miércoles, 10 de marzo de 2010

Científicos bajo cero

Un grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza ha realizado una expedición a la Antártida para medir de forma más precisa el nivel de contaminación del agua.


El mundo nunca ha tenido barreras para los expedicionarios. Y hasta una de las zonas más apartadas de la Tierra se trasladó una expedición de la Universidad de Zaragoza. En concreto, el grupo viajó hasta la Antártida con el objetivo de buscar muestras para hacer un estudio que medirá de forma más precisa la contaminación química del agua. A la cabeza del grupo de investigación de Espectroscopia Analítica y Sensores está Juan Ramón Castillo, el director del Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón de la Universidad de Zaragoza, quien explicó que el destino de la expedición fue la Antártida porque prácticamente es el único lugar que no está afectado por la actividad humana.


El viaje, denominado Operación Skua, se desarrolló entre el 9 de enero y el 7 de febrero de 2010, época elegida por ser verano, aunque "menudo verano" señaló Castillo. Las temperaturas oscilaron entre los dos grados de máxima y los 25 bajo cero de mínima durante el viaje, realizado a lo largo de dos mil millas del continente helado. A pesar de las bajas marcas del termómetro, Castillo aseguró que lo más duro de todo el viaje fue "llegar hasta allí y moverse con el barco". Precisamente la inaccesibilidad del lugar convierte a la Antártida en "un lugar interesante para recoger muestras pero no para trabajar en él ya que es imposible trasladar toda la maquinaria".


A pesar de las dificultades para llegar, actualmente ya existe un pequeño sector que viaja a la Antártida de turismo aunque, de momento "ejerce una presión muy pequeña", señaló Castillo.
Los barcos que realizan este tipo de cruceros "son muy respetuosos con los protocolos del Tratado Antártico", afirmó. Según detalló, suelen ser grupos muy pequeños, pero reconoció que existe un ligero "desmadre" en la zona superior de la península Antártica porque hay compañías turísticas que "abusan un poco de la zona", pero "solo es un punto concreto".


El resto de personas que acude hasta allí pertenece a bases científicas y militares "que tienen un riguroso respeto". Estos asentamientos "suelen estar formados por una quincena de miembros, menos la base de Estados Unidos que tiene más". A pesar de ello, Castillo indicó que todos cumplen las normas de conservación, como prensar toda la basura y llevarla de vuelta al barco o desinfectarse las botas antes de bajar a tierra.



La labor

La expedición de la Universidad de Zaragoza no viajó sola. Lo hizo en el mismo barco que un grupo de geofísicos ingleses y otro de biólogos de Francia. Los aragoneses se dedicaron a recolectar muestras de fitoplancton, microalgas, agua de mar y sedimentos, material que guardaron en neveras, a una temperatura de cinco grados para traerlos de vuelta a España. El grupo de trabajo realizará su estudio durante el 2010, en el que compararán las muestras del Polo antártico con otras procedentes de lugares alterados por el ser humano y así conseguir desarrollar una nueva metodología analítica para la caracterización de especies químicas metálicas.


En esta investigación también participan la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad de Las Palmas. Estos centros se encargarán de analizar muestras recogidas en las aguas del Atlántico, a mar cerrado y abierto. En Zaragoza se tomarán muestras de agua dulce y también se estudiarán las procedentes del mar Mediterráneo.


El Periódico de Aragón

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