Una cordillera de montañas escarpadas al estilo de los Alpes ha sido cartografiada bajo el casquete helado de la Antártida, dando pistas acerca de del continente y de cómo podría afectar a la subida del nivel del mar la fusión de una parte del hielo que guarda.
Usando sensores de radar y gravedad, un equipo internacional de investigadores ha realizado el primer mapa detallado de las montañas subglaciares de Gamburtsev, originalmente detectadas por científicos rusos hace 50 años en el corazón de la parte oriental del casquete polar.
"Lo más sorprendente no es sólo que la cordillera tenga una extensión del tamaño de loa Alpes, sino sobre todo que tenga un aspecto muy similar al de las altas montañas del corazón de Europa, con picos elevados y valles profundos", dice Fausto Ferraccioli, un geofísico del British Antarctic Survey que participa en la investigación.
El experto cree que las montañas habrían sido erosionadas y prácticamente reducidas a una zona plana si el hielo antártico se hubiera formado de una forma lenta, pues éste habría tenido tiempo de morder la roca. Sin embargo, la presencia de picos afilados indica que el hielo se formó rápidamente, sumergiendo el paisaje bajo un manto de cuatro kilómetros de espesor de agua helada.
Ferraccioli cre que los mapas que su equipo acaba de finalizar son "la primera página de un nuevo libro", que en último término puede ayudar a predecir cómo van a reaccionar los glaciares del Polo Sur ante el cambio climático.
El continente antártico, que tiene una superficie terrestre mayor que Estados Unidos, ha estado cubierto por hielo durante al menos 35 millones de años y contiene suficiente agua en forma de hielo como para elevar el nivel de todos los mares de la Tierra 57 metros si alguna vez llegara todo a derretirse. Tal cantidad de hielo supone que incluso el derretimiento de una pequeña fracción implicaría graves afecciones a las costas de todo el planeta.
Lagos bajo el hielo
"Aunque tenemos un conocimiento básico de cómo funcionan los casquetes helados, es difícil diseñar cualquier tipo de modelo predictivo que calque plenamente la realidad", añade Ferraccioli. El IPCC (Panel Intergubernamental de la ONU para el Cambio Climático) considera que la emisión de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, traerá más olas de calor, inundaciones y sequías y provocará una subida del nivel del mar.
El equipo de expertos de Australia, Gran Bretaña, Canadá, China, Alemania, Japón y Estados Unidos que ha realizado el mapa detallado de las montañas que yacen bajo el hielo antártico también han hallado agua líquida bajo el hielo. La investigación ha supuesto más de 120.000 kilómetros de vuelo a bordo de un avión equipado con aparatos de medición.
"Las temperaturas de nuestro campamento llegaba a 30 grados bajo cero, pero a tres kilómetros de profundidad bajo nosotros, justo en el fondo del grueso manto de hielo que cubre el continente, nuestros aparatos captaron la presencia de agua líquida en los valles", afirma Robin Bell, del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty Earth Observatory de la Universidad de Columbia. De hecho, muchos lagos de este tipo, llamados 'subglaciales" han sido descubiertos en la Antártida en los últimos año.
Los geólogos saben que las montañas del tipo de los Alpel o el Himalaya se forman por las colisiones entre las placas tectónicas de los continentes. La última vez que la Antártida estuvo expuesta a presiones de este tipo fue hace 500 millones de años. El misterio aquí es que los Alpes sólo tienen 50 o 60 millones de años de antigüedad, mientras que en la Antártida tenemos una cordillera que quizá tenga hasta unos 500 millones de años de antigüedad" pese a lo cual muestra un perfil poco erosianado... bajo el hielo.
El Mundo
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