martes, 1 de septiembre de 2009

El cambio climático afecta más a las regiones polares

El calentamiento global está derritiendo el hielo y la nieve de las regiones polares del Ártico y la Antártica, lo que afecta a la vida humana, animal y vegetal, a la circulación atmosférica y de los océanos y al nivel del mar. Una investigación multidisciplinar realizada por más de 160 proyectos en el marco del Año Polar Internacional 2007-2008 proporciona nuevas pruebas de la generalización de los efectos del calentamiento global en estas regiones.



Esta es la conclusión del informe "Estado de la Investigación Polar", publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU).Estos trabajos también están ayudando a que entendamos el transporte de contaminantes, la evaluación de las especies y la formación de tormentas, entre otras cuestiones.



El Año Polar Internacional 2007-2008 apareció en un momento clave para el futuro del planeta”, ha explicado Michel Jarraud, Secretario General de la OMM.




Para quien las nuevas pruebas resultantes de la investigación polar "consolidarán la base científica sobre la que se fundamentarán las actividades del futuro”.



En el Ártico, durante los veranos de 2007 y 2008, la extensión mínima del hielo marino durante todo el año disminuyó al nivel más bajo desde hace 30 años, cuando se empezaron a elaborar registros satelitales. En las expediciones realizadas durante el Año Polar Internacional (API) se registró también un ritmo acelerado de la formación de témpanos en el Ártico. Además, el calentamiento global parece haber cambiado la vegetación en esta zona, lo que ha afectado a los animales de pastoreo y a la caza.



El informe Estado de la Investigación Polar pone en evidencia ahora que las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida están perdiendo masa, y contribuyen al aumento del nivel del mar. Según los expertos, el calentamiento en la Antártida está mucho más generalizado de lo que se pensaba antes del comienzo de las investigaciones, y Groenlandia tiene cada vez menos volumen de hielo.



Los océanos se calientan


Los buques de investigación del API han confirmado que el nivel de calentamiento del océano Austral está por encima de lo normal. La circulación oceánica podría verse afectada al unirse el enfriamiento de las corrientes de los fondos oceánicos cerca de la Antártida y el aumento del deshielo de la Antártida. Los investigadores confirman que el calentamiento global afecta a la Antártida de una forma que antes no se conocía.



La investigación también ha identificado grandes reservas de carbono almacenado como el metano en el permafrost. El deshielo del permafrost amenaza con desestabilizar el metano (un gas de efecto invernadero) almacenado y enviarlo a la atmósfera. Los investigadores que estaban a lo largo de la costa de Siberia observaron emisiones sustanciales de metano procedentes de los sedimentos de los océanos.



También afecta a la diversidad biológica


Los estudios sobre el océano Austral demuestran que existe una variedad "rica, colorida y compleja de vida". No obstante, algunas especies parecen migrar hacia los polos por el calentamiento global. Otros estudios realizados en el marco del API muestran interesantes tendencias evolutivas, como la de muchos pulpos que viven en el fondo del océano y proceden de especies comunes ancestrales que todavía sobreviven en el océano Austral.



Por otra parte, los investigadores han descubierto que las tormentas del Atlántico Norte son las principales fuentes de calor y humedad de las regiones polares. Según los expertos, la comprensión de esos mecanismos mejorará las predicciones de la trayectoria y la intensidad de las tormentas.



Los estudios sobre el agujero de ozono han detectado, además, nuevas conexiones entre las concentraciones de ozono por encima de la Antártida y las condiciones de viento y tormenta en el océano Austral. Esta información mejorará las predicciones del clima y del agotamiento del ozono.



En relación a los efectos en los seres humanos, más de 30 proyectos abordan cuestiones sociales y humanitarias como la seguridad alimentaria, la contaminación y otros problemas de salud. Esta información será necesaria para muchos residentes del Ártico, como las comunidades indígenas.



“El API ha sido el catalizador del desarrollo y de la intensificación de redes de vigilancia comunitaria en el Norte”, ha señalado David Carlson, Director de la Oficina Internacional del Programa del API. “Estas redes estimulan el flujo de información entre comunidades y entre la ciencia y las comunidades y viceversa”.



Según los científicos, el aumento de las amenazas del cambio climático hace que la investigación polar sea una prioridad especial. El informe presentado por la OMM y el ICSU recomienda una serie de prioridades para la acción futura y que la sociedad este informada sobre los cambios polares en curso, su probable evolución y sus repercusiones globales. En junio 2010, se celebrara una conferencia científica relacionada con el API en Oslo para tratar estos temas.



“En los próximos decenios seguirá siendo necesaria una acción coordinada internacionalmente en relación con las regiones polares”, ha concluido Jarraud.


Eurity

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