La información sobre el naufragio fue mantenida en secreto por la Marina y por los ministros que integran el Programa Antártico Brasileño (Proantar): Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología, Relaciones Exteriores, Minas y Energía y Defensa, debido a la repercusión internacional que puede acarrear un derrame de combustible en la Antártida.
Según el diario, una eventual filtración podría ser interpretada por la comunidad internacional como una violación del Tratado de la Antártida para la Protección del Medio Ambiente, el cual declara a ese continente como una reserva natural destinada a la ciencia.
También se puede acusar a Brasil de utilizar métodos obsoletos para transportar el combustible hasta su base. De acuerdo con el medio, la base brasileña no implementó aún el sistema de tuberías para llevar combustible de las embarcaciones que arriban al lugar hasta los tanques donde éste queda depositado, tal como lo aconsejan los especialistas.
Precisamente, la función de la embarcación accidentada, que sólo navega por remolque al no contar con sistema de propulsión propio, es transportar a tierra los combustibles líquidos que la Marina brasileña envía para abastecer su base permanente, en la que se consumen 320.000 litros de aceite combustible por año. Dicho combustible se utiliza para generar energía y para calentar el interior de la base y el agua.
La semana próxima se prevé llevar a cabo el rescate de la nave, con la ayuda de las dos embarcaciones de auxilio Felinto Perry, pertenecientes a la Marina brasileña y especializadas en rescate de submarinos, y Gulmar Atlantis, contratada por la petrolera estatal Petrobrás.
El rescate estará a cargo de buzos de Petrobrás entrenados para actuar en accidentes de filtración de combustible en las estructuras de exploración y producción de petróleo, y consistirá en izar la embarcación mediante boyas y grúas. La maniobra es considerada de alto riesgo debido al clima inhóspito de la región, cuyas temperaturas pueden llegar a 30 grados negativos.
Según "O Estado de Sao Paulo", la embarcación naufragó a causa de los fuertes vientos que se registraban mientras estaba siendo remolcada a tierra por cuatro embarcaciones pequeñas. El mal tiempo y la agitación de las aguas habrían provocado el hundimiento de la batea, que no lleva tripulación.
Actualmente residen en la estación Comandante Ferraz 15 militares de la Marina, 15 funcionarios civiles del Arsenal de la Marina y 30 investigadores en régimen rotativo, provenientes de universidades científicas brasileñas. Entre éstos se encuentran biólogos, biofísicos, geólogos, oceanógrafos, biofísicos y químicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario