El terruño austral presenta condiciones de clima, suelo, insolación viento que son únicos en el paisaje del vino mundial.
En el vino tres son los elementos clave para definir el sabor: la variedad de uva, el estilo con que trabaje una bodega y el terruño. Cada una de estas variables no lo define por si sola, pero sí como conjunto. Y según el precio a que se venda y las intenciones comerciales, son más importantes unas que otras.
En el caso de regiones cuya singularidad está marcada, el terruño es la variable más importante. Por terruño en el vino se entiende la conjunción de clima, suelo e intervención humana. Y los tres encuentran una particularidad en la Patagonia.
Primero, porque no existe otra región en el país que sea tan austral, con una latitud de 38º Sur. Y en el mundo, sólo Nueva Zelanda supera en latitud a los viñedos patagónicos.
Segundo, por la insolación. La latitud hace que la cantidad de horas de luz durante el verano sea mayor que cualquier otro terruño de Argentina y eso garantiza color en los vinos.
Tercero, porque el suelo sedimentario, típico de los lechos de ríos, como el Neuquén o el Río Negro, en los que se asienta la vitivinicultura en el sur del país. Algo que si bien comparte con otras zonas de Argentina, en el caso del Chañar, especialmente encuentra cambios importantes de suelo entre la barda y la parte central del valle, con una porción creciente de arcillas hacia el medio. El dato es que en una fracción pequeña de terreno se pueden lograr diferencias importantes, siempre cortando en forma trasversal al eje del río.
Cuarto, por la amplitud térmica marcada entre el día y la noche. En promedio ronda los 15ºC pero con picos bajos, una amplitud que aumenta en la medida que la madurez avanza sobre el mes de marzo, mejorando la relación entre taninos duros y fruta en los vinos.
Quinto, porque el viento constante provoca que las uvas tengan un hollejo más grueso, de forma que la estructura de los vinos está garantizada por mayor concentración de color y cierta robustez que se desvanece en la medida que el vino evoluciona en la botella.
Vinos de carácter
Esto cinco puntos son determinantes a la hora de hablar de Patagonia, junto con la elección de la variedades, especialmente las tintas. El Pinot Noir encuentra en estas condiciones una relación distintiva, que le da identidad en el concierto mundial, con vinos de mejor estructura al promedio.
Algo similar ocurre con el Malbec, que tiende a ser más carnoso y floral que el resto de los vinos del país. Mientras que el Cabernet Sauvignon, los años que madura bien, da vinos de excelente calidad.
Los blancos, tanto Chardonnay como Sauvignon, son más chispeantes, de acidez y frutosidad marcadas, de forma que resultan filosos y refrescantes al paladar.
La Mañana Neuquén
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