jueves, 16 de febrero de 2012

Ingenieros en investigación polar

La profesora Susana Fernández destaca el valor de los titulados de la Politécnica para realizar estudios de campo en la Antártida



«Los ingenieros sois mucho más importantes de lo que creéis en investigación polar». La profesora de Geodinámica Externa de la Universidad de Oviedo, Susana Fernández, demandaba ayer en el transcurso de una conferencia en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, una mayor presencia de expertos de esta disciplina en la exploración del continente antártico.

El trabajo de la investigadora asturiana en el «Cuarto año internacional polar» se centró precisamente en el análisis de los sustratos y cambios experimentados en el entorno de los ecosistemas marinos de la isla de Byers debido al cambio climático. Pero el proyecto era más amplio y ambicioso. Bajo la denominación «Limnopolar» y la coordinación del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Antonio Quesada, se pudo comprobar la presencia de rocas volcánicas que evidenciaban la última colada volcánica en este punto del Polo Sur, en 1840, o la colonización vegetal más reciente, con plantas vasculares, como consecuencia de la retirada del hielo. En la misma isla hay censados 200.000 pingüinos y se han contabilizado 65 lagos en un espacio de 60 kilómetros cuadrados. «Su riqueza ecológica ha permitido también realizar estudios de microbiología y se están ensayando vacunas», explica la profesora de Geología sobre las posibilidades del continente helado. «La isla de Byers es un lugar excepcional en la Antártida», continúa Fernández.

El proyecto «Limnopolar» sirvió para detectar también los cambios en las característica químicas del agua de los lagos, su Ph y conductividad debido al cambio climático.

«La logística para trabajar allí es complejísima debido a las condiciones climáticas», explica la investigadora asturiana. De ahí se justifica la importancia de incorporar ingenieros en los trabajos de campo. «Sois muy necesarios porque dependemos mucho de la tecnología, sin ella no podemos hacer funcionar nada», instó la profesora ante el auditorio de ingenieros de la Politécnica.

Ante el reto del cambio climático, los expertos han incrementado sus esfuerzos para conocer la afectación de este fenómeno sobre estos ecosistemas. El Tratado Antártico, al que España se adhirió en 1982, declara esta área como «territorio dedicado a la paz y la ciencia», recordó la investigadora durante su charla con los ingenieros del campus de Gijón

Pese a las dificultades que comprende desplazarse al continente helado, Fernández destacó la presencia habitual de turistas que llegan a pagar hasta 24.000 euros por conocer este lugar. Estos viajes, explica la docente, generan muchos problemas de accidentes y obligan a los buques de apoyo a la investigación antártica de la Armada española «Hespérides» y «Las Palmas» a participar en el rescate de los náufragos.

lne

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