La Universidad Masaryk de Brno ha organizado el establecimiento de una base científica en la Antártida por cuarto año consecutivo. Los especialistas checos investigarán los efectos del cambio climático en la flora del continente helado.
La Antártida, cubierta de hielo casi en su totalidad, es quizás el lugar del planeta donde el aumento de temperatura está ocasionando cambios más visibles. Algunos glaciares se están retirando, dejando en su lugar tierra desnuda donde brotan formas simples de vida, como algas o líquenes.
Precisamente es en uno de estos llamados oasis antárticos donde los científicos checos investigarán los efectos del calentamiento global. Durante estos meses de verano austral, el equipo de la Universidad Masaryk estudiará la zona desde el punto de vista meteorológico, geológico y botánico.
Se trata de un trabajo, que por las limitaciones de tiempo se espera especialmente ajetreado, como explica uno de los miembros de la expedición, el biólogo Miloš Barták.
“La actividad diaria difiere según el grupo de trabajo en el que uno esté. Se empieza a trabajar a las ocho y después todos nos reunimos por la noche para cenar. Pero ahí no acaba el día porque después la mayoría los datos recabados, así que realmente se termina de trabajar sobre las once”.
Uno de los experimentos que se realizarán es la instalación de invernaderos para comprobar cómo se desarrollan las algas, líquenes y musgos antárticos ante un aumento de temperatura. También se compararán las mediciones meteorológicas del año pasado con los nuevos datos.
La expedición llegó la semana pasada a Santiago de Chile, desde donde se trasladó al puerto de Punta Arenas. Desde allí partirán esta semana en un buque rompehielos que los llevará a su destino, la isla James Ross, en la península Antártica.
Además de este campamento en el Polo Sur, la República Checa cuenta con una base científica en el Océano Ártico, en el archipiélago noruego de Svalbard, puesta en marcha por la Universidad de Bohemia del Sur. Su propósito es también el estudio del cambio climático.
Científicos checos en la península Antártica, foto: ČTK
Isla James Ross (Foto: NASA)
Radio Praha
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