domingo, 4 de enero de 2015

A propósito del centenario del viaje del 'Endurance', que quedó atrapado en el hielo y se recuerda este mes. Un libro de William Grill




El 29 de diciembre de 1913 aparecía en el London Times este anuncio: «Se buscan hombres para viaje peligroso, sueldo bajo, frío extremo, largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito». El objetivo, cruzar por primera vez a pie la Antártida, fracasó, porque, hará ahora 100 años, el 18 de enero de 1915 quedaba atrapado en el hielo del Mar de Weddell el ENDURANCE...

'El viaje de Shackleton', un libro ilustrado sobre la última gran expedición



  • William Grill convierte en arte el fracaso de la expedición del 'Endurance'

"Me prometí a mí mismo que un día iría a la región del hielo y la nieve, que avanzaría sin descanso hasta llegar a uno de los polos de la Tierra, el final del eje sobre el que gira esta gran bola redonda" (Ernest Shackleton).
Coincidiendo con el centenario de la mítica Expedición Endurance (1914-1917), que fracasó al intentar atravesar la Antártida, se publica uno uno de los libros ilustrados más bellos del añoEl viaje de Shackleton (Impedimenta), del joven autor William Grill que debuta, a lo grande con esa joya ilustrada en la que los grandes protagonistas son el azul del mar y el blanco del hielo polar.

Un libro bellísimo que nos hace soñar con gestas heróicas y en el que las coloridas y diminutas figuras humanas de Shackleton y sus hombres destacan sobre ese inmenso e interminable hielo que promete infinidad de aventuras pero también una muerte nada dulce.
Un trabajo que combina la perfección de los dibujos diminutos dibujos de un orfebre con esos inmensos paisajes azules y blancos de la Antártida. Una auténtica maravilla que atesoraremos en nuestra biblioteca y por cuyas páginas desfilan el mítico Endurance y sus pasajeros.

Un mundo blanco y gélido que Grill, cuyas ilustraciones han aparecido en medios tan prestigiosos como el New York Times, convierte en el escenario de una lucha por la supervivencia y la gloria. Y en la que dibujos y texto consiguen un equilibrio perfecto.
Un libro a la altura de una de las gestas más admiradas y recordadas del ser humano, a pesar de que no lograse su objetivo de atravesar la antártida a pie.

La conquista del Polo Sur

Actualmente apenas quedan desafíos para los aventureros salvo, quizás, las profundidades oceánicas. Pero hubo un tiempo en el que los grandes exploradores se atrevían a llegar donde ningún hombre había pisado antes. Y entre esas grandes aventuras destaca la heróica conquista del Polo Sur.
En 1911 Roald Amundsen entró en la historia al ser el primer hombre en pisar el Polo Sur, mientras que su rival en esa carrera, Robert Falcon Scott, llegó solo 35 días más tarde y pereció junto a sus cuatro hombres (por agotamiento, hambre y frío) en el camino de regreso. Una historia recreada por Alexis Noya en su estupendo cómic El polo sur (Apa-Apa)
Eran los últimos días de la Edad Heróica de las exploraciones Antárticas (1988-1914) y sólo quedaba un desafío: atravesar por tierra el continente antártico. La Expedición Endurance, diseñada por sir Ernest Shackleton, aspiraba a ser la primera en conseguirlo. Después de que Amundsen llegara al Polo Sur, Shackleton dijo que la travesía del continente era el "único gran objetivo principal de los viajes antárticos".

El último gran desafío

"Se buscan hombres para viaje peligroso, sueldo bajo, frio extremo, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, no se asegura retorno con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito". Este es el anuncio que puso Shackleton para la expedición a la Antártida. Respondieron 4.000 personas a su anuncio.
La expedición Endurance era un auténtico desafío de 2.900 kilómetros a través del hielo, la mitad de los cuales estaban sin explorar. Shackleton o consiguió su propósito, pero su aventura es recordada como una historia épica de heroísmo y supervivencia (en parte gracias a las espectaculares fotos de Frank Hurley que han servido de documentación a William Grill para este fantástico libro).

