viernes, 27 de febrero de 2009

Científicos de EE.UU. en base Artigas de Antártida

La base uruguaya en la Antártida tiene una intensa agenda de visitas, que incluye al profesor Mahlon Kennicutt II, presidente del SCAR (Comité Científico para la Investigación Antártica) y a otros dos científicos estadounidenses.


A ellos se suman la presencia de una delegación de Venezuela, tras un acuerdo firmado por los presidentes Hugo Chávez y Tabaré Vázquez. Venezuela es adherente al Tratado Antártico y busca ser país consultivo, al igual que lo es Uruguay junto a otros 27 países.


También están en la Antártida el comandante de la Armada, Juan Fernández y visitantes de Portugal, España y Paraguay.


La visita de Kennicutt es considerada la más importante del año, dijeron fuentes de la base uruguaya a El País, puesto que el SCAR está integrado por naciones con presencia en la Antártida y regula la investigación científica.


Kennicutt está acompañado de Joe Warren, profesor adjunto de la escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad Estatal de Nueva York, y de Joseph McConnell, especialista en investigaciones sobre el desierto de la Universidad de Nevada.


Los tres científicos viajaron a la Antártida en el marco del acuerdo de cooperación firmado en 2008 entre los gobiernos de Estados Unidos y Uruguay.


Cada uno de ellos profundiza en temas de su interés -fundamentalmente en la zona de la península antártica- y coinciden en conocer mejor las investigaciones que lleva adelante el Instituto Antártico, el funcionamiento de las instalaciones uruguayas y las posibilidades de cooperación.


Kennicutt dijo a El País que lo importante es mantener el Tratado Antártico, que protege de conflictos el continente y que los países colaboren en la buena gestión. Añadió que la zona de la península es la que está sufriendo mucha presión, entre otras razones por la mayor presencia de turistas.


McConell sostuvo que el ser humano causó gran impacto en el habitad antártico, que se refleja por ejemplo en el cambio climático y en el agujero de ozono.


Kennicutt no es contrario a que otros países que no son miembros consultivos del Tratado Antártico realicen investigaciones, pero su preocupación es una mayor presencia humano y de bases duplicando tareas que otros realizan.


Mirando al futuro, los tres científicos coincidieron en que lo fundamental es reducir al mínimo el impacto humano, y que las palabras clave para ello son cooperar y compartir.
Mahlon Kennicutt II.


El País Digital

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