viernes, 13 de febrero de 2009

Decae el turismo antártico


La caída de la economía está frenando el turismo hacia la Antártida, en un respiro a un largo período de incremento de la actividad que los ambientalistas quieren detener para evitar daños a la última expresión de vida salvaje que queda en el mundo.
(13/02/2009) USHUAIA - Según los cálculos, el número de visitantes al continente helado en el verano 2008-09 caerá a 39.000, frente al récord de 46.000 alcanzado el año anterior, de acuerdo con la Asociación Internacional de Operadores de Turismo Antártico (IAATO).
Steve Wellmeier, director ejecutivo de la asociación, dijo en una entrevista telefónica que la actividad ha sido impactada por la recesión. Espera que los números reboten a 43.000 para la próxima temporada, pero cree que no se acercarán a los valores récord hasta 2011 o 2012.
Descubierta por navegantes recién en 1820, la Antártida ha atraído crecientemente a turistas ricos, por los componentes de su vida silvestre tales como pingüinos y focas, junto a montañas escarpadas, glaciares y témpanos. Hasta principios de los 80, recibía menos de 1.000 visitantes al año.
Ambientalistas y algunos países quieren controles más estrictos para proteger a los visitantes y a la vida silvestre. La lista de preocupaciones incluye los naufragios, derrames de petróleo y agravamiento del nivel de stress de plantas y animales que podrían ya estar sufriendo por el calentamiento global.
"La curva de crecimiento del turismo ha sido muy pronunciada" afirmó Jim Barnes, director de la coalición Antarctic and Southern Ocean Coalition (ASOC), que agrupa a unas 100 organizaciones ambientales.
"Más temprano que tarde, los gobiernos necesitarán abordar la cuestión del número total de visitantes", dijo ASOC en una nota dirigida a los 47 miembros del Tratado Antártico, antes de una reunión anual que se desarrollará en Baltimore entre el 6 y el 17 de abril."ASOC preferiría ver una cifra total conservativa, que esté en el orden de magnitud de los valores actuales", continúa el escrito. Algunos gobiernos han hablado de reducciones pero no indican cantidades.

Turismo sostiene que los temores son exagerados

"Estamos hablando de de un continente más extenso que Australia, y de un número de turistas que entran en un estadio de fútbol", explica Wellmeier. "Seriamente... ¿es una cifra preocupante?".

Wellmeier expresó que no existen evidencias de que el turismo produzca daños en la Antártida. Más aún, los gobiernos están preocupados a pesar de que muchos coinciden en que los operadores turísticos se han autoimpuesto estándares estrictos.

Casi todas las visitas de turistas se realizan en la península, la parte del hemisferio sur que más se ha calentado en los últimos 50 años, aparentemente a causa del calentamiento climático global alimentado por el uso humano de los combustibles fósiles.

"El incremento en el número de visitantes se da en el contexto del calentamiento global. La presencia de visitantes refuerza los riesgos ambientales", afirmó Yves Frenot, vicedirector del Instituto Polar de Francia.

Los visitantes podrían inadvertidamente introducir nuevas semillas o esporas - incluso enfermedades- que podrían hacer pie en un ambiente ligeramente más caliente.Y los accidentes, incluido el primer hundimiento de un crucero en la Antártida, el MV "EXPLORER", ocurrido en noviembre de 2007 resaltó el riesgo para los turistas. Más de 150 pasajeros y tripulantes fueron rescatados antes de que la nave se hundiera frente a la isla Rey Jorge.


En otro incidente, un buque de cruceros noruego encalló en la isla Decepción a principios de 2007.
Aparte de los turistas, varios miles de científicos, otros trabajadores y algunos periodistas también visitan el continente.Entre los exóticos atractivos, el claro aire antártico carece casi de cualquier olor, dado que casi no hay vegetación ni polución. Los colores están mayormente limitados al blanco de la nieve, los azules del cielo y el mar, y las oscuras rocas. Sobre la costa a veces puede escucharse un burbujeo producido por los chasquidos en superficie de los témpanos en derretimiento.José Retamales, director del Instituto Antártico de Chile, criticó el uso de grandes cruceros de línea frente a la Antártida. No hay reglas obligatorias que digan que los operadores deban tener sus propios equipos de búsqueda y rescate.
"Me preocupan algunos excesos", confió. "2000 personas a bordo de un buque es un gran riesgo".

Los barcos más grandes, administrados por la naviera Princess Cruises, llevan más de 3.000 personas a bordo. Wellmeier aseguró que tales buques son modernos, se mantienen alejados de los témpanos y no desembarcan turistas en la Antártida (hacen observación desde a bordo con binoculares).

Los cruceros más pequeños fondean frente a las costas y mediante botes inflables a motor transportan turistas a tierra para hacer visitas durante el día. No hay hoteles en la Antártida, y la IAATO se opone a ninguna construcción a tal fin, lo que está en línea con el tratado para la protección del ambiente antártico.
Los pocos turistas que visitan el interior, se manejan con carpas. Bases científicas como Rothera, tienen cuartos dobles para científicos y visitantes.
Los EEUU -país de donde proviene un tercio de los turistas- quieren establecer una serie de medidas, incluida la prohibición de desembarcos para los buques con más de 500 personas a bordo.

Entre otras propuestas de algunas naciones, se inscriben la de que todos los buques tengan cascos reforzados para hielo, la exigencia de consumir solamente diesel livianos, y que las balsas salvavidas estén acondicionadas con cobertura protectora contra el frío.
Tiempo Fueguino

No hay comentarios: