La producción, el consumo y la comercialización de todas estas sustancias agotadoras del ozono están regulados por el Protocolo de Montreal y sus enmiendas. De ahí la importancia de su conocimiento, difusión y aplicación efectiva.


El agujero de la capa de ozono sobre la Antártica fue descubierto a principios de la década de los años 80 del pasado siglo, cuando se compararon con observaciones del total de ozono realizadas en 1957 a fines de la temporada invernal y principios de la primavera en el continente antártico.


Con el desarrollo de la tecnología espacial comenzaron a realizarse sondeos satelitales sistemáticos sobre esa zona, que corroboraron el adelgazamiento de la capa de ozono y su extensión espacial sobre el Polo Sur.


Pero el incremento de la emisión de SAO en el transcurso de los años, influyó en que la superficie del agujero de la capa de ozono superara con creces el doble del área del continente Antártico, afectando zonas australes de América del Sur, África y Australia.


Sin embargo, se han detenido las emisiones de las SAO y reducido sus dimensiones, por la adopción y entrada en vigor del Protocolo de Montreal.


En particular por la aplicación de sus Enmiendas (Londres 1990, Copenhague 1992, Montreal 1997 y Beijing 1999) y los acuerdos de las Conferencias de las Partes.


Un singular papel ha desempeñado en el empeño el Fondo Multilateral para la aplicación del Protocolo de Montreal, establecido en 1990 gracias a la Enmienda de Londres.


El Fondo ha brindado una crucial asistencia a los países en desarrollo con vistas a la creación de capacidades y a la asimilación de novedosas tecnologías para lograr el cumplimiento de sus compromisos para la protección de la capa de ozono.


Girón

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