viernes, 7 de agosto de 2009

Antártida: instalarán turbinas para generar energía eólica


Para ello se adquirió un georadar que además permitirá viajar en el tiempo a traves de las capas geológicas y estudiar el impacto del cambio climático.
El Ministerio de Defensa y la Dirección Nacional del Antártico (DNA), promueven la implementación de energías limpias, la reducción del uso de combustibles fósiles y la disminución de riesgos por la posibilidad de derrames en el sector Antártico a traves de la adquisición de un "Georadar" que además de permitir el estudio de las capas de la tierra, ayudará a la instalación de torres para la generación de energía eólica, convirtiendo a Marambio en la primera base argentina en utilizar energías renovables.
Tomando como ejemplo a Australia, que en la base Mawson, reemplaza hasta el 99% de su energía diesel con la energía eólica de dos molinos, es que se procedió a la adquisición de un sofisticado dispositivo que permite ‘ver’ bajo la superficie de la tierra con absoluto detalle, todo tipo de materiales. Su capacidad de análisis abarca profundidades que van desde los 50 centímetros, hasta 300 o 400 metros, en el caso de la Antártida. El equipo es el mejor en su tipo, la robustez y calidad de sus conexiones son superiores, sobre todo, en relación al clima extremo al que estará expuesto.
El nuevo radar geográfico GSSI fue presentado en instalaciones del Depósito Polar de la DNA, en el puerto de la ciudad de Buenos Aires. El georadar ofrecerá imágenes 3D, en tiempo real de las diferentes capas que forman el suelo. Del encuentro participaron, además de las autoridades de la DNA, científicos y técnicos del Instituto Antártico, del área Ciencias de la Tierra, quienes serán los encargados de utilizar el nuevo equipo en la próxima campaña antártica, en la meseta de Marambio.
UN VIAJE EN EL TIEMPO POR LAS CAPAS DE LA TIERRA.
El titular del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Antártico Argentino, Dr. Rodolfo del Valle, explicó que variando los parámetros de las antenas “se podrá obtener información geológica de 200 y hasta 300 metros de profundidad”. A modo de anuncio, comentó que hay un proyecto adicional que se está terminando de gestar “para hacer una perforación por estratos, un sondeo con obtención de muestras ‘testigos’ en la Isla Marambio, en la cuenca Larsen”. El proyecto, que contaría también con colaboración internacional, permitirá analizar “capa por capa” las diferentes capas que conforman la corteza terrestre que se podrán ver “como una secuencia continua” y obtener “datos de temperaturas”, agregó Del Valle.
Si tenemos en cuenta que la influencia del cambio climático también afecta a la isla Marambio en su estructura de barro congelado, licuándolo por influencia del calentamiento, la posibilidad de acceder a información con referenciación temporal y de temperaturas hasta 65 millones de años atrás, resulta “de un altísimo valor científico”, subrayó. Para Del Valle “serán datos reveladores, porque atravesaremos el límite del -período- Cretácico Terciario, cuando se extinguieron los dinosaurios”, ya que, al investigar ‘bajo tierra’ se podrá llegar a través del espacio, al registro estratigráfico intacto “viajando en el tiempo, a 65 millones de años”.
La investigación se realizará durante esta campaña, a partir del mes de septiembre o principios de octubre y forma parte del Plan de Mejoras de la Actividad Científica Tecnológica en la Antártida, llevado a cabo por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, que promueve un incremento cuali-cuantitativo de la producción científica del Programa Antártico Argentino.
Crítica, Argentina

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