Viaje a la Patagonia

Escribe Ismael Serrano en Público de España



Bajo la estatua de un prócer argentino se puede leer el siguiente grafiti: “Prefiero un mayo francés a un julio argentino”. La pintada hace referencia al General Julio Argentino Roca, político, militar y presidente de la nación que lideró en torno a 1878 la llamada Campaña del Desierto, una ofensiva militar contra los habitantes indígenas de la Pampa y la Patagonia Oriental hasta entonces bajo el dominio de los pueblos originarios. La campaña militar supuso el exterminio de gran parte de los pueblos mapuche, tehuelche y ranquel de la zona y la anexión del territorio por parte de la República.
Ahora hemos viajado hacia el sur, hasta Neuquén, en la Patagonia argentina, para celebrar un concierto. Y mientras en la parrilla crepita el carbón, Clarissa nos habla de su ciudad. Nos habla con inquietud de que algunas bombas han estallado en la ciudad: en la oficina de LAN la primera y un mes más tarde en la sede de la Obra Social del Petróleo y Gas Privado. La autoría no está clara. En algún caso es atribuido a un movimiento chileno mapuche, en otro a enfrentamientos entre sindicatos y petroleras… Todo es ambiguo y extraño.
Pero más inquietante es lo que ocurre en Añelo, una localidad cercana. Sus aguas parecen haber sido contaminadas por metales pesados producto de las explotaciones petroleras. Los vecinos de la zona denuncian ser víctimas de enfermedades provocadas por el envenenamiento.
La explotación de los hidrocarburos es la industria más importante de la provincia.
Eran otras las riquezas naturales las que hacían felices a los habitantes originarios de la Patagonia. Después de un largo viaje instalaban su campamento y levantaban las tolderías. Empezaba una nueva temporada. Que el guanaco y el ñandú temieran. La boleadora silbaba en el aire. El cielo era de otro azul y el horizonte más ancho. Hasta que llegó el huinca (hombre blanco) y vino la noche y el exterminio.
Clarissa nos desea suerte para el concierto y brindamos por su ciudad. Neuquén proviene de un vocablo mapuche que quiere decir correntoso, arrollador.
En Buenos Aires, en el microcentro, la estatua del General Roca observa el devenir de los transeúntes, cansados, de vuelta a casa, bajo un cielo parcialmente nublado. Y alguien escribe en el pedestal recordando el genocidio que acabó con los habitantes originarios.