El "Endurance(resistencia) fue el buque rompehielos en el que se llevó a cabo esta expedición y terminó hundiéndose en 1915, después de meses atrapado en el hielo. Los 27 hombres embarcados en este reto tuvieron que soportar unas condiciones extremas al limite de sus fuerzas. Tardarían dos años en volver a la civilización tras una epopeya mítica y cuando todo el mundo los daba por muertos.
El penoso regreso a través de los tempanos y los dos viajes en botes salvavidas constituyen uno de los más espectaculares homenajes a la fuerza de voluntad y lavalentía del ser humano. Y los tenéis bellamente recreados en este  libro ilustrado.
Especialmente famosa sería la botadura del "James Caird", una barca con seis tripulantes que tras recorrer durante diecisiete días 1.300 km. en pleno Océano Atlántico, consiguió llegar al puerto ballenero de Grytviken donde el propio Shackleton recibió la ayuda necesaria para rescatar al resto de sus compañeros (Al final, los 27 tripulantes sobrevivieron)
La travesía, ampliamente documentada con más de un centenar de fotos realizadas por el fotógrafo de la expedición, Frank Hurley, ha sido recreada en varias novelas, en documentales, películas, una serie para la televisión británica.... E incluso en el imprescindible cómic Endurance (Planeta DeAgostini), de Luis Bustos. Pero nunca ha sido retratada tan espectacularmente como en este libro ilustrado, sin duda uno de los más bellos del año.


RTVE



El Endurance levando anclas

Fragmentos

“El avance era complicado y lento. De los aproximadamente mil cien kilómetros de hielo que se extendían ante ellos, los últimos cuatrocientos eran de casi un metro de espesor: una capa gruesa e impenetrable que se dividía en placas de más de kilómetro y medio de longitud. El barco fue abriéndose paso entre el hielo a velocidad moderada. Debía vencerlo e ir trazando una V entre los bordes de las placas para, solo entonces, a todo vapor, penetrar en el hielo a velocidad máxima, como una cuña gigantesca. Hurley filmó todo el proceso colgado de su plataforma en el botalón de foque.
Al principio, a la tripulación le resultó emocionante encontrar aquellas placas de hielo. Pero pronto empezaron a preocuparse ya que el hielo fue haciéndose cada vez más fuerte y más resistente. El Endurance tenía que rendir al máximo para poder abrirse camino.
Finalmente, después de haber luchado contra las espesas placas de hielo durante más de mil cien kilómetros, el Endurance tuvo que afrontar su derrota. Se mirara donde se mirase, no había más que hielo: el barco estaba atrapado.
Después de diez días de tensa espera, Shackleton ordenó que se apagaran las calderas a fin de ahorrar combustible. Antes de intentar cualquier maniobra para salir de allí, esperó que las condiciones mejoraran. Durante aquellos largos días, probaron el trineo a motor y los hombres pudieron descansar.”

…..

“Vista la situación en que se hallaban, Shackleton decidió salir cuanto antes hacia la isla Elefante, situada a unos 160 kilómetros de distancia. Worsley mantuvo el rumbo a pesar de las terribles condiciones, valiéndose de una brújula de bolsillo. Después de 108 horas de esfuerzos y dificultades, los hombres estaban exhaustos, helados como estatuas, con las manos rígidas sobre los remos. La expedición sufría ya los primeros síntomas de congelación. Pero el avistamiento de tierra firme ejerció sobre ellos un efecto electrizante. Pronto serían los primeros hombres en pisar la isla Elefante.
Después de 16 meses eternos, estaban por fin en suelo sólido y seco. Deshidratados y hambrientos, comieron y bebieron hasta hartarse. Pero sus problemas aún no habían terminado ya que la costa se hallaba expuesta a los elementos, y una terrible ventisca azotó la isla durante días y días…”

(William Grill, El viaje de Shackleton, páginas 27-28, 49)


